Jesuitinas recupera para Gipuzkoa el bachillerato internacional

18 junio 2019. Alumnas y alumnos de los tres últimos cursos de Primaria, cuarto, quinto y sexto, del colegio de las Jesuitinas, desarrollaron en el caserío Katxola unas clases de Primeros Auxilios. Les acompañaba su tutor, Andoni Jimenez, y un miembro de Salvamento Marítimo.

Nuestra Señora de Aranzazu-Jesuitinas Donostia estrena el curso que viene la modalidad internacional preuniversitaria para una veintena de alumnos

El Bachillerato Internacional (IB) presume de ser uno de los programas educativos de camino a la universidad de mayor prestigio por su calidad y exigencia. En España hay en la actualidad 133 centros homologados y San Sebastián contará en septiembre con esta oferta académica. Jesuitinas Donostia en la actualidad solo imparte clases hasta 4º de la ESO, pero hace un par de años se plantearon culminar el ciclo formativo.

[Hasta hace unos años la modalidad de bachillerato Internacional se impartía en el Instituto Usandiaga de Amara. La experiencia fue muy postiva]

«Queríamos ofrecer bachiller pero tenía que ser un modelo que diera continuidad a lo que ya estábamos trabajando en el centro y la modalidad internacional era lo que nos encajaba», afirma Mari Fe Arruti, directora del centro.

Mari Fe Arruti

Tras dos años de mucho papeleo y puesta a punto del profesorado, «muy ilusionado con el proyecto», y de las instalaciones, Jesuitinas Donostia será el único centro de Gipuzkoa donde se imparta esta titulación. Será la segunda en Euskadi, ya que Bilbao cuenta con un centro, que permite acceder a las universidades de buena parte del mundo.

Miriam Sánchez

La primera diferencia con el bachillerato nacional, el que cursan quienes ven en la universidad su futuro estudiantil, es que este modelo es un curso que se imparte en dos años. «No se puede repetir curso, tendremos pruebas internas y externas, pero el examen final es al final del segundo año, una prueba que vendrá en un sobre cerrado y que se evaluará fuera del centro. La nota final se homologa a través de la UNED, es su ‘selectividad’», explica Miriam Sánchez, coordinadora de IB.

Maite Gascón,

La segunda es la manera de aprender. «El alumno que accede a este bachillerato tiene que tener ganas de trabajar y estar motivado para aprender», asegura Maite Gascón, orientadora del centro. «No se trata de que tengan un expediente de 10, tienen que saber que van a tener que trabajar mucho, a ser autónomos. El IB impulsa la investigación, el pensamiento crítico, la planificación de tareas», dice.

La selección de alumnos se hará en base al expediente, «que no es lo más importante», y las entrevistas personales al estudiante y a la familia. «No hace falta contar con una madurez especial para cursarlo pero tienen que tener claro que la implicación que exige es mucho mayor que la de un bachillerato al uso», repite la directora. «Aquí no vale el ‘me lo estudio la víspera’, la valoración se hace dos años después de empezar los estudios y por ello deben ser constantes y predispuestos», añade.

De esta manera los alumnos contarán con seis asignaturas comunes divididas en itinerarios: científico-técnico, biosanitario y de ciencias sociales. A estas se le suman tres asignaturas troncales que son las que aportan la gran diferencia académica con respecto al resto de bachilleratos: monografía, teoría del conocimiento y CAS (creatividad, actividad y servicio). En las tres tienen que presentar trabajos, estudios e investigaciones. «Tendrán que aplicar todos sus conocimientos, relacionarlos y ponerlos sobre la mesa. La investigación tiene gran peso en el IB, por ello la biblioteca es uno de los principales lugares donde se desarrollan los dos años», dice Arruti.

Laboratorio en un Bachillerato Internacional

Internacional, no en inglés

El apellido ‘internacional’ lleva a pensar que los estudios se realizan en otros idiomas, «pero no es así», explica Arruti. «Las clases las daremos en castellano, el inglés es importante y tendrán un nivel superior al terminar los dos años. Cuanto mejor nivel de idiomas mayor acceso tienen a la documentación existente para mejorar sus trabajos. A eso añadimos el euskera que no podemos perder de vista», aclara. A esto Gascón añade que «los alumnos tienen que acostumbrarse a manejarse en distintos idiomas, como si fueran al extranjero».

La calidad de la enseñanza viene avalada por las propias auditorías que realiza esta red internacional de enseñanza. El IB surgió de un grupo de diplomáticos que decidieron crear su propio modelo pedagógico cansados de ver cómo cambiaba el sistema de educar a sus hijos cada vez que cambiaba su destino.

Prácticas de las Jesuitinas en los jardines del palacio de Aiete -1de diciembre 2020-

Verónica Melo

Redactor

Periodista El Diario Vasco

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