El gobierno municipal aprobará la semana que viene de forma inicial el plan especial que permitirá poner ‘txapela’ a la cancha y restaurar la sede de la Asociación Cultural de Aiete
Dará lugar al primer espacio cubierto del barrio, permitirá competiciones en el bolatoki y renovará la sociedad gastronómica
La cubierta del Jolastoki da un nuevo paso para hacerse realidad. La semana que viene la Junta de Gobierno Local aprobará, de forma inicial, el plan especial, es decir la ordenación urbanística pormenorizada, que hará posible la colocación de esta ‘txapela’ a la cancha deportiva y la reconstrucción de los vestuarios y la sede de la asociación cultural del barrio de Aiete.
Ha llovido mucho desde que los vecinos empezaron a reclamar una cubierta para la cancha ubicada junto al paseo de Aiete 124, que fue uno de los proyectos que salieron ganadores (en el Top 15) del proceso de Presupuestos Participativos 2018.
El Ayuntamiento sacó a concurso en 2019 la redacción del anteproyecto, el plan especial y el proyecto de ejecución, un encargó que recayó en la empresa Muga Arquitectura. Se trata de colocar una cubierta de unos 1.100 m2 a esta cancha ubicada en el paseo de Aiete, junto a la iglesia parroquial y frente al Palacio de Aiete. El objetivo es proteger de la lluvia y el viento la superficie deportiva, integrar la nueva estructura en el entorno y permitir la entrada de luz natural para minimizar la necesidad de iluminación artificial en el recinto.
El Ayuntamiento estimó un presupuesto orientativo de 1.375.000 euros (IVA incluido), una cifra que deberá ser revisada en el momento de sacar la obra a concurso porque ha llovido mucho desde que se formuló.
La administración quiere que la cubierta permita jugar a fútbol y balonmano a resguardo de las inclemencias del tiempo, pero también poner una cubierta al reconstruido bolatoki, donde a partir de ahora se podrán programar competiciones oficiales. El proyecto prevé, además, habilitar unos nuevos vestuarios y una nueva sede social para la asociación cultural del barrio.
El anteproyecto explica que se trata de «resolver la cubrición» de esta cancha con la mayor economía de medios «evitando un volumen monumental» que perjudicase a las viviendas cercanas. De esta forma, el espacio de juego tendrá una altura libre hasta la cubierta de 7 metros (la mínima necesaria, según el Consejo Superior de Deportes) que «junto a la altura de la cercha y la cubrición sumarán una altura total de 10 metros aproximadamente, similar a las edificaciones cercanas que dan al paseo de Aiete, lo que consigue un volumen amable que continuará con el perfil de la calle».
Ocho pórticos
La estructura de la cubierta se plantea mediante ocho pórtico principales separados cada 5,35 metros y «dos pórticos girados que forman un volumen principal cubierto con forma rectangular y altura suficiente para acoger todas las actividades propuestas». En la parte norte del recinto quedará un espacio irregular que será aprovechado a modo de graderío y con una cubierta más baja y ligera».
El portavoz de la asociación de vecinos Lantxabe, Félix Pérez, expresó su felicidad por el impulso que significa para este proyecto largamente demandado la aprobación del plan especial. «Aiete no dispone de ningún espacio público cubierto y esta era una petición que viene de muy atrás». El proyecto mata varios pájaros de un tiro y va a resultar muy beneficioso para el barrio, para la sociedad gastronómica y para el juego de bolos. Es, además, una promesa cumplida por el gobierno municipal, algo que, para Félix Pérez, «es importante, dado que refuerza la confianza de la ciudadanía en las instituciones» en unos momentos en que esta pasa por «horas bajas».
