Jóvenes y viajes; Lantxabe y Wurzburg

En su artículo “gazteak eta bidaiak”, editado por Irutxuloko Hitza, Manex nos dice que está, con tres amigos, bebiendo una cerveza, en la Feria de Primavera de Wurzburg, y que junto a sus otros compañeros de profesión, viajan hasta 60 alumnos de 17 a 18 años.

Han ido por motivo de su trabajo, y con responsabilidad, son ‘tutores’ de unos alumnos con intención de pasarlo bien. Reflexiona -como buen bertsolari- ‘que nuestros jóvenes saben estar cuando toca, sí, que ahora que están aprendiendo cómo afrontar la vida, son capaces de actuar con sentido común y, cuando no, escuchan lo que les decimos’.

Han ido a ese viaje con confianza y saben que, en estos nueve días, no hablarán de matemáticas, pero de mil cosas más.

También Lantxabe organizó un viaje a Baviera (algunos le llaman la «Ruta romántica»), fue en julio de 2015. El recorrido fue serpenteando por villas rurales, ciudades medievales y las laderas de los Alpes cerca de la frontera sur de Alemania. La llegada a Wurzburgo fue en domingo, un 12 de julio.

Allí, en Wurzburgo, las viajeras y viajeros dedicaron la mayor parte de la jornada a la visita del casco histórico de la capital de la región administrativa bávara de Baja Franconia

Goethe la incluyó entre las ciudades más bonitas de Alemania.

Durante la II Guerra Mundial, el 16 de marzo de 1945, dos meses antes de la rendición de Alemania, la ciudad fue bombardeada por la aviación británica, con un resultado devastador. El 90% de la ciudad quedó arrasada y en ruinas. La urbe había escapado a los bombardeos aliados hasta el momento, pero el plan de destrucción de todas las ciudades alemanas de más de 100.000 habitantes acabó por afectar también a la ciudad, que tenía en ese momento 107.000 habitantes. El centro barroco de la ciudad se perdió de forma irreversible, pero los principales monumentos han sido lentamente reconstruidos; muchos de ellos objeto de visita.

¿Las gentes de Lantxab bebieron cerveza?, cómo no en una ciudad alemana y además hacía mucho calor; pero, además, los de la Asociación visitaron las bodega medievales del Palacio residencial, allí probaron el vino de Franconia (Frankenwein), y brindaron por su plácido final. (Varias de estas personas acaban de regresar de un excelente viaje a Egipto también organizado por Lantxabe)

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