Gran expectación en la documentada y magistral conferencia de Duplá

Por tercer jueves consecutivo la asistencia a las conferencias impartidas en la Casa de Cultura de Aiete desbordaron todos los cálculos

Egipto de nuevo en Aiete, con María José Noain | Aiete – Lantxabe – Katxola – Ayete

Ha ello han podido contribuir el admitido reconocimiento de los dos conferenciantes, Maria Jose Noain y Antonio Dupla; la llamada del Antiguo Egipto; la capacidad de convocatoria y organización de los Ciclos de Literatura y Cine, y el lugar, la Casa de Cultura de Aiete.

Para las seis ya había cola esperando que se abriera la puerta del salón de actos (El inicio de la charla estaba anunciado a las siete). En poco tiempo se ocuparon las sillas del salón y la última asistencia se fue distribuyendo por los diferentes soportes, convertidos en asientos

Antonio Duplá visitaba la Casa de Cultura por segunda vez a incisiva de Lantxabe. La anterior, para hablar sobre los etruscos, en plenas fechas de pandemia – 27 de abril 2022 –, también causó admiración en el auditorio

El jueves se dobló la fascinación, si cabe

Del Antiguo Egipto, desde niños, hemos oído hablar de pirámides, templos, faraones, pero conocemos menos del Egipto romano, de la presencia del imperio romano en el país regado por el Nilo. Desde el último jueves de febrero sabemos algo más. Más cerca, en el tiempo histórico de los faraones, tenemos el Egipto romano; Dupla es un profesor de amplio currículo en el mundo de la investigación sobre Roma; un reconocido especialista en la materia

Es difícil resumir y verter la ágil conferencia que impartió Antonio Duplá el pasado 29 de febrero, por eso limitamos este texto a comentar -bajo responsabilidad propia- en base a las imágenes que presentó en pantalla (una hora de ponencia)

Año 333-332 a.C. Control del mar Mediterráneo. Batalla de Issos. Conquista de Egipto

Relieve de Alejandro Magno ante Amón-Ra, en el templo de Luxor.

Alejandro Magno entró en Egipto con facilidad, y fue recibido por la población egipcia más que como una nueva ocupación, como un acto de liberación, pues había liberado a los egipcios del yugo persa.

El sátrapa Masaces salió a su encuentro para entregarle el poder y el tesoro de sus arcas, y se retiró. En Menfis, Alejandro Magno fue agasajado con la corona de los dos reinos y nombrado faraón

Con los Ptolomeos el país había vivido durante décadas bajo la protección de la familia gobernante de habla griega. Ptolomeo (367 a. C.-283 a. C.), fue un general greco-macedonio al servicio de Alejandro Magno y uno de los tres diádocos [diádoco: cada uno de los generales sucesores de Alejandro Magno] que se disputaron el control de su extenso imperio. Ptolomeo se convirtió en gobernante de Egipto y allí se inició la Dinastía ptolemaica que controló el país del Nilo en los siguientes tres siglos. Egipto se convirtió así en un reino helenístico y la ciudad de Alejandría en uno de los centros de la cultura griega.

Antonio Duplá

En la época, era un centro cultural e intelectual y una ciudad griega rodeada de gente no griega. Los Ptolomeos, a excepción de Cleopatra VII, nunca salían de la ciudad, y mucho menos aprendían la lengua nativa. Durante generaciones se casaron con miembros de la misma familia, hermano con hermana o sobrinas con tíos.

Puerto y faro de Alejandría, dibujo de época

Alejandría es una ciudad portuaria situada en el norte de Egipto, en la costa Mediterránea, fundada en 331 a.C. por Alejandro Magno. Fue el emplazamiento del Pharos, el faro, una de las siete maravillas del mundo antiguo, y de la legendaria biblioteca de Alejandría

La ciudad se desarrolló a partir de un puerto pequeño llamado Racotis tras la llegada de Alejandro que estableció el diseño básico de lo que quería y después siguió su camino en su conquista de Persia.