La Cumbre mira hacia su futuro, por Cristina Turrau
Mientras la asociación de vecinos de Aiete reclama abrir el palacio y los jardines de la finca a la ciudadanía, desde el Gobierno central dicen que no se prevén cambios de titularidad ni de usos de la propiedad
Ahora el Gobierno central ha cambiado su decisión
El alcalde nos propuso -mediados de mayo- que la villa pasara a ser gestionada por Gogora y los jardines abiertos a la ciudadanía
Esta fue la crónica de Cristina Turrau:
(no coincide al 100 % con la que publica hoy el mismo Diario)
Ocurrió poco antes de llegar el tiempo de confinamiento. Una delegación de Lantxabe, la asociación de vecinos de Aiete, acompañaba a la concejala de Barrios, Maria Jesús Idoeta, en un paseo por la zona para conocer los logros y las demandas vecinales. Terminaron su recorrido en el palacio de La Cumbre. En las puertas de la parcela, los miembros de Lantxabe dieron a conocer a la edil una petición muy repetida en el barrio y especialmente entre personas defensoras del medio ambiente y los parques naturales: que el Ayuntamiento se hiciera con el control del palacio y sus jardines y los destinara a uso público, como en su día se hizo con los edificios y jardines del palacio de Aiete. Actualmente la finca se vincula a la Subdelegación del Gobierno y es propiedad del Gobierno central. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Euskadi aclaran que en la actualidad se usa para tareas administrativas, para celebrar diferentes reuniones y está en condiciones de servir como alojamiento puntual en circunstancias concretas. Respecto a una posible apertura de la finca a la ciudadanía, afirman que «el Gobierno no se plantea ningún cambio en el uso de La Cumbre».
Ejemplo
del palacio de Aiete
Los
vecinos de Aiete, sin embargo, se resisten a retirar su demanda.
Defienden el paralelismo entre la recuperación para la ciudadanía
que en su día se hizo con el palacio y los jardines de Aiete y la
que proponen para la finca de La Cumbre. «Los jardines del
palacio de Aiete tienen un extensión de 74.000 m²; la parcela de La
Cumbre, unos 18.000 m²; los jardines del palacio de Aiete son cuatro
veces los de La Cumbre, pero esta parcela contiene dos veces y media
las medidas de un campo de fútbol reglamentario», explica Félix
Pérez, miembro de la asociación. Tal y como comentaron a la
concejala de Barrios, los vecinos afirman que la finca apenas tiene
uso, «ya que no se aprecian habitualmente tareas de mantenimiento
ni servicio público alguno», dicen.
Desde
Lantxabe se apuesta por su apertura al público, a semejanza de lo
que se hizo con el parque y el palacio de Aiete, convertido en Casa
de la Paz y los Derechos Humanos en tiempos del alcalde Odón Elorza.
«Abriendo las puertas del palacio de Aiete y su entorno a la
ciudadanía donostiarra se limpió el aire viciado del franquismo»,
dicen los vecinos de Lantxabe en su página web.
Memoria
histórica
Los
vecinos lo tienen claro. «El Ayuntamiento debe comprender que
esta es una obligación no sólo con el barrio de Aiete, sino con
toda la ciudad de San Sebastián», dicen. «Este no es un
asunto de barrio. Es de memoria, reparación, justicia y uso
democrático de los espacios públicos. Las y los ediles que forman
la corporación municipal deberían estar a la altura del reto y ser
generosos con su propia ciudad».
Reclaman
para uso público una finca que se encuentra en un lugar inmejorable
por sus vistas a la bahía. Se trata de una villa de estilo neovasco
que tiene su origen, según se apunta en el libro ‘Villas de San
Sebastián II’, de Lola Horcajo y Juan José Fernández Beobide, en
una villa palacio construida hacia el año 1862.
Hay
estudios que apuntan a que el origen de la edificación está en el
fuerte del molino o fuerte de Pintore, por el nombre del caserío que
había en ese lugar. Aiete está salpicado de un tipo de fuertes
asociados a las guerras carlistas.
La
acaudalada y benefactora Martina Maiz y Bagazgoitia fue propietaria
de la villa que luego sería La Cumbre hacia 1880. Viuda de José
Julián Blanc, que fundó en Bergara Algodonera San Antonio, Martina
Maiz, al quedarse viuda, siguió unos años al frente de la empresa y
después la vendió. Natural de Beasain, financió allí un hospital
y tiene una calle con su nombre en la localidad. En Bergara, Maiz
donó el órgano de la parroquia. Murió en San Sebastián, no tenía
hijos y dejó la herencia ‘para su alma’, es decir a la Iglesia.
La
Iglesia vendió La Cumbre a Rodrigo Figueroa, duque de Tovar. Su
escudo aparece en la edificación de entrada a la finca. En 1944 fue
adquirida para el Estado por el ministro Lequerica. Fue por una vía
algo enrevesada ya que el palacio era propiedad, por herencia, de la
ciudad de Tánger. El Estado español se hizo con su propiedad como
pago por los derechos de herencia.
