El Bellas Artes, un caso de corrupción análogo a la «operación canalejas» de Madrid

Tomado de Ancora

Maqueta del hotel

La Sade prometió transformar este cinematógrafo en un «hostel» para jóvenes, respetuoso con la envolvente exterior. Luego consiguieron rebajar aún más la ficha del PEPPUC, convirtiéndola en una «barra libre» en la que todo vale. Durante el Zinemaldi anunciaron un edificio con apartamentos turísticos y ahora nos dicen que será un hotel de lujo de la multinacional americana Hilton, que suma cerca de 10.000 camas en 118 países.

Esta estrategia de confusión es apoyada desde el gobierno municipal, que insiste en blanquear las actuaciones destructivas disfrazándolas de «rehabilitación conservadora». Primero se derribó la cúpula, ahora todo su interior y seguirán partes importantes de sus fachadas laterales, para habilitar las 82 habitaciones previstas.

El Bellas Artes era uno de los Palacios del Cine más antiguos de Europa, cuyos valores histórico-arquitectónicos han sido defendidos por ICOMOS, organismo asesor de la UNESCO. En Donostia estamos viviendo un caso de corrupción comparable a la «Operación Canalejas». La Comunidad de Madrid ordenó rebajar la protección de 2 Bienes Culturales para favorecer su conversión en hotel de lujo de la cadena Four Seasons. Todo un símbolo de la «España Fea» que el PNV tiene el dudoso privilegio de superar.

Operación Canalejas

Todas las semanas, asistimos a un derribo distinto. El alcalde Eneko Goia, ha hecho una apuesta clarisima por destruir elementos de valor patrimonial, fomentando políticas especulativas que constituyen la seña de identidad de su mandato.

Se empeñan en ignorar a los ciudadanos, las asociaciones y los expertos en la defensa de un patrimonio común, para conseguir que unos pocos obtengan beneficios millonarios.

Áncora ha subrayado que ha interpuesto dos recursos, impugnando la ficha del PEPPUC y la licencia urbanística de derribo. El pasado mes de octubre obtuvo una paralización cautelar tras denunciar el inicio clandestino de las obras, suspensión que no se mantendría en el tiempo si no se aportaban 4 millones de euros en concepto de fianza.

Por último, ha criticado que «se ha consumado ya el vaciado integral del Palacio Bellas Artes, pero todavía se mantienen íntegras sus fachadas. Si finalmente se demostrase que la licencia estuvo mal concedida, el Ayuntamiento de San Sebastián habrá de hacer frente a la reconstrucción de lo ilícitamente derribado

Comentarios externos a este texto de Ancora

Cómo explicarlo, es como si en París destruyan el Grand Palais o el Petit Palais para hacer un hotel de mierda.

Hilton es el paradigma de la ostentación

No hay palabras, sólo tristeza

Ze lotsa. Ze harrokeria daukazu Eneko Goia eta zure talde polítiko. Baino non dago eusko alderdi jeltzalea? Zertarako bozkatu dizuegu? Hainbeste eta hainbeste hotelak behar dira?

Ahora hay que encontrar dónde han dejado la pasta los del Hilton

Nazkagarria. Urte gutxira Salou izango da. Ze pena. Que pena de verdad, que pena

Han venido para eso. O por lo menos es la imagen que proyectan. Van deshaciendo la ciudad y sus despojos se los dan a esas aves de rapiña

9 comentarios en “El Bellas Artes, un caso de corrupción análogo a la «operación canalejas» de Madrid

  1. Baltasar

    La corporación municipal con el Alcalde a la cabeza cambia de idea sobre el urbanismo cuando le interesa con las empresas grandes que le aportan dineros, no hace ni propone de la misma manera con las cosas menores de movilidad y urbanismo que permanecen largo tiempo en mal estado y que tantas veces los ciudadanos indignados reclamamos sin hacer ni puñetero caso.

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  2. Ana Monge

    Si mal no recuerdo, el alcalde de San Sebastián aseguró que no se abrirían más hoteles en la ciudad. Al final, el Bellas Artes, uno de los edificios más emblemáticos de San Sebastián, se convertirá en un Hilton. Al margen del destino final del edificio y lamentar lo que pudo haber sido y no será, sorprende que lo que en septiembre se presentó como un proyecto turístico con 38 estudios y 36 apartamentos, la mayoría con cocina, y las tres primeras plantas para usos hosteleros o comerciales, se convierta ahora en hotel puro y duro. Desconozco los trámites que hay que realizar, o no, para este cambio en el proyecto inicial, pero llama la atención la opacidad de la operación y la facilidad con la que se interviene en algunos inmuebles protegidos. Espero que el Ayuntamiento se ocupe al menos de poner coto a las hipotéticas modificaciones que se quieran hacer en la fachada para que los turistas se sientan de lujo

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  3. DECLARACIONES OBSCENAS

    “EL NUEVO HOTEL HILTON ES UNA APUESTA POR LA HISTORIA Y EL PATRIMONIO”

    La caradura de algunos promotores llega a límites tan extremos, que ofenden al pudor y la inteligencia. En el caso del Bellas Artes es impresentable que después de 4 décadas persiguiendo activamente la destrucción del edificio, manipulando y argumentando que carecía de valores, que estaba mal compuesto o construido con materiales pobres, que iba a caerse de viejo aunque no lo hacía….Después de haber intentado sacarlo del Catálogo en repetidas ocasiones, de querer recalificar su parcela para construir viviendas, de haberlo desguazado por partes siguiendo una estrategia cuidadosamente calculada, persisten en el engaño de una falsa “rehabilitación conservadora”. Su proyecto consiste en vaciarlo integralmente, añadir un doble levante y agujerear sus fachadas laterales para habilitar 82 habitaciones, pretendiendo que están “poniendo en valor” el edificio de Ramón Cortázar (1914)

    Causa sonrojo la falta de ética tanto de la SADE-HILTON como de algunos medios de comunicación, que se avienen a publicar reportajes publicitarios sin ningún asomo de crítica. A ello se une la frivolidad de los políticos que rebajan las protecciones de manera irresponsable. En particular el Alcalde, que sostiene con ligereza inaudita que “el tema del Bellas Artes no da más de sí”, afirmando que “si es un Hilton o no, eso ya no es una cuestión que afecte al Ayuntamiento”. Asegura que no hay dinero público para restaurar una infraestructura cultural excepcional y paralelamente destina 26 millones de euros de fondos públicos para financiar el Basque Culinary Center de la Corporación Mondragón.