La ciudad siguió desarrollándose en la época de la Dinastía Ptolemaica (323-30 a.C.) para llegar a convertirse en un centro intelectual, cultural y comercial, una de las ciudades más grandes de la época

También fue escenario de las luchas religiosas que resultaron del enfrentamiento entre paganos, judíos y cristianos tras el crecimiento del cristianismo en los siglos IV y V d.C.

Uno de los eventos más memorables de esta época es el martirio, por los fundamentalistas, cristianos de la filósofa neoplatónica Hipatia de Alejandría en 415 d.C.

Amenábar nos muestra el eterno enfrentamiento entre la razón y el fanatismo religioso. La primera se encarna en la figura de la filósofa Hipatia, personaje histórico cuya biografía nebulosa permite al guionista dar rienda suelta a su imaginación, lo que creo que redunda en beneficio de la historia que se cuenta.

Se dice que Alejandro diseñó los planos de la ciudad echando harina o grano en una cuadrícula que después usaría el arquitecto.

La actual biblioteca de Alejandría (El techo en ‘cuadrícula’ ¿homenaje a Alejandro Magno?)

Alejandro se marchó de Egipto hacia Tiro, en Fenicia, tan solo unos meses después de su llegada. Quedó en manos de su comandante -diádoco- Cleómenes de Náucratis (muerto en 322 a.C.) construir la ciudad basándose en los planos del arquitecto Dinócrates de Rodas que, supuestamente, siguiendo los de Alejandro, distribuyó la ciudad siguiendo un patrón conocido como plano hipodámico. Este plano fue formulado por el arquitecto Hipodamo de Mileto (siglo V a.C.) y se consideró el diseño óptimo de planificación urbana.

El 10 de mayo de 2019 la expedición de Lantxabe visitó las ruinas de la ciudad del arquitecto

Tras la muerte de Alejandro en 323 a.C., Ptolomeo llevó su cuerpo de vuelta a Alejandría para enterrarlo y dio comienzo su reinado de Egipto desde Alejandría, que sustituyó como capital a la antigua de Menfis. Con Ptolomeo II se completó el faro de Alejandría, una de las siete maravillas de la Antigüedad (donde hoy en día se puede ver el Fuerte Qaitbey del siglo XV).

(En sus cercanías los nuevos expedicionarios tienen comprometido un almuerzo en el próximo viaje a la ciudad y al país africano)

La ciudad creció hasta convertirse en la más grande del mundo conocido en aquella época, y atrajo a eruditos, científicos, filósofos, matemáticos, artistas e historiadores.

Busto de Ptolomeo II Filadelfo, que se cree que fue el que estableció la Biblioteca como tal, aunque los planes para llevarla a cabo pueden haber sido desarrollados por su padre, Ptolomeo I Sóter

La biblioteca, cuya construcción empezó bajo Ptolomeo I, fue terminada por Ptolomeo II, que envió invitaciones a gobernantes y eruditos pidiéndoles que contribuyeran con libros. Según los historiadores Oakes y Gahlin había sitio para 70.000 rollos de papiro.

Nadie sabe cuántos libros había en la biblioteca de Alejandría

Representación artística del siglo xix de la biblioteca, obra del artista alemán O. Von Corven, basada parcialmente en la evidencia arqueológica disponible en la época.

Alejandría en la época romana

Tras el asesinato de César en 44 a.C., Marco Antonio, se convirtió en el consorte de Cleopatra y dejó Roma para ir a Alejandría. La ciudad se convirtió en su base de operaciones durante los siguientes trece años hasta que Cleopatra y él fueron derrotados por Octavio en la batalla de Accio en 31 a.C. Al año siguiente, ambos se suicidaron y la muerte de Cleopatra puso fin a la dinastía Ptolemaica.

Al fondo el escenario de la batalla de Accio en 31 a.C [La foto está tomada en aquel viaje de la gente de Lantxabe a Grecia (mayo 2019)]

El imperio en tiempos de Octaviano Augusto

Un apunte sobre Cleopatra

Cuando el comandante romano Pompeyo fue derrotado por César en 48 a.C. en la batalla de Farsalia, buscó refugiarse en Egipto. Sin embargo, para ganarse el favor de César, Ptolomeo VIII lo mandó matar y decapitar.