Fachadas y dependencia del palacio de La Cumbre / KUTXATEKA
Monumento
Algunas
curiosidades del palacio de La Cumbre se remontan a la I Guerra
Carlista. Según se cuenta en la web Historia Militar de San
Sebastián, el coronel británico sir Richard Fletcher, que murió el
31 de agosto de 1813 durante el segundo asalto a San Sebastián, fue
enterrado, junto con los cuerpos de otros oficiales ingleses, en el
alto de Aize Errota (Molino de Viento) en la finca que hoy se llama
La Cumbre y que era propiedad del duque de Tovar.
Fue
erigido un sencillo monumento que durante la I Guerra Carlista fue
respetado pero desapareció hace unos 50 años, a causa de las
remodelaciones de la ciudad y sus barrios. En Urgull, en el
Cementerio de los Ingleses, fueron colocadas varias lápidas rústicas
conmemorativas de los oficiales británicos de la British Legion que
lucharon por la causa cristiana en 1836, siendo colocada una más en
memoria de sir Richard Fletcher. «Fue posiblemente una
compensación a la destrucción de la sepultura y mausoleo
originales», se apunta en la citada web.
Aize
Errota fue uno de los pocos molinos de viento que hubo en Gipuzkoa.
Se reaprovechó posteriormente como almacén de grano, de ahí que
también haya sido conocido como Almazene. Estaba en la subida a
Aldapeta, junto al edificio de La Cumbre. Vecinos como Miguel
Tellería se lamentan de la desaparición de los restos del Almazene
en la calle Duque de Baena. «Los distintos gobiernos de Donostia
no han valorado esta memoria arqueológica», dice.
Mobiliario
retirado del palacio de Miramar se guarda en La Cumbre
Buena
parte del mobiliario histórico del palacio de Miramar, que se retiró
por la reforma para acoger los Cursos de Verano y Musikene -hasta el
cambio a su sede de Ibaeta-, está en La Cumbre. Los historiadores
Lola Horcajo y Juan José Fernández Beobide reclaman su devolución
a Miramar para hacer allí un museo de la Belle Époque o de la
Regencia. La República se incautó del palacio de Miramar y, tras la
Guerra Civil, se devolvió a la familia Real en 1941. Entre 1950 y
1954, un pabellón del edificio se convirtió en colegio-internado de
Juan Carlos y Alfonso de Borbón y algunos compañeros. Cuentan que
cuando el rey emérito se alojó en La Cumbre en 1981 -en su primera
y convulsa visita a Gernika- dijo «estoy viendo visiones», al
descubrir los muebles de su cuarto de juventud.
Antes de las 11:30, hora fijada para la llegada del Olentzero desde Katxola, en los alrededores de la escuela, en la plaza de Hiru Damatxo, muchas niñas y niños de la ikastetxe y del barrio, atónitos e ilusionados, esperaban impacientes, alegres y graciosos, con sus imaginativos atuendos de caseritas y caseritos. Las amas y aitas, felices con sus criaturas, también venían vestidos de ‘elegantzia’ para la ocasión. La dulce inocencia esperaba al Olentzero que les compensará sus deseos y sus juegos
En esta ocasión decir que Mari Domingi y Olentzero habían estado en el caserío de Oriamendi, no era una metáfora. Algunas familias presentes ahora en Hiru Damatxo, fueron testigos del gran recibimiento a la pareja mitológica en las puertas de Katxola, después de haber pasado la noche allí. En la plaza pudieron ver cómo aquel Olentzero del baserri, un carbonero estilizado con su barba gris e inmaculada y negra larga saya, se había convertido en un muñeco, el que habían construido en la escuela, un androide de trapos y paja, con la cara tiznada, txapela, pero ya sin pipa en la boca, y con una sonrisa que le recorría toda la cara, una representación del viejo y simpático carbonero, que pasearon por las calles y plazas de Aiete, como se ha hecho tradicionalmente. Ahora no le acompañaba Mari Domingi.
El sábado 24 de diciembre, a las once y media de la mañana, la comitiva de niños y niñas, arrancaba por las escaleras en Hiru Damatxo; cuatro anderas y anderos, lo llevaron en volandas a turnos, de plaza en plaza. Componían el séquito mucha gente menuda y un grupo de bolseros. Los donativos irán destinados a una ONG.
