Polémica por el derribo del caserío Munto

En primer plano Munto en estado ruinoso, al fondo Alkiza en medio de un hermoso paisaje

En primer plano Munto en estado ruinoso, al fondo Alkiza en medio de un hermoso paisaje

Bildu se lava las manos y dice que la corporación impidió que hubiera dinero para la rehabilitación. La oposición afirma que el gobierno municipal miente sobre este expediente y no ha hecho nada para evitar la demolición del viejo edificio

El derribo del caserío Munto ha originado una nueva polémica en los pasillos consistoriales. El gobierno municipal lleva varios días señalando a la oposición como responsable de esta medida al haber impedido que hubiera una partida para la rehabilitación de esta construcción. Los grupos PSE, PP Y PNV dicen que el ejecutivo miente y le acusan de no haber hecho nada en 18 meses por impedir la demolición. La asociación de vecinos de Aiete Lantxabe critica la falta de información sobre cómo se urbanizará la parcela una vez eliminado el histórico edificio.

El derribo del caserío Munto ha llevado la discordia al Ayuntamiento. El gobierno municipal sacó una nota el día anterior a la demolición en la que explica que Bildu ha intentado llegar a esta situación mediante la introducción de una partida en los Presupuestos de 2012 para su rehabilitación, pero «los grupos de la oposición no respaldaron la propuesta», y «tratando de incluirlo en el plan de inversiones». El gobierno municipal señaló que «las iniciativas para conservar el caserío no han contado con la colaboración de ningún partido de la oposición». El concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, acusó directamente al ejecutivo de Odón Elorza de «dejadez».

El portavoz del grupo PSE, Ernesto Gasco, recordó que en el Pleno de hace dos semanas «Burutaran dijo que no se iba a derribar» Munto. Aunque la licencia de derribo es de la legislatura anterior, el concejal socialista señaló que «es Bildu quien ha permitido» esta actuación. «Llevan 18 meses en el gobierno municipal y lo único que demuestran es dejación o inoperancia. Acusan al anterior ejecutivo, pero ellos autorizan el derribo con nocturnidad y alevosía, tras haber afirmado que no se llevaría a cabo», añadió.

El concejal del PNV Iñaki Gurrutxaga no fue menos crítico. «No fue el PNV sino Bildu el que sacó la rehabilitación de Munto del Plan de inversiones. Cuando negociamos este documento, fueron ellos quienes lo quitaron de las inversiones». El edil jeltzale opinó que Bildu quería «de boquilla» que no se tirara el caserío, pero «no ha trabajado, no ha hecho nada, para impedir su demolición». Consideró que el gobierno municipal podía haber promovido una modificación del Plan General para evitar que esta construcción quedara fuera de ordenación, y también podía haber incluido alguna figura de protección para el caserío en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Catalogado. «Lo que no es admisible es que una solución en la que dice Bildu que creía -la no demolición-, no la haya trabajado el gobierno municipal y ahora nos eche la culpa a la oposición».

El portavoz del PP, Ramón Gómez, también cree que el gobierno municipal no dice la verdad sobre este asunto. Este concejal ha intermediado entre la administración municipal y los actuales propietarios del caserío (Canchas del manzanares S.L. y José Manuel Elicegui Sarobe) y afirma que los titulares solo querían desembarazarse de esta construcción que la dejaban en manos municipales, una vez obtenidos los derechos edificatorios de esta parcela en otro solar de Aiete junto al campo de rugby de Bera Bera. «Lo que pasa es que Bildu no se quería quedar con el caserío para no ser ellos quienes asumieran la responsabilidad del derribo». El PP afirma que Burutaran no está diciendo la verdad sobre el derribo ya que la empresa propietario de Munto solo pagará los 23.494 euros del coste de la demolición más 3.090 euros para el acondicionamiento de la parcela. «El resto lo pagará el Ayuntamiento. Y lo que pedimos es, como piden los vecinos, que se haga un acondicionamiento en condiciones, que quede una zona de estancia verde con bancos, farolas y un camino, y que se deje un recuerdo del edificio, incluso una maqueta de lo que fue el caserío, como proponen los jóvenes del barrio».

14.02.13 AINGERU MUNGUÍA | DIARIOVASCO.COM

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