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Inolvidable actuación del Teatro Estudio de San Sebastián

El Teatro Estudio de San Sebastián dirigido por la sabia mano de Manolo Gómez nos ofreció una maravillosa versión de “El tiempo y los Conway”, en Topaleku de los jardines del palacio de Ayete.

El Teatro Estudio de San Sebastián es una gran familia que se va renovando desde hace más de 40 años. Son una familia numerosa como la familia de los Conway. Esta amplitud de personas, de mujeres y hombres, les permite abordar una obra como esta de “El tiempo y los Conway” que exige que, en ocasiones, haya diez personas, seis actrices y cuatro actores, en escena.

La familia Conway es muy numerosa, una viuda y sus seis hijos, cuatro mujeres y dos varones. Dos de los hijos, el hijo mayor y la más hermosa de las hermanas Conway se casan y tienen matrimonios desdichados. El romance de una de las hijas con el amigo y asesor financiero de la familia, se frustra debido a la autoritaria intervención de la madre. La más joven, inocente y locuaz de las hermanas, muere en plena. La gran meta de la familia, proclamada una y otra vez, es la felicidad inalcanzada e inalcanzable…

Esther Remiro, señora Conway, encarna el papel de mujer enérgica y frivola, con admirable convicción. Es el centro y referencia de los riquísimos  movimientos escénicos a lo largo de la obra. Silvia Manzana, Carol, encarna a la hija menor, de destino trágico, con un encanto que transmite esa ternura al espectador. Karmele Alza, Marta, es la hija contestataria y rebelde, portadora de los sueños de libertad y socialismo que el tiempo se encargará de frustrar. Mari Carmen Oianeder, Kay, pone el punto enigmático a la obra, su actuación en el improvisado escenario del Topaleku, crea las dudas que  J. B. Priestley quiere trasladar al espectador sobre si los destrozos que causa el tiempo en la vida de la familia Conway han sido realidad o un sueño de la propia Kay. Mikel Larrañaga, Robin, interpreta con solvencia al hijo mayor, el preferido de su madre, que termina siendo un alcohólico y arruina su matrimonio y su vida. Mercedes Galiana, Hazel, realiza un trabajo inteligente y pleno. José Luis de Torres, Alan, detrás de su timidez y aparente indiferencia, tiene un papel clave en la obra que José Luis borda en su representación. Carmelo Moreno, Ernesto Beever interpreta con toda la saña necesaria a su personaje antipático, advenedizo para quien su matrimonio es una forma de crecer y de venganza. Eva Rodríguez, Joan Helford, está muy natural como la desdichada esposa del hijo mayor de los Conway y Fernando Mikelajauregi, Gerald Thorton, con su natural autoridad escénica, completa un elenco de actores que emocionó a un público entregado.

Al acabar la función, tras un sostenido aplauso,  éramos conscientes de haber vivido un maravilloso tiempo de teatro.

TERTULIA DE TEATRO: el tiempo en Priestley

Teatro Estudio puso en escena  ‘El tiempo y los Conway’, del británico Priestley, como taller práctico, en el TOPALEKU de los jardines del Palacio de Ayete

 El deterioro de las relaciones y aspiraciones a través del tiempo, fueron objeto de estudio en el debate organizado ayer en torno a la obra de Priestley

 El teatro siempre ha sido un espejo donde la sociedad se ha mirado a veces complacida, a veces con el ceño fruncido, pero siempre con interés renovado. El tiempo, y principalmente el paso destructivo del mismo, han llenado literatura y argumentos teatrales con historias con las que el espectador se ha sentido siempre identificado. Teatro Estudio San Sebastián se propone, a través de distintos momentos de la obra del dramaturgo inglés J. B. Priestley, siempre preocupado por el devenir del tiempo, una reflexión con la convicción de que «cada uno de nosotros hemos podido ser alguno de los personajes que presentan las escenas de su obra».

 En tertulia del más puro teatro, el director de la compañía, Manolo Gómez junto a Fernando Mikelajaugi, uno de los actores fijos del veterano grupo, desgranaban la obra del autor británico, para posteriormente, entre los numerosos asistentes que formaban un público entregado, más los actores y promotores, organizar un amplio debate sobre cómo se hace una obra de teatro (al menos como la diseña Manolo), cómo enfoca Priestley su trabajo, cómo trabaja un actor o mejor dicho cómo siente, etc.

 El director tenía preparada una sorpresa: La  soberbia interpretación de Mercedes Galiana –del elenco del grupo Teatro Estudio- en el monólogo «Las putas en el manicomio», obra de  Franca Rame. Fue un entremés sobrecogedor y un testimonio excelentemente elegido para un día especial contra el mal trato a las mujeres.

 Esta tarde estos actores escenificarán los pasajes que ayer se desmenuzaban en la tertulia. Una experiencia realmente gratificante por el nivel teórico-práctico del debate. Esta tarde, seguro, se removerán las entrañas de quienes vengan a ver la obra, y con ella  los pensamientos de mirada irónica y profunda que construye Priestley a través de sus pasajes.

 La obra del británico comprende los años que van desde 1919 hasta 1937, situando a los personajes en un contexto fabril de la Newlingham de aquella época. «Entonces y ahora, vivimos el tiempo como deslizándose hacia un triste y desengañado final. El reto de la compañía Teatro Estudio San Sebastián es ir a ese núcleo de la desesperación y del desengaño, con la única y débil esperanza que hoy nos cabe, el diálogo, la conversación, la búsqueda de las causas, de un diagnóstico certero que nos permita tener esperanza», asegura el director Manolo Gómez.

 Para ayudar en esa búsqueda, los actores se valdrán de una de las cuatro piezas de Priestley que ahonda en esa obsesión por el tiempo y su poder destructivo: ‘El tiempo y los Conway’, ‘Yo estuve antes aquí’, ‘Soy un extranjero’ y ‘Música en la noche’, todas ellas bajo el epígrafe de ‘El tiempo’, que motivó la expresión de varias sensibilidades en la cita de ayer.

 Teatro Estudio trabajó en el Topaleku, en la sala Pagoa, con un elenco tan numeroso de protagonistas que nos llevarán por pasajes familiares, juegos de la niñez, pensamientos tristes en situaciones alegres y por el deterioro de las relaciones a través del tiempo, temas permanentes en Priestley, a los que dirige su mirada profunda e irónica. En sus obras es frecuente que Priestley altere el orden de los sucesos, y los espectadores sabremos de la vida de los personajes cosas que ellos mismos ignoran.

 Silvia Manzana es otra de las actrices que se enfundará en la piel de una de las protagonistas de la obra que se celebrará esta tarde. «Un drama familiar con no demasiada trascendencia. Es lo que pensé en mi primer contacto con ‘El tiempo y los Conway’. Sin embargo, según profundicé en el texto, no me quedó más remedio que rendirme a la evidencia: es una historia maravillosa», explica la actriz.

 Una historia que sostiene –como se dijo ayer en la tertulia- que el tiempo no es lineal sino multidimensional, que no existe el futuro, sólo el presente y, por tanto, que el tiempo no destruye nada. Una tarde de reflexión y que acercará al espectador a realidades que hasta ahora, creía olvidadas.

  26.11.10  Sobre un artículo de GORKA LARRUMBIDE |DV/ SAN SEBASTIÁN.

TEATRO A FONDO en el TOPALEKU

El pasado jueves y  el viernes  26 de noviembre, a las 19:00 en el Topaleku, jardines del Palacio de Aiete, disfrutamos de una sesión doble de Teatro. Tertulia con Manolo Gómez, –en la foto una de las personas que más sabe de la materia en nuestra ciudad; porque además es director del TEATRO ESTUDIO de SAN SEBASTIAN  y conoce de primera mano EL TIEMPO EN PRIESTLEY.

El viernes 26, con  la representación de  la obra de Priestley 

El TIEMPO y los CONWAY, por SILVIA MANZANA (actriz de TESS)

Un drama familiar con no demasiada trascendencia. Es lo que pensé en mi primer contacto con esta obra. Sin embargo, según profundicé en el texto. No me quedó más remedio que rendirme a la evidencia: El tiempo y los Conway es una historia maravillosa. Estrenada en Londres en 1937, forma parte de una trilogía que aborda la problemática del tiempo, algo que inquietó a Priestley a lo largo de su vida, siendo la obra que van a ver, de las tres, la favorita del autor.

 En el Tiempo y los Conway Priestley escribe bajo la influencia de la teoría serial de J. W. Dunne, quien sostiene que el tiempo no es lineal sino multidimensional, que no existe el futuro, sólo el presente y, por tanto, como explica Alan Conway en el segundo acto que el tiempo no destruye nada ó, simplemente nos empuja a lo largo de la vida por un inmenso círculo, del que nosotros vemos no sólo una parte. Bajo la influencia de esta teoría asistimos, sin poder evitarlo, a la decrepitud de unos personajes llenos de vida, de ilusiones y de esperanzas que, con el paso de los años, dejan lugar a la amargura y el desasosiego.

 Primero, una ligera comedia de salón. Más adelante, un drama familiar que, desgraciadamente, no nos asombra.

 Seguro que ustedes conocen casos reales. Es el hecho de ver el futuro de los personajes lo que nos deja conmovidos al leer su obra. Ver que las dos familias que tenemos delante son la misma. Ese es el drama, el auténtico drama. Los Conway sólo ven su presente, sólo ven una parte del círculo, los lectores completan el círculo.

Les propongo un ejercicio: piensen en ustedes mismos hace uno, cinco, veinte, cuarenta años y obsérvense ahora. Conózcanse de verdad. Somos una acumulación de presentes.

TEATRO DE ALTURA EN EL TOPALEKU DE AIETE

TOPALEKU, jardines del palacio de Aiete, Jueves 25 noviembre, 19:00

HABLAMOS DE TEATRO Y DE LA OBRA DE PRESTLEY

EN TERTULIA ABIERTA con el

DIRECTOR DEL TEATRO ESTUDIO MANOLO GOMEZ

   Viernes 26 noviembre, 19:00

EL TIEMPO Y LOS CONWAY

con la representación de

TEATRO ESTUDIO de SAN SEBASTIAN

 El teatro siempre ha sido un espejo ―espejito mágico― donde la sociedad se ha mirado a veces complacida, a veces con fruncido ceño, pero siempre con interés renovado.

 En el teatro de Priestley veremos reflejada una sociedad muy preocupada por el «tiempo», especialmente por el carácter destructivo de su paso.

 En sus obras, es frecuente, que Priestley altere el orden de los sucesos, y los espectadores sabremos de la vida de los personajes cosas que ellos mismos ignoran.

 En su obsesión por el tiempo entre 1932 y 1937 Priestley escribió tres obras muy importantes: “Esquina peligrosa” en 1932, “El tiempo y los Conway” 1937 y “Yo estuve aquí una vez”, 1937. En las tres obras trata del transcurso del tiempo de una manera muy personal. No utiliza lo que consideramos como el correr natural del tiempo.

 En sus obras siempre hay un salto en el tiempo.

 Teatro Estudio San Sebastián a través de distintos momentos de la obra del Autor nos propone una reflexión, “nosotros, cada uno de nosotros, hemos podido ser alguno o algunos de los personajes de las historias de Priestley.”

Dos bonitas jornadas de teatro, con doble participación: De los espectadores, el primer día, y el segundo, de las actrices y actores en plena representación.

Estamos invitadas/os. Aforo limitado