El pasacalles de Olentzero llenó de alegría las calles y plazas de Aiete
Admirable grupo este de la Aiete Ikastetxea. Amas y Aitas entregados a sus hijas e hijos, y al bienestar de todo el barrio
No pasaron desapercibidas, en el recibimiento del Olentzero, Izaskun y Uxue Ezeiza, con la trikitixa y el pandero. Izaskun venía acompañada, además, por su ama y su alaba txikia. Les acompañaba Ana Etxeberria al Txistu. Bajo la dirección de Ana se pudo disfrutar de un extenso repertorio navideño
Una representación similar al viejo carbonero que se pasea por las calles y plazas de Aiete se puede ver en las fotos que se reproducen en la Kutxateka – publicadas en este enlace- fotos del Olentzero de la parte Vieja en 1931 y [tras las dos primeras décadas de prohibición franquista, luego sorteada]* fotos de 1959 y siguientes. También vemos instantáneas de Intxaurrondo.
En el citado reportaje, las fotos de Aiete se remontan a 1996, con aquella cantora comitiva que organizaba José Luis Segurola; el grupo fue alcanzando niveles muy altos de perfección, incorporando instrumentos musicales como las flautas traveseras, y visitando centros, colegios y conventos a lo largo del paseo de Aiete
Más modernamente, desde 2003-2004, el Olentzero, al principio con la colaboración de Pedro Albizuri, el párroco, la celebración ha corrido a cargo de Lantxabe, apoyándose en los colegios del barrio o de Gero Axular.
Desde 2014, [cuando todavía la Aiete Ikastetxea impartía sus clases en Azkaratene-Puio], la recepción y canciones del Olentzero las han compartido Aiete Ikastetxea y Lantxabe. Siete años de compromiso de la Ikastetxe con el barrio. La festividad se ha retomado este 2022, después de dos años de no comparecencia por el coronavirus. Estas fechas navideñas en que no ha venido el Olenzero, se veía tristeza en las plaza del barrio
En 2014, las alumnas y alumnos de la ikastetxe, ayudadas por el profesorado, hicieron un bonito muñeco, cara roja, ojos enormes, buruhandia, txapeltxiki.
En 2016 presentaron uno nuevo que se ha mantenido hasta ahora y que guarda similitud con el Olentzero moderno
Le pusieron andas, y mejoraron su desplazamiento con ruedas, cuando se pueda rodar. Han decidido que de la organización del Olentzero se responsabiliza a los de primero de EGB; la chavalería de 7 años. Ella hace los ensayos de las canciones, y forma el grueso de la comitiva junto a sus ‘gurasos’. Desde aquí, una vez más, el gratificante reconocimiento a su labor
Si el Olentzero de siglos pasados, anunciaba que venían la luz y los días más largos; ahora trae juguetes, compitiendo con otros personajes de leyenda como el Papá Noel o Santa Claus. Así fue; el regalo del Olentzero era la luz y el carbón para calentar la casa. Se mantiene el saludo de ‘Eguberri on!’ ‘buenos días nuevos’, para desear feliz Navidad y se hace alusión al solsticio de invierno, ahora el día es más corto y la noche más larga. Y Olentzero y Mari Domingi tienen las competencias casi exclusivas para traer regalos el 25 de diciembre, mientras el ayuntamiento de Donostia les organizan desfiles equiparables en participantes y asistentes a las cabalgatas de los Reyes Magos.
Desde la representación del «tiempo viejo» hasta la actual, la encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo xx.
El Olentzero de Aiete tiene su propio formato. El muñeco artesanal, lo portan, generalmente, las amas y aitas de la Aiete Ikastetxea.
El Olentzero ha recorrido el núcleo alargado del barrio, la comitiva ha parado en Etxadi, y allí se han escuchado las canciones dedicadas al viejo mito y a la Navidad, el rito se ha repetido en el Topaleku, la alegre comitiva ha desfilado por los jardines del Palacio de Aiete, hasta el parque de Otxanda en Munto.
De Aralar ha venido el Oletzero, y desde el Adarra y el Oriamendi, hasta descansar en el caserío Katxola, ahora
junto a Mari Domingi [Mari Domingi es el personaje femenino que se ha sumado a la tradición desde hace unos años; es un constructo más moderno para lograr una representación femenina que emerge en la Navidad en pie de igualdad].
En el parque de Otxanda se montó una bonita fiesta.