    Recordamos que en 1977, expertos como Peña Ganchegui y Rafael Moneo lo catalogaron como “Edificio Permanente”. En 2009, debía preservarse toda su envolvente exterior sin excepciones y a partir de 2014 el Ayuntamiento limitó su protección al chaflán. En 2015 se declaró Bien Cultural, categoría que le fue retirada poco después, motivando una Alerta Internacional. En 2021 la Concejala del PNV Nekane Arzallus había sentenciado su final.

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  4. Ancora

    EL ALCALDE QUIERE PROHIBIR «LA ESPAÑA FEA» EN EL SALÓN DE PLENOS

    La «España Fea», es un ensayo recientemente publicado por el periodista Andrés Rubio, donde se denuncian las tropelías cometidas contra el patrimonio español. Los atentados paisajísticos se suceden desde el Mediterráneo hasta la costa Cantábrica, trazando un panorama que el autor define como una «catástrofe cultural sin precedentes».

    El libro presta atención a los desastres urbanísticos recientes que está sufriendo la capital guipuzcoana, rompiendo definitivamente el mito de su preservada belleza urbana. Rubio ha confirmado su próxima presencia en Donostia para presentar esta obra, invitado por Áncora. Con este fin el pasado 6 de mayo solicitamos la reserva del Salón de Plenos del Ayuntamiento, que ha sido denegada por el Gabinete de Alcaldía.

    Los Criterios de Uso de este espacio, recogidos en la web municipal, permiten expresamente la celebración de «conferencias y presentaciones» organizadas por «entidades públicas o privadas que desarrollen actividades culturales, sociales o deportivas sin ánimo de lucro». El Salón de Plenos se presta habitualmente a otras asociaciones ciudadanas, y Áncora cumple con los requisitos para obtener su utilización, rechazada en este caso sin ninguna justificación congruente.

    Lamentamos que el Alcalde haga esta discriminación, permitiendo la organización de actos análogos a otras entidades y no a la nuestra. El libro ha alcanzado en pocas semanas su segunda edición. El gobierno de Eneko Goia está a tiempo de rectificar y autorizar su presentación en San Sebastián, en vez de censurar lo que no quiere que sepan los ciudadanos.

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  5. Ahoztar Zelaieta

    Aburto aprobó un crédito adicional de 85.700 euros para la gala de aniversario del Guggenheim
    El menú de la cena del 25 aniversario de la inauguración del museo no era para todos los públicos, pero sí el dinero concedido por el alcalde de la ciudad con el que acudieron al evento 450 personas y muchos peces gordos: exlehendakaris, evasores fiscales, protagonistas de papeles de Panamá, directores de petroleras y gasísiticas, banqueros y, claro, Frank O. Ghery.
    gala.guggenheim

    Madrid, 18 de noviembre de 2022. El Gobierno español trata de encajar la expansión del Guggenheim en el suelo protegido de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Para ello, según documentación de Hordago-El Salto, ha resuelto una “reducción de la servidumbre de protección” del entorno de Astilleros Murueta, firmada por la Directora General de la Costa y el Mar del Ministerio de Transición Ecológica, Ana Oñoro. Esta petición había sido solicitada por Gorka Estebez, director de desarrollo territorial de la Diputación de Bizkaia.

    El equipo de Teresa Ribera cumplió a rajatabla con la línea marcada por el PNV. Al igual que cuando la ministra impulsó la expansión del Guggenheim en Urdaibai pese a posibles “daños permanentes e irreversibles”, en este caso procedente del Diputado General vizcaíno Unai Rementeria. Ciertamente, aún ni siquiera existe información oficial sobre los resultados positivos del “plan de recuperación en los terrenos de la antigua Cubertera Dalia en Gernika”, la segunda de las ubicaciones barajadas para la expansión en Urdaibai del Guggenheim, encargado hace varios meses por el organismo foral en el marco de una “investigación detallada” de “suelos contaminados”. Pero la asociación ecologista Zain Dezagun Urdaibai afirma que la polución de los suelos también alcanza la otra ubicación elegida para la expansión del museo, el astillero en Murueta.

    Bilbao, 27 de octubre de 2022. El Ayuntamiento aprueba un “crédito adicional destinado” al “ámbito de cultura” por importe de 84.700 euros. Es una “aportación extraordinaria a los gastos del 25 aniversario de la inauguración” del Museo Guggenheim. Se trata de “incrementar la subvención nominativa corriente concedida en el Presupuesto” anual del consistorio a la Fundación del Museo Guggenheim de Bilbao. El Ayuntamiento había suscrito un convenio de colaboración con la Fundación del Museo Guggenheim Bilbao por importe de 500.000 euros para el año 2022, el doble de lo destinado el año 2021.