La decapitación de Pompeyo tras la batalla de Farsalia

César se quedó en Egipto para conseguirle el trono a Cleopatra, ya que las acciones de Ptolomeo le habían obligado a ponerse de parte de su hermana. Una vez derrotado el joven Ptolomeo, el reino Ptolemaico pasó a ser un estado vasallo de Roma, pero inmune a cualquier interferencia política del senado romano.

Relieve de Cleopatra VII y Cesarión en el templo de Dendera

Cleopatra viajó por Egipto con César y fue aclamada por sus súbditos como faraón. Dio a luz a un hijo, Ptolomeo César, conocido como Cesarión, junio de 47 a.C. y la reina lo proclamó como su sucesor.

En el 46 a.C. César regresó a Roma y poco después se llevó a Cleopatra, a su hijo, y todo su séquito a vivir allí. Reconoció abiertamente a Cesarión como hijo, aunque no como heredero, y a Cleopatra como consorte.

Cleopatra y Marco Antonio

Cuando César fue asesinado en 44 a.C., Cleopatra huyó de Roma con Cesarión y regresó a Alejandría. La mano derecha de César, Marco Antonio, unió fuerzas con su sobrino Octaviano y su amigo Lépido para perseguir y derrotar a los conspiradores que habían asesinado a César. Tras la Batalla de Filipos, en la que las fuerzas de Antonio y Octaviano derrotaron a las de Bruto y Casio, Antonio emergió como gobernante de las provincias orientales, incluido Egipto, mientras que Octaviano se quedó con las occidentales.

Tetradracma de plata que representa a Antonio y Cleopatra

Marco Antonio y Cleopatra se unieron. Ella le daría tres hijos y él la consideraría su esposa, a pesar de estar ya casado primero con Fulvia y después con Octavia, la hermana de Octaviano.

Expectación en el salón de actos siguiendo la conferencia del profesor

Tras la muerte de Cleopatra, Octaviano hizo que asesinaran a Cesarión y que los hijos que había tenido con Antonio fueran llevados a Roma donde los crio Octavia; y así fue como acabó la dinastía Ptolemaica de gobernantes egipcios.

Aunque tradicionalmente se la considera una mujer de gran belleza, los escritores de la antigüedad alaban unánimemente su inteligencia y encanto más que sus atributos físicos.

Muerte de Cleopatra

Cleopatra ha seguido creando ese mismo hechizo a lo largo de los siglos desde su muerte. Se han hecho películas, libros, programas de televisión y obras de teatro sobre su vida y se la ha representado en obras de arte de todos los siglos hasta la actualidad.

La Cleopatra más conocida y singular es la protagonizada por Elizabeth Taylor en el film dirigido por Joseph L. Mankiewicz, basado en el libro «The Life and Times of Cleopatra» de Carlo Maria Franzero (1957)

Cleopatra tenía tan solo 39 años cuando murió, y gobernó durante 22 de ellos. En una época en la que las mujeres rara vez, ejercían el poder político, ella consiguió mantener Egipto en un estado de independencia mientras estuvo en el trono. A pesar de ser macedonio-griega, no egipcia, ha llegado a simbolizar el antiguo Egipto en el imaginario popular.

Sir Lawrence Alma-Tadema, El encuentro de Marco Antonio y Cleopatra

Alexandre Cabanel, Cleopatra probando el veneno en sus esclavos (1887)

En la pantalla, Antonio Duplá, continuó proyectando imágenes asociadas al Egipto y a la Roma de la época

El Horologium Augusti y el Ara Pacis en el Campo de Marte en Roma (al fondo el Mausoleo de Augusto)

La construcción del ara, por decisión del mismo Augusto, tuvo lugar en el Campo Marcio septentrional, cerca de la frontera sagrada de la ciudad (pomerium); donde quince años antes Octaviano quiso edificar su mausoleo, y en ese mismo enclave se empezaba, contemporáneamente el Ara Pacis, la construcción de un gran reloj solar que había heredado el nombre de Augusto: el Horologium o Solarium Augusti

El obelisco de Montecitorio en Roma

Al menos ocho obeliscos creados por los antiguos egipcios, tras la conquista, se trasladaron a Roma. El obelisco de la foto proviene de Heliópolis; fue llevado a Roma por Augusto en el año 10 a. C. y erigido sobre la espina del Circo Máximo.