Kas kas kas atean Ai ene! ez dakit ezer ez, ez, ez, ai ene! Kontatu mesedez……. Bai, bai, bai, lehen orain eta gero, Zu zara gure Olentzero.
La canción más cantada un día como este es ‘Olentzero joan zaigu’ [ver la letra más abajo en euskera y su traducción al castellano] que define su fisonomía más clásica. La canción en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea («sin entendimiento»), la que se entona en Aiete proclama entendimentuz jantzia («(re)vestido de entendimiento»).
Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.
Horra! Horra!
Gure Olentzero!
Pipa hortzetan duela
eserita dago
kapoiak ere baditu
arraultzatxoekin
bihar meriendatzeko
botila ardoakin.
Olentzero buruhandia
entendimentuz jantzia
bart arratsian edan omen du
bost arruako sagia
ai, urde tripahaundia
la, lara, lara
ai, urde tripahaundia
la, lara, lara, laralara.
Olentzero se ha ido
al monte a trabajar
con la intención
de hacer carbón.
Allí! Allí!
Nuestro Olentzero
tiene la pipa en la boca
y está sentado.
También tiene gallos
Con huevecitos
Mañana para merendar
botella con vino
Olentzero cabezón
tan sabio
ayer por la tarde se bebió
un montón de litros de vino.
¡Ay, menudo tripón!
la, lara, lara
¡Ay, menudo tripón!
lara, larala, laralala.
*Nota
Prieto Mendaza escribe que no se puede ocultar el “sentido político” que, en ocasiones, ha adquirido esta tradición. En la edición de 2022 de la revista ‘Olentzero’ se alude a la celebración de 1976 en Pamplona. Aquel año, a la comitiva se le unieron unos obreros de la construcción en huelga que adaptaban los villancicos a sus reivindicaciones laborales. Y brotó una ikurriña, todavía ilegal 13 meses después de la muerte del dictador. La Policía Armada, todavía de gris, cargó y buscó también llevarse al carbonero. Uno de los cuatro portadores, según narra la revista, lo ocultó con una tela y corrió a refugiarse al colegio de los Jesuitas, donde salvó la figura. Más cerca en el tiempo, fue sonado cómo, a las dos de la madrugada de la Nochebuena de 2005, dos agentes de la Guardia Civil ‘secuestraron’ y montaron en un Nissan Patrol la figura del Olentzero de Areso, en el norte de Navarra. Fueron expedientados después de que los vecinos pudieran apuntar la matrícula del vehículo oficial.
Le acogeremos en la plaza de Hiru Damatxo (11:30) y después le acompañaremos por Etxadi (12:00), Topaleku y Jardines del palacio de Aiete, hasta el parque de Otxanda, en la zona de Munto.
El martes 24 de diciembre, a las once y media de la mañana, una comitiva de niños y niñas, saldrá de Hiru Damatxo, llevando en volandas al Olentzero. Las niñas y niños portarán, a hombros, un muñeco, con la cara tiznada, txapela y la pipa en la boca, una representación del viejo y simpático carbonero. Compondrán el séquito ocho anderos, que lo harán a turnos, mucha gente menuda y un grupo de bolseros. Los donativos irán destinados a una ONG.
En la plazoleta de Etxadi, a las doce, el grueso de la comitiva, recibirá a otras niñas, niños, madres, padres… a este Olentzero figurante, clásico de los barrios urbanos como Aiete, un Olentzero artesanal, creado por las alumnas y alumnos de la Aiete Ikastetxea, una representación del carbonero feo y con una sonrisa que le recorrerá toda la cara. La dulce inocencia esperará atónita, alegre, ilusionada al Olentzero que les compensará sus deseos y sus juegos.
El Olentzero visitará los comercios de los soportales de Etxadi acompañado del coro compuesto por niñas y niños, amas y aitas, que entonarán diversas canciones de navidad, con la música de txistu y tamboril y de trikitixa y pandero
El cortejo se detendrá en el vetusto Topaleku y, tras atravesar los jardines del palacio de Aiete, en festiva comitiva, se dirigirán a la nueva plaza de Munto y al popular parque de Otxanda.
