‘Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres’, Flora Tristán

4 GENERAciones ‘Una no nace mujer, se hace mujer’, Simone de Beauvoir

-‘Debemos aprender el idioma Mujer; en el siglo XXI, tenemos que hablar Mujer’, Gloria Serra

-‘Mejor no tener lógica que no tener sentimientos’, Charlotte Brontë

-‘El amor tiene cien finales felices’, Leonora Speyer

-‘Una persona inteligente siempre se sobrepone a cualquier desgracia. Una persona mediocre nunca se sobrepone a un éxito’, Carmen Balcells

-‘La libertad se aprende ejerciéndola’, Clara Campoamor

MUJER CONTR TEMPORAL-‘Comienza el día con una sonrisa, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo’, Mafalda

-‘Quiero un hombre en mi vida, no en mi casa’, Joy Behar

-‘La vida es un invento de cada día’, Pilar Bardem

-‘La fuerza crea, la fortaleza resiste’, Pilar Almagro

Un comentario en “‘Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres’, Flora Tristán

  1. Iasone S

    Agradezco las notas de Lantxabe. En la semana en que se conmemora el Día de la Mujer, nos han avasallado con datos que demuestran lo lejos que sigue estando la tan manida igualdad. Además del escalofriante pronóstico de la UE, que augura que hombres y mujeres no seremos plenamente iguales hasta que transcurran otras siete décadas, hemos conocido cifras que demuestran lo lejos que seguimos estando unos de otros, fundamentalmente en los ámbitos laboral y socioeconómico. Pero independientemente de que los hombres continúen ocupando los principales puestos de responsabilidad mientras las mujeres reducen sus jornadas laborales para dedicarse al cuidado de los hijos, será imposible erradicar la desigualdad mientras las nuevas generaciones sigan conservando ese poso machista que heredan como si de una ancestral información genética se tratara. Mientras niños de Primaria sigan prohibiendo jugar al fútbol a sus compañeras en el patio del colegio por el simple hecho de ser chicas, cuando lo que se esconde detrás es el miedo a que alguien supuestamente inferior juegue mejor que ellos. O mientras niñas de esa misma edad marginen a otras compañeras porque las ven como un rival a batir. Y, por supuesto, mientras los padres de esos que son los adultos del futuro sigan pensando que son solo cosas de niños.

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