El uso de la bici ‘se normaliza’ en el bidegorri de Aiete

La pandemia ha espoleado este medio de transporte, sobre todo los fines de semana.

En Aiete, como es lógico, una vez construido un tramo del bidegorri, se ha producido una especie de explosión en el uso de la bici: Familias enteras salen a pedalear como forma de ocio saludable y factible en un momento en el que aún está complicada la movilidad.

A ello contribuye la instalación de tres estaciones eléctricas en el barrio (pendientes de la solicitada para Bera-Bera). Ha surgido un nuevo usuario de bicicleta. La afición por la bici eléctrica se constata en su uso constante, especialmente en la zona de Munto

El cambio de compartir la calzada con los coches y autobuses o una estrecha acera, con continuas subidas y bajadas, -como era antes- a circular por un nuevo bidegorri, ha sido fundamental para que la situación diera un vuelco, algo de lo que se benefician también los ciclistas que vienen desde distintos puntos de la ciudad a los jardines del palacio, al espacio Katxola, al Bosque de Miramon o a desarrollar la ‘itzulia’ por Donostia.

Ciclistas en la ‘itzulia’, rodando por el ‘minigorri’

Durante el año pasado se terminaron las obras del nuevo bidegorri del paseo de Aiete -FASE I- que, en efecto, a través de los ascensores, conecta el carril ciclista con el del túnel de Morlans, Amara, el Antiguo, las Universidades

La FASE II tiene aprobado incluso el presupuesto pero no nos consta que esté entre las partidas de este 2021

Ahora estamos a la espera que se inicien las comprometidas ‘fases‘ (en lenguaje municipal)

  1. FASE II, entre Jesuitinas y rotonda del paseo de Oriamendi
  2. Se aprueben los proyectos redactados para la FASE III, a resulta de la propuesta de la vecindad en los presupuestos de 2019
  3. Y, como consecuencia, las FASES IV y V, proyecto redactado para el paseo Lazkano, entre La Cumbre y la rotonda de Melodi, y para el paseo de Pio Baroja, que la población ciclista viene exigiendo

El actual bidegorri se construyó durante el confinamiento decretado durante el primer estado de alarma. Queda pendiente el contenciosos con las villas de la calle Mendialai, que devuelvan la franja requisada en el paseo de Aiete y así ampliar el ‘minigorri’ en la zona

Obras en el bidegorri terminadas en verano del pasado año

El nuevo bidegorri del paseo de Aiete ha traído, complementariamente, el amansamiento del tráfico y el cuidado de aceras

Paso de peatones en el paseo Doctos Marañon ahora cerrado
Se estropeó en el final del paseo del doctor Marañon con una valla que, de forma insólita, impide el paso de peatones y anula el paso de cebra
Esta acera y el bidegorri están pendientes de la FASE III. El Departamento de Movilidad ni siquiera a convocado a Lantxabe para debatir el proyecto que se ha presentado y que por la propia normativa municipal tiene la obligación de convocar.

Un comentario en “El uso de la bici ‘se normaliza’ en el bidegorri de Aiete

  1. Ander

    Hace un siglo, las escuadrillas de ciclistas rojos pedaleaban por el campo repartiendo propaganda socialista, desfilaban por las ciudades con banderas, esprintaban en las huelgas para llevar informaciones a las barricadas… Los socialistas amaban las bicicletas pero odiaban el Giro de Italia, «un despreciable espectáculo al servicio de la propaganda capitalista», que distraía de las tareas revolucionarias a los jóvenes, «ya solo preocupados por hacer el amor y competir en bicicleta». A Mussolini, apasionado por los motores, el automovilismo, la aviación y el esquí, las bicicletas le parecían máquinas rudimentarias, atrasadas, indignas de la majestuosa velocidad fascista. Los ciclistas eran una panda de embarrados muertos de hambre, individualistas, anárquicos, miserables, lo opuesto al nuevo hombre mussoliniano, viril, marmóreo, imperial. Al Duce le encantaban los baños de masas en los estadios de fútbol pero jamás asistió al Giro, ese desfile patético que recorría caminos de tierra y aldeas perdidas que avergonzaban al régimen. Los criminólogos lombrosistas concluyeron que muchos ciclistas presentaban «rasgos subnormales» y «tendencia a delinquir». Y un periodista del Vaticano escribió que «el velocipedismo es la anarquía aplicada a la locomoción, un intento de negar las leyes físicas y las leyes sociales del transporte». Hay poco espectáculos sobre los que se hayan escrito reclamos tan apetecibles: pasado mañana empieza el Gi

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