    Hasta ahí los datos a los que ha tenido acceso Hordago-El Salto. Explicaciones, ninguna. La alcaldía de Juan Mari Aburto, con apoyo de los ediles del PNV y PSE-EE, ofrece un escueto informe justificativo y, según revelan las fuentes del Consistorio consultadas, nada transparente sobre este “crédito adicional”. Según estas mismas fuentes, el informe “no dice nada concreto sobre la justificación de los 84.700 euros”, es decir, “todavía se desconoce a qué gastos concretos del aniversario del Guggenheim se destinarán esos fondos municipales”. Había 450 invitados en la gala de 25 cumpleaños del museo celebrada el pasado 17 de octubre.

    Gala de las arcas públicas para la casta

    A unos metros de la vieja Campa de los Ingleses: Tom Hill, representante de la estadounidense Fundación Solomon Guggenheim, se agacha para el besamanos a Lucía Arieta-Araunabeña, la mano derecha de Íñigo Urkullu desde hace 35 años e hija de un antiguo ariete del Athletic Club. Los focos se centraban en ella, y presidía la cena de la gala del XXV aniversario de la inauguración del museo, que contaba con la presencia —entre otras personalidades— del arquitecto Frank O. Ghery, autor del edificio. Y Richard Armstrong, director del museo Guggenheim de Nueva York. Había hasta 450 personas invitadas.

    También estaba allí el que fuera Diputado General entre 1987 y 1995, y luego señalado en los Papeles de Panamá, José Alberto Pradera. Acompañaba al exlehendakari José Antonio Ardanza, que como jubilado ha protagonizado diversas polémicas con un chalet en, efectivamente, Urdaibai. Imaginen la conversación. Pradera, gran promotor de la compra de la franquicia y defensor de su expansión hacia la reserva natural, dirigió la Diputación entre 1987 y 1995. Él estaba allí cuando el museo fue inaugurado un octubre dos año más tarde, en plena campaña de “Ven y cuéntalo”, por el monarca Juan Carlos I, quien no pudo acudir a la celebración.

    Pradera después pasó a ser consejero de Idom, entre 1995 y 2002. No es posible contar cuantos miembros de la consultora, recientemente multada con 640.000 euros por la CNMC, había en aquella sala. No es de extrañar, hizo mucho por aquella causa. Tanto que la participación de Idom en la construcción del museo fue investigada por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP). La firma se había saltado todos los presupuestos iniciales, sin seguir los procedimientos legales establecidos para ello.

    No hubo que esperar ni una década para que repitiera el modus operandi similar. El estudio “sobre usos museísticos compatibles con la ley de Costas” en torno al proyecto Guggenheim Urdaibai solo cuenta con un informe favorable, redactado hace 11 años. Y este, obviamente, había sido elaborado por la propia Idom. Aquellos eran tiempos de campañas como “Euskadi, saboréala” y “Made in Euskadi”.

    Siempre conviene recordar los datos del TVCP. Son de vértigo. El tribunal concluyó que “para determinar el coste total del Museo, a los 14.388 millones de las inversiones en el edificio, hay que añadir 10.843 millones de costes satisfechos por el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, las sociedades Inmobiliaria y Tenedora y 2.474 de gastos de explotación hasta la inauguración del Museo”.

    En ese proyecto de construcción del museo había participado Iskander Atutxa, quien entonces se abría camino como arquitecto y que más tarde montó una red de empresas con su hermano Asier. Entre los comensales de la gala de aniversario no faltó el mismo Asier Atutxa, hoy directivo de la consultora PwC, y en su día elegido, entre 200 candidatos, como primer jefe de recursos humanos del museo. El TVCP reprochó que “para la selección de personal, se contrató a una empresa privada, la inexistencia de documentación soporte entre la convocatoria y el informe propuesta de los candidatos elegidos, ha impedido comprobar si en este procedimiento se han respetado los principios de igualdad, mérito y capacidad”. “Se han detectado algunos casos en los que el seleccionado no cumplía las condiciones exigidas”, sentenciaba el tribunal.

    Lubinas y “peces gordos”

    Entre los representantes de la alta esfera vasca en la gala del aniversario destacaron “peces gordos” como Eugenio Erdhart, implicado en la trama de evasión fiscal de los papeles de Liechtenstein, y Javier Ormazabal, quien llegó a ser el único accionista de Widewall International, con sede en Luxemburgo, tras la cesión de las acciones al empresario vasco por parte de Waterside Financial, una sociedad con sede en las Islas Vírgenes británicas que figura en los Papeles de Panamá. Les acompaña el Diputado General que se despidió del cargo jurando que nunca hablaría de fajos de billetes y paraísos fiscales, José Luis Bilbao, quien luego fue recolocado en la presidencia del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas para atar en corto al órgano fiscalizador.

    También estuvieron los que no podían faltar, desde el lehendakari Iñigo Urkullu y alguno de sus consejeros, hasta Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor, Rafa Orbegozo y Asís Canales, de Iberdrola, Xabier Sagredo, extesorero del PNV, en nombre de BBK.

    Tampoco faltó a la gala el exvicelehendakari Jon Azua, exconsejero de Sanidad del Gobierno Vasco. Ahora dirige el grupo privado del sector sanitario denominado Keralty, en el que ha recalado parte de la antigua cúpula de Osakidetza, entre ellos el exconsejero Jon Darpón. Su hermano, el jeltzale Sabin Azua, dirigía la consultora Bmasi, integrante del cártel de las consultoras, junto a PwC e Idom, sancionado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)

    Uno de los consultores multados por la CNMC en 2021, Xabier Manterola, también pudo verse en el photocall de la gala. En 2021, el Gobierno Vasco adjudicó a Bmasi el “desarrollo del programa de armonización y desarrollo de las actividades socioeconómicas de Urdaibai”. Para cerrar el círculo, en el expediente sancionador de la CNMC figura el contrato para el “Plan de Viabilidad del Museo Guggenheim Urdaibai”. Es el espíritu de unas navidades pasadas que aparece en un aniversario con el lema “El arte inspira futuro”. ¿Para cuándo un museo de cera en Bilbao?

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  6. 25 años del Guggenheim: los claroscuros del titanio

    Fui becaria en el museo en 2009 y 2010, cuando un buen día se presentó la inspección de trabajo a hacernos entrevistas a las más de 70 jóvenes que formábamos parte del programa de prácticas. Acto seguido, levantó decenas de actas por el empleo fraudulento de becas para suplir puestos de trabajo estructurales.

    Estos días el 25 aniversario del Museo Guggenheim Bilbao está copando los medios de comunicación: directos de radio desde el museo, documentales especiales en la televisión pública vasca, amplios reportajes fotográficos de la gala del aniversario en los periódicos impresos y entrevistas muy variadas con “los padres” del proyecto: arquitectos, ingenieros, urbanistas y políticos, todos ellos hombres blancos que no han conocido sino el privilegio en toda su vida. Se podría pensar que después de 25 años la fotografía actual representaría otra cosa, pero un cuarto de siglo no ha sido suficiente para avanzar en términos de igualdad.

    Llama poderosamente la atención que entre tantas loas y alabanzas al Museo Guggenheim Bilbao, los medios estén omitiendo sistemáticamente los escándalos y conflictos que se han sucedido en el icónico museo. En mi caso, estuve directamente afectada por uno de ellos. Fui becaria en el museo entre los años 2009 y 2010, cuando un buen día se presentó la inspección de trabajo a hacernos entrevistas a las más de 70 jóvenes que formábamos parte del programa de prácticas. Acto seguido, la inspección levantó decenas de actas por el empleo fraudulento de becas para suplir puestos de trabajo estructurales.

    Las conclusiones de la inspección fueron ratificadas años después por los tribunales, ya que en 2013 la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco declaró la existencia de una relación laboral
    Las conclusiones de la inspección fueron ratificadas años después por los tribunales, ya que en 2013 la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró la existencia de una relación laboral, y no de beca, imponiendo sanciones, tanto para el Museo Guggenheim como para la Fundación Novia Salcedo. Fuimos la última promoción de becarias-precarias que pasamos por allí. Si el ‘Estatuto del Becario’ que acaba de anunciar el Ministerio de Trabajo, que dicta que los becarios no podrán superar el 20% de la plantilla total de una empresa, hubiera estado entonces en vigor, el Guggenheim jamás habría sido viable durante años. Tanto es así que cuando fueron obligados por la inspección laboral a regularizar la plantilla, se perdieron servicios de los que prescindieron al no poder contar con becarios para los mismos.

    Pero no ha sido el único episodio que ha empañado el brillo del titanio que recubre este Museo, cuya Fundación incluye entre sus valores el “compromiso por la calidad” y asegura que “el éxito del museo está unido a la excelencia en su gestión”. Parece mentira que estos días nadie se acuerde de los ríos de tinta que corrieron sobre uno de los mayores desfalcos producidos en una entidad vasca sustentada con dinero público. Y es que su director de Administración y Finanzas, Roberto Cearsolo, robó más de 500.000 euros de las arcas del Guggenheim, apropiándose repetidamente de distintas cantidades y manipulando las cuentas, prácticamente desde que accedió al cargo en el año 1998, y hasta el 2005.

    Parece mentira que estos días nadie se acuerde de uno de los mayores desfalcos producidos en una entidad vasca sustentada con dinero público: el director de Administración y Finanzas, Roberto Cearsolo, robó más de 500.000 euros de las arcas del Guggenheim

    Este desfalco fue descubierto casi por casualidad, a través de otra investigación que llevaba el Tribunal Vasco de Cuentas acerca de la pérdida de 6 millones de euros (otro éxito de gestión) de la Tenedora del Museo en el transcurso de una operación de compra de dólares para la ampliación del fondo del museo en 2005. Cearsolo fue condenado a una pena total de 42 meses de prisión por los delitos de apropiación indebida de las cuentas del Museo y falsedad en documento mercantil. Con ejemplos como este, hace falta tener cara para presumir de excelencia en la gestión.

    Lo cierto es que, desde que en 1997 el hoy emérito y por aquel entonces Rey de España, Juan Carlos I, apretara el botón de encendido de luces del museo en su acto inaugural, ha llovido mucho. Dicho sea de paso, el Borbón amigo de lo ajeno no aparece en las imágenes que estos días nos recuerdan la efeméride, quizá por no estar en sus horas más altas de popularidad. Otra curiosa casualidad. En todo caso, a la hora de echar la mirada atrás, hoy es el día en que muchos aseguran que quienes criticaron este proyecto, hoy se comen sus palabras. Pero que no nos ciegue el brillo del titanio: el llamado “efecto Guggenheim” es hoy incontestable, pero ¿en qué términos? ¿Cómo se mide su éxito? ¿En euros? ¿En número de visitantes? ¿En tasas de ocupación hotelera? Lo cierto es que el Guggenheim nunca fue un proyecto cultural, sino un artificio turístico. De hecho, es conocido que el Gobierno Vasco no envió a nadie de su gabinete vinculado a la cultura a las primeras reuniones, mandató más bien a los consejeros de áreas económicas para negociar lo importante.

    Lo cierto es que el Guggenheim nunca fue un proyecto cultural, sino un artificio turístico
    Y a pesar de que no se pueda negar el retorno económico con respecto a la inversión que hicieron las instituciones vascas, tampoco se puede afirmar que esa riqueza se haya redistribuido entre todas las capas de la sociedad, ni que el cambio de modelo de ciudad haya beneficiado a todas por igual. Este proyecto puso las bases para la construcción de un nuevo motor económico para la ciudad tras el declive industrial; un modelo de ciudad escaparate, basado en el sector servicios y dirigido a atraer al turismo internacional y grandes eventos que tienen consecuencias colaterales sobre las clases populares: precarización del empleo, dificultades de acceso a una vivienda digna y una ciudad cada vez menos cohesionada en términos sociales.

    Pero en este cuarto de siglo, si algo ha sido “marca del museo”, es la precariedad laboral. Muchos y diversos son los conflictos laborales surgidos en el Guggenheim que han acabado en largas huelgas. En 2016 se produjo el primer paro convocado por las 18 personas de los departamentos de educación y orientación del Museo Guggenheim de Bilbao, a los que siguieron muchos más. Estaban en plantilla de una ETT y exigían mejoras en las condiciones laborales así como su subrogación, ya que la nueva licitación estaba a punto de salir. La respuesta del Museo, con el incondicional apoyo del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, fue no sacar a concurso los servicios que hasta entonces prestaba la empresa y contratar directamente a tres educadoras, echando de facto a la calle a 18 personas. Fueron días de protestas en las que muchas participamos activamente, y tras un duro a la par que largo proceso judicial, la Fundación Museo Guggenheim Bilbao fue condenada en los tribunales por vulnerar el derecho a huelga y obligada a readmitir a las trabajadoras que denunciaron, al considerar nulos sus despidos.

    Y sin lugar a dudas, tenemos que recordar y poner en valor la lucha de las limpiadoras del museo. Al igual que en el conflicto de las educadoras, el modelo de subcontratación de servicios y la precariedad laboral estaban en el origen de las reivindicaciones, pero en este caso, hay que sumar un tercer elemento: la brecha salarial entre mujeres y hombres. Hay que recordar que la mayoría de la plantilla son mujeres, y que llevan prestando el servicio de limpieza en el museo desde hace 20 años. Su sueldo medio rondaba los 600 euros mensuales, lo que suponía una brecha salarial por razón de género de casi el 50% con respecto a los hombres que trabajan en el sector de limpieza vial. El Museo Guggenheim y la empresa, en cambio, no reconocían la existencia de dicha brecha y se negaban a mejorar sus condiciones laborales. Tras más de nueve meses de huelga, las limpiadoras del Guggenheim lograron un aumento del 20% y el fin de los contratos parciales. De ellas, de las que en la pandemia fueron bautizadas como las imprescindibles, tampoco nadie se acuerda en este 25 aniversario.

    A través de la memoria selectiva se puede blanquear y dulcificar el pasado, pero eso conlleva graves consecuencias, entre ellas la renuncia a lo aprendido en el recorrido. Analizar y aceptar las luces y sombras de estos 25 años sería un primer paso para cambiar y mejorar las cosas. Y por todo lo expuesto, más allá de las miles de flores de Puppy, hay mucho que cambiar en el Museo Guggenheim.

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  7. Ahoztar Zelaieta

    El clientelismo en el clúster de automoción que explica los problemas de competitividad vascos
    El Tribunal de Cuentas Públicas puso en la diana al centro Automotive Intelligence Center, pero desapareció de su lupa cuando el órgano fiscalizador pasó a estar presidido por José Luis Bilbao, quien en su etapa al frente de la Diputación de Bizkaia había sido padrino institucional de AIC y colocó a un amigo en la dirección. El organismo también avaló la iniciativa Hiriko, el fallido coche eléctrico que dilapidó 18 millones en ayudas públicas.

    Euskadi pierde posiciones a pasos agigantados en la división internacional del trabajo, es incapaz de innovar y de subirse al carro de la digitalización. Las empresas vascas no mantienen una productividad suficiente como para competir en las cadenas de valor globales que antaño controlaban porque sus fábricas están cada vez más anticuadas. El ejemplo de la automoción es paradigmático: así es cómo pequeños emprendedores podían hacer grandes ganancias en el extranjero, pero ahora no alcanzan la misma posición.

    Euskadi fue la segunda comunidad en la que cayó con más fuerza la venta de coches nuevos en 2021, un 18,3% según datos de la patronal de concesionarios oficiales. Hace algunos meses, el lehendakari Iñigo Urkullu viajó a Alemania “para garantizar la inversión de Mercedes-Benz” en Gasteiz. Hay mucho en juego para el clientelista sector del oasis vasco. El sector de la automoción supone el 25% del PIB de Euskadi y una quinta parte del comercio exterior vasco. Además, alrededor del 45% del volumen de la industria de componentes del Estado corresponde a empresas vascas. Ahora bien, buena parte del valor competitivo del sector vasco de la automoción depende de inyecciones de ayudas públicas, que ha captado el 27% de las ayudas de fondos europeos para los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica del sector de la automoción en el Estado español. Es decir, de momento son ya 236 millones para dopar 10 proyectos que convierten a Euskadi en la comunidad con más iniciativas beneficiadas con ayudas públicas.

    El Clúster de Automoción de Euskadi y el centro para la automoción denominado Automotive Intelligence Center tejen la red clientelista del sector. La historia del clúster se remonta a 1993, cuando fue impulsado por el entonces Consejero de Industria y Energía del Gobierno Vasco, Jon Azua, ahora socio de un empresario que se hizo millonario en el subvencionado sector energético del oasis vasco. La Agrupación Clúster de Industrias de Componentes de Automoción de Euskadi nació como “asociación empresarial sin ánimo de lucro, con la misión de mejorar la competitividad del sector y aplicando la metodología del consultor estadounidense Michael Porter”. AIC se gestó como fundación en 2006 por impulso de la Diputación de Bizkaia, seis empresas privadas y el clúster ACICAE para “favorecer la investigación y la formación, crear nuevos proyectos empresariales y atraer proyectos innovadores”. Sin embargo, según declaraciones de la directora de AIC y ACICAE, “el 90%” de su facturación actual proviene de “proyectos internacionales”.

    La dirección “familiar” de asesoría al sector
    En el marco del clientelismo en el sector, una familia ha tomado el control de la toma de decisiones en AIC y ACICAE. Inés Anitua ejerce de directora del Cluster de Automoción de Euskadi (ACICAE) y el centro Automotive Intelligence Center (AIC) desde el año 2006. Su marido, Gonzalo Garrido, es propietario de la consultora ICR Consultores y a su vez trabaja como asesor de comunicación de ACICAE y AIC. Una hija del matrimonio, Sofía, trabaja en ICR Consultores y ha sido nombrada responsable de redes sociales y coordinadora de cursos en AIC. Asimismo, Leyre Ruiz, exempleada de ICR Consultores, en la actualidad está contratada por AIC. Según fuentes consultadas, ACICAE y AIC se han convertido en un “chiringuito familiar” para dirigir los “caprichos” del sector.

    Gonzalo Garrido, exasesor de la Diputación Foral de Gipuzkoa, es también asesor de comunicación de CIE Automotive, una firma que lidera el clúster ACICAE y el centro AIC. El responsable de CIE Automotive, el millonario Antón Pradera, es hermano de José Alberto Pradera, quien fuera Diputado General de Bizkaia, a su vez implicado a través de un negocio de importación de coches en los papeles de Panamá. De hecho, el centro de AIC en Boroa se inspira en un fallido capricho de José Alberto Pradera e Ignacio López de Arriortua, exdirectivo de General Motors y Volkswagen. Por su parte, CIE Automotive lidera la iniciativa Basque CCAM LAB, incluido como proyecto de Euskadi Next que aspira a recibir 60 millones de fondos públicos europeos.

    Pese a la participación institucional y las cuantiosas ayudas públicas que reciben ACICAE y AIC, los servicios que les factura la consultora de Gonzalo Garrido, ICR Consultores, no han sido objeto de fiscalización pública. A tenor de la documentación a la que ha tenido acceso Hordago-El Salto, AIC contabilizó como gasto por “servicios de profesionales independientes” más de 845.000 euros en el ejercicio del 2020 y 956.000 en 2019. En el apartado de “gastos de administración”, el centro destinó cerca de 550.000 euros a “servicios exteriores” durante los años 2019 y 2020.

    El clúster de automoción ACICAE, bajo control del tándem formado por Inés Anitua y Gonzalo Garrido, presta servicios al centro AIC. Este contrato de “arrendamiento de servicios” fue cuestionado en 2013 por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, TVCP. El tribunal cifró el contrato en 3,2 millones de euros “desde 6 de octubre de 2006 hasta 31 de diciembre de 2011”. Además, subrayó la opacidad en torno a este contrato ya que no le había sido “facilitada documentación soporte de la determinación del importe del contrato inicial, ni de su prórroga, ni el desglose del coste de los diferentes servicios que se incluyen en el mismo”. Añadió que “en la facturación mensual (…) tampoco se desglosan los servicios prestados ni el coste de los mismos”.

    Bajo la lupa del TVCP
    Pese a las aportaciones institucionales por importe de más de 100 millones al centro AIC de Boroa y más de dos millones de euros al clúster ACICAE, en los últimos años ambas entidades se significan por su opacidad y falta de fiscalización. ACICAE no ha sido objeto de fiscalización pública hasta el momento y AIC como tal solo fue fiscalizada íntegramente en 2013, en concreto el ejercicio del año 2011. El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) puso en la diana en varias ocasiones entre 2006 y marzo del 2015 al centro AIC en diversos informes sobre Fundaciones del Sector Público y cuentas generales del Territorio Histórico de Bizkaia. Sin embargo, cuando el TVCP pasó a estar presidido por el que fuera padrino institucional de AIC, el exDiputado General José Luis Bilbao, el centro dejó de estar bajo la lupa del tribunal.

    A partir de julio del 2015, fecha en la que fue nombrado presidente del TVCP el antiguo Diputado General de Bizkaia José Luis Bilbao, cargo que ha ocupado hasta diciembre del 2021, las referencias al centro de automoción han desaparecido de los informes del tribunal. Cabe señalar que un amigo del que fuera Diputado General, Rafael Sarriá, director de Metro Bilbao cuando José Luis Bilbao presidía la entidad, fue colocado durante un tiempo como director general en una sociedad del centro de automoción, AIC Start, hasta su nombramiento como director de Euskal Trenbide Sarea en 2013.

    Ese mismo año, en 2013, la Diputación de Bizkaia otorgó una subvención de 400.000 euros a AIC Start para promover la creación de nuevas empresas. El TVCP, antes de estar presidido por el jelkide José Luis Bilbao, también había puesto bajo su lupa esta ayuda “para promover la generación de nuevas empresas en el sector de la automoción en Bizkaia”. Según el tribunal, la resolución de la concesión de la ayuda era “genérica y no indica las estimaciones realizadas para determinar la cuantía de la subvención, dificultando el posterior control de la ejecución” de la misma y “la justificación” del “gasto” anual por parte de AIC Start.

    Rafael Sarria, histórico militante del PNV, fue cesado de su cargo en Metro Bilbao por el Gobierno del socialista de Patxi López, poco después del cese de José Luis Bilbao como presidente de la entidad. Sarria se llevó una indemnización de cerca de 90.000 euros debido al blindaje establecido en una cláusula de su contrato y el PNV le buscó acomodo en AIC.

    Clientelismo en el clúster
    Entre los socios del clúster vasco del sector de la automoción, ACICAE, encontramos a personas estrechamente ligadas al PNV. Además del ya citado Antón Pradera, destacan dos sociedades dirigidas por Lorenzo Mendieta, mecenas del jeltzale Grupo Noticias. Se trata de Alcorta Forgin Group y Albia Capital Partners, en está última ejerce de director de desarrollo corporativo un exviceconsejero de Industria del Gobierno Vasco, Javier Zarraonandia. Entre los socios del clúster también figuran Vicomtech, dirigida por el esposo de la consejera del Gobierno Vasco Arantxa Tapia, e Ikei, consultora vasca que figura en los Paradise Papers..

    Otros socios destacables de ACICAE son PriceWaterhouseCoopers (PwC), sancionada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en 2021 por integrar un cártel y dirigida por el exburukide Asier Atutxa, Bmasi, otra consultora del cártel que fue creada por un hermano del exvicelehendakari Jon Azua, y LKS, investigada en la actualidad por la Autoridad Vasca de la Competencia y cuyo director de desarrollo es el exalto cargo del Gobierno Vasco Joseba Bilbao.

    El fiasco del vehículo eléctrico del oasis vasco
    En 2015, representantes de la plantilla del fallido proyecto de coche eléctrico denominado Hiriko comparecieron en el Parlamento de Gasteiz para denunciar que AIC acababa de presentar un producto que “ya estaba patentado” en el marco del proyecto Hiriko. Durante la presentación del coche eléctrico Hiriko en Bruselas, Inés Anitua, directora de AIC y del clúster de automoción vasco ACICAE, respaldada por la eurodiputada jelkide Izaskun Bilbao, llegó a afirmar que “un buen ejemplo de todo el trabajo del sector en el País Vasco es el nuevo Hiriko”.

    En la presentación de Hiriko en Bruselas también estuvo presente el director de la Unidad de Inteligencia de AIC, Oriol Saperas, quien anteriormente había sido responsable de formación de Epsilon Euskadi, empresa que impulsaba un proyecto en el marco de la Fórmula 1 y también terminó quebrando. En 2015, el TVCP reprochó a la Diputación de Bizkaia la concesión de una subvención directa de 300.000 euros, sin convocatoria pública, a un proyecto auspiciado por AIC para la carrera automovilística Fórmula Student en el que un equipo vizcaíno competía con la vista puesta en ascender a las World Series y la Fórmula 1.

    70 millones de fraude en ayudas públicas a Hiriko y Epsilon
    Los fallidos proyectos de Hiriko y Epsilon se llevaron por delante cerca de 70 millones de euros en ayudas públicas del Gobierno Vasco, el Gobierno español y la Unión Europea. En 2016, el Tribunal Supremo confirmó la condena al administrador de Epsilon Euskadi por la quiebra del proyecto. Dos años más tarde, en 2018, la Audiencia Provincial de Araba ratificó las condenas del empresario jeltzale Jesús Echave y del excargo público del PNV Iñigo Antía por la quiebra de Hiriko. Las cenizas del proyecto Hiriko se subastaron en 2019 durante una puja que apenas superó los 26.000 euros. Como si nada de esto tuviera que ver con AIC, en 2019, el centro de Boroa decía estar “con la vista puesta en el coche eléctrico”. Pese al precedente de Hiriko, el Gobierno Vasco espera una inversión de más de 2.100 millones de fondos públicos europeos con destino al coche eléctrico.

    Muchas expectativas fijadas en el coche eléctrico vasco han resultado ser un fiasco. Cuando la Diputación de Bizkaia, encabezada por José Luis Bilbao, promovió en 2009 la creación del centro para la automoción en Boroa denominado Automotive Intelligence Center, AIC, este centro firmó una serie de convenios con Iberdrola y Mercedes para desarrollar la producción de coches eléctricos. Poco después, el Clúster de Energía liderado por el Consejero de Industria Josu Jon Imaz, más tarde presidente del PNV y ahora número dos de Repsol, firmaba un convenio con el clúster ACICAE para el aumento de las competencias relacionadas con el vehículo eléctrico y los sistemas de recarga asociados al mismo. Además, el Gobierno Vasco y Repsol crearon la sociedad Ibil para desplegar una red de electrolineras. Tras todo este despliegue institucional en torno al coche eléctrico, el ministro de Industria español, Miguel Sebastián, situó a Euskadi en la “primera línea de I+D” para liderar la producción de coches eléctricos en Europa.

    En 2013, el “boom” vasco del vehículo eléctrico comenzó a desmoronarse. El proyecto Hiriko que según el Gobierno Vasco iba a “colocar a Euskadi en primera línea mundial” encallaba por las dificultades para financiar su desarrollo, Mercedes seguía sin encontrar demanda para sus furgonetas eléctricas y la red de electrolineras de Ibil pasó a estar en fase de letargo. Además, también en 2013, el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas había presentado un informe demoledor sobre AIC. Se estimaba que en 2015 el sector del coche eléctrico del oasis vasco debía generar 1.800 empleos y en la realidad apenas había llegado a un centenar.

    Más de 100 millones en ayudas públicas a AIC
    Aunque se ha revestido al centro Automotive Intelligence Center (AIC) como una iniciativa privada, lo cierto es que sobrevive gracias al dopaje de ayudas públicas. Para la construcción y ampliación del centro en Boroa se han destinado más de 92 millones de ayudas públicas por parte de la Diputación Foral de Bizkaia y la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Además, se le cedieron terrenos de propiedad pública por valor de más de 13 millones.

    En la dotación inicial de AIC en el año 2006, por entonces inscrita como una fundación, la Diputación de Bizkaia aportó 30.000 euros. Por su parte, el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano y el de Ermua aportaron otros 30.000 euros cada uno. Varias empresas privadas (ZF Lemförder TVA, Carbureibar, Grupo Pierburg, Microdeco, Autokomp Ingeniería y Grupo Amaya Tellería-G.A.T. Staff, las dos últimas del grupo CIE Automotive) invirtieron 180.000 euros. Por tanto, la aportación de entidades públicas ascendió a 90.000 euros, mientras que la de entidades privadas fue de 180.000 euros. Como la Administración no contaba con una aportación mayoritaria, no era obligatoria una fiscalización pública de la fundación.

    La directora de AIC declaró en marzo que el sector vasco de automoción facturó un 10,5% más en 2021 y el empleo bajó un 2,1%. De hecho, poco antes, uno de los socios estratégicos de AIC, Gestamp, anunció el cierre de dos plantas en Euskadi con 230 empleados. Precisamente esta, junto a Mercedes, lidera un proyecto de fábrica de baterías que será financiado con 107,8 millones de fondos europeos. Según un informe de Boston Consulting Group, la transición de la automoción a la movilidad eléctrica supondrá una reducción del empleo en el sector del 8% en 2030. Buenas noticias para los empresarios, malas para los empleados y las arcas públicas.

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  8. Lourdes Lasa

    A la vecindad de a pie se le suben -del 4% al 5% – los impuestos del IBI, vehículos, basuras, OTA, subidas.
    A los se simepre, el lobby de hostelería y el mundo de la especulación -IAE y terrazas- se congelan los impuestos, (en este balance se incluye la tasa turística que sigue sin implantarse).
    Está claro, los ciudadanos de a pie pagaremos los prometidos excesos de los cuarteles de Loyola, beneficiosos para los de siempre y estamos pagando el incremento de costes que la ciudad soporta ante la avalancha de turistas. Ambas políticas benefician los mimos
    De una cosa estoy segura: si ahora se convocaran elecciones los del PNV seguirían perdiendo apoyos, quizás más de lo que se imaginan

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  9. Iker R. Andueza

    La cena de gala en el Guggenheim previa a la salida del Tour de Francia desde Euskadi costó 267 euros por persona
    La factura del evento fue de 40.078,89 euros entre el menú, la empresa organizadora y el alquiler del museo y asistieron 150 personas incluido el lehendakari, varios consejeros y autoridades y los responsables de la carrera ciclista
    La cena de gala que tuvo lugar el 30 de junio el atrio del museo Guggenheim de Bilbao con motivo de la salida del Tour de Francia desde Euskadi costó 40.078,89 euros, es decir, 267,19 euros por cada uno de los 150 asistentes al evento. Ese encuentro estuvo presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, por el director del Tour, Christian Prudhomme, y por Marie Odile Amaury, dueña de Amaury Sport Organisation (ASO), la empresa propietaria de la carrera. Los datos han sido enviados este martes al Parlamento Vasco por el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, que es responsable del área de Deportes y que coordinó los preparativos de la ‘grand départ’ de la carrera ciclista más importante del mundo. También acudió a aquella cita.
    Había sido Miren Gorrotxategi, portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, la que solicitó los datos pero en la versión en castellano el Ejecutivo se confunde y responde a EH Bildu y en la de euskera identifica mal el nombre de la coalición de izquierdas. Gorrotxategi pidió los datos antes incluso de que se celebrara la cena, el 29 de junio. Indica Zupiria a la Cámara que fue una “cena de bienvenida en el contexto de la gran salida” de la carrera, uno más “entre muchos otros actos que se organizaron en este marco”. Desde marzo, cuando quedaban cien días para el evento, se activó una cuenta atrás y se desplegó una intensa agenda de actividades.
    “Fue una cena para 150 personas, prevista en el contrato entre las instituciones vascas y el Tour de Francia, cuyo coste total fue sufragado desde el presupuesto de dicho contrato, en concepto de gastos de organización”, apunta el consejero sobre el acto del 30 de junio. En su momento, se habló de la cifra de 12 millones de euros como canon que siete instituciones vascas (Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos de Vitoria, Bilbao y Donostia) habían abonado a ASO por acoger esta cita deportiva considerada como la más relevante del mundo entre las que son anuales y la tercera después de los Juegos Olímpicos y los campeonatos del mundo de fútbol masculino pero quedó suspendida una comparecencia que iba a tener lugar en el Parlamento justo antes del Tour de Francia en la que se iban a dar más detalles.
    La minuta de la cena es de 40.078,89 euros “IVA incluido”, siempre según los datos de Zupiria. La factura se divide en tres partes. Por un lado está el coste mismo de la comida, encargada al restaurante del Guggenheim, el Nerua. Supuso 13.350 euros. El cubierto salió a 89 euros, por lo tanto. El alquiler del espacio del atrio costó 8.601,88 euros adicionales y la organización del evento 18.127,01 euros. Se contrató a la empresa 3D Social Movement. El documento enviado por el Ejecutivo al Parlamento no recoge ni el detalle del menú, ni la escaleta del acto ni el listado de invitados.
    Sin embargo, la web oficial Irekia recogió un vídeo y un reportaje fotográfico del encuentro. Tuvo lugar el viernes, entre la presentación de los equipos y la primera etapa. Tuvieron una intervención al menos el lehendakari, Zupiria, Amaury y Prudhomme. Hubo traducción del francés e intercambio de regalos. Urkullu recibió un cuadro con el perfil de las etapas y un trofeo y los responsables del Tour ikurriñas de escritorio y un escudo del Gobierno vasco. Acudieron también la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, el vicelehendakari y responsable de Seguridad, Josu Erkoreka, la directora de la Ertzaintza, Victoria Landa, los consejeros de Turismo, Javier Hurtado, y de Salud, Gotzone Sagardui, al igual que el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, los diputados generales de Álava y de Gipuzkoa que llevaban 24 horas en el cargo, Ramiro González y Eider Mendoza, y la que todavía no había sido designada en Bizkaia, Elixabete Etxanobe, entre otras autoridades. Ejerció de anfitrión el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte. Se cursó invitación a representantes de los partidos políticos y también del mundo del ciclismo como Roberto Laiseka, Abraham Olano, Marino Lejarreta o Igor González de Galdeano.

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