“El lobo estepario” en Aiete

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La novela Der Steppenwolf (El Lobo estepario), que muchos consideran la obra maestra de Hermann Hesse (1877-1962), fue publicada en 