El conjunto de la caravana nos hará sentir el preludio más delicioso de la Navidad
En el parque de Otxanda será la traca final
Que estas bellas canciones dedicadas al Olentzero y a Mari Domingi por este grupo de haurrak y gurasoak, entonadas por un colectivo voluntarioso, generoso y con el deseo más ferviente de buen ánimo, se contagien a todas las personas del barrio, de la ciudad y del mundo entero
La petición de ascensor-funicular en el Alto de Errondo que hace Santiago Ruiz en la sección Sirimiri del Diario Vasco está entre las propuestas de Lantxabe para el Plan General de Ordenación Urbana
Escribe Santiago
«Se lleva tiempo colocando ascensores o rampas para salvar las diferentes alturas en los barrios de la ciudad, lo cual está muy bien, pero para cuándo algo para el Alto de Errondo. Existe el famoso atajo de escaleras que conecta con Anoeta y que está en muy mal estado. Aún así se utiliza pero nada de nada de un ascensor. Si no me equivoco, ni siquiera hay proyecto alguno para instalar un ascensor».
El PSOE tenía un proyecto de ascensor para la zona en su programa electoral, que parece haber abandonado
Lantxabe lo propone en la renovación del PGOU, como recogió Noticias de Gipuzkoa el paso 11 de septiembre y que se puede leer a continuación ‘cliqueando’ en el subrayado
Exposición «Inauteria / CarnAval» de Josu Fernández Varona.
Todos los días, de lunes a domingo, de 10:30 a 19 h.
Josu Fernandez Varona es miembro de la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa y su propuesta se podrá ver en el Topaleku a lo largo de las próximas semanas.
La muestra consta de veintena de fotografías que se exponen en la planta baja y en la cafetería del propio Topaleku.
Se trata de una serie dedicada a los carnavales, con espectaculares imágenes de los ‘inauteris’ rurales de Alsasua, Ituren, Lanz y Mundaka, que contrasta con otras imágenes, y en este caso, el de los carnavales urbanos de Donostia y de Venecia.
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Josu Fernández Varona es además muy aficionado a la montaña y a la fotografía de montaña
En la foto con Presen Recio (Presidenta del Baskonia MT) en los XXX Premios Pyrenaica 2012. Su colección ‘Bardeetako paisaia eta formazioak’ recibió uno de los premios de ese concurso de fotografía de montaña.
Trini tiene montada una bella exposición de fotografías en el Topaleku de los jardines del palacio de Aiete. La muestra lleva el elocuente título ‘Un Clik y una Imagen’. Cuenta con la colaboración de Lantxabe y la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa
Estará colgada hasta el 15 de febrero. Se puede visitar todos los días, de lunes a domingo, entre las 10,30 y 20,30 horas
Son 22 fotografías de diferente temática tomadas en diferentes viajes y algunos bodegones montados en su casa. Instantáneas que proceden de sus salidas al monte y de los viajes realizados.
El pasado martes nos acompañó para conocer más allá de lo que se puede ver en los cuadros, cómo se hizo cada foto, en qué lugar, con qué luz o sombras, a qué hora, más allá de las calles, plazas, patios o lugares fotografiados. No éramos mucha gente pero salimos muy satisfechos.
¿Por qué el título de la muestra ‘Un Clik y una Imagen’ está muy bien elegido?. La autora explicaba que «hace una fotografía espontánea», que no significa que no la hubiera pensado con gran detenimiento, ella lo llama ‘fotos robadas’, porque es necesario conseguir el momento más oportuno para ‘disparar’. Trini observa con su mirada fotográfica el ambiente que la rodea, espera y pulsa el obturador.
Acompañamos a Trini, su marido José Luis, Seve, de la fotográfica y dos compañeras.
En el Topaleku existía la actividad habitual, partidas de cartas, mesas de conversación y alguna de trabajo.
Trini de forma muy amena, sencilla, simpática, atractiva nos fue desentrañando cada obra de arte que sale de su máquina, de su sensibilidad y de su cerebro
Tabarca es la única isla habitada de la Comunitat Valenciana y se encuentra frente a la ciudad de Alicante, a once millas náuticas y cerca del cabo de Santa Pola. En realidad más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto, además de Tabarca, por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao. Posee una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros.
Sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificar y levantar en ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. Las murallas que rodean su núcleo urbano han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.
La foto de la derecha está tomada en casa de la artista. Son unos hermosos jacintos. Trini hace un fondo blanco, de papel, para ocultar los otros detalles que, de otra forma, aparecerían tras la instantánea