Estatuilla de Uraeus, entre 722 y 332 a. C

El emperador Trajano realiza una ofrenda a la diosa Hathor (relieve mural del templo de Denderah)

Altar de Domitius Ahenobarbus: el censo

Escenas cívicas del altar.

Primera escena

En el extremo izquierdo del bajorrelieve, un funcionario involucrado en el censo (se considera que es un iurador o «tomador de juramento») registra la identidad y las propiedades de un hombre que está de pie frente a él, sosteniendo una tablilla de cera en una mano y extendiendo la otra., haciendo el gesto del juramento (professio)

Campesinos egipcios. Pintura mural en la tumba de Najt

El mundo del campo no cambió hasta que llegaron las ondas de la radio (nos recordaba Antonio)

Operación de descarga de grano de la nave Isis (pintura mural, Ostia)

La Carmagnola en la balaustrada de la terraza de San Marcos.

Si subimos a la terraza de la Basílica de San Marcos, en una esquina sobre la balaustrada, descubriremos una cabeza roja que mira hacia la laguna, entre las columnas de San Marcos y San Todaro. Cabeza de pórfido (¿Justiniano)

Piazza Farnese (Roma): pilas de granito egipcio (de las termas de Caracalla)

Togatus Barberini, con imagines de sus ancestros

La escultura romana estuvo influida desde el comienzo por dos de las culturas más importantes de su entorno. La escultura griega, influyente en todo el Mediterráneo. Y la escultura etrusca, que influyó en el centro de Italia. La escultura romana, adquirió su carácter, grave, sereno, serio y realista de la escultura etrusca.

El retrato de Brutus Barberini es una de las muestras de este eclecticismo artístico que daría lugar a un lenguaje escultórico con identidad propia y tendrá su mayor expresión en obras como el Augusto Prima Porta, o los relieves del Ara Pacis.

Claudio Ptolomeo

Claudio Ptolomeo, fue un matemático, astrónomo y geógrafo alejandrino que vivió en el siglo II d.C.

Mientras, Egipto era una provincia romana. Se destaca como uno de los geógrafos más influyentes de la antigüedad. Y, como el último gran representante de la astronomía griega. Además, una de las cosas que lo diferenciaba de otros científicos de la época era que en sus estudios siempre hacia especial énfasis en el empirismo.

Durante gran parte de su vida, Claudio Ptolomeo se dedicó a la observación astronómica en la ciudad de Alejandría. Esto lo hizo entre los reinados de los emperadores Adriano (117-138 d.C.) y Antonino Pío (138-171 d.C.).

Representación del Nilo procedente del templo de Isis y Serapis en Roma

La colosal estatua del Nilo fue encontrada en el Campus Martius de la Antigua Roma en 1513, donde probablemente formaba parte de la decoración del Iseo Campense; el santuario más grande de Roma dedicado al culto de Isis y Serapis.

El Nilo se muestra como un anciano tendido de costado, con una cornucopia llena de fruta en su brazo izquierdo y espigas de trigo en su mano derecha. La escena está amenizada por 16 niños, en alusión a los dieciséis codos de agua, que es el nivel que alcanza el Nilo durante la temporada de inundaciones. La tierra de Egipto, por otro lado, es evocada por la presencia de una esfinge.

Luego llegó el turno de preguntas y, entre ambos, un sentido y fuerte aplauso. La personas asistentes salimos con la fuerte sensación de que una nueva forma de ver el antiguo Egipto se instalaba en nuestra sensibilidad

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