Advierte Igor Aranaz: «Llevamos diez años viviendo en el paseo Lazkano, una calle residencial más de la zona de Aiete. La casuística particular es que, pese a que la velocidad máxima de circulación es de 30 km/h, los vehículos circulan a velocidades bastante más elevadas, casi todos, llegando incluso a los 80 km/h o más. No existen ni radar ni badenes de asfalto que puedan disuadir el hacerlo (como sí los hay, por ejemplo, en la carretera principal de Aiete desde la Cumbre). La consecuencia de ello es que quienes vivimos aquí, como nuestras mascotas, corremos constantemente el peligro de ser atropellados al cruzar la calle, yendo por la acera o cuando salimos de nuestro vehículo tras haberlo aparcado (como ya ha pasado varias veces). Solicitamos que se construyan badenes de asfalto en diferentes puntos para que se respete de una vez la velocidad máxima de 30 km/h. Queremos evitar que haya más desgracias, pues es cuestión de tiempo que vuelva a pasar algo».

Sirimiri Diario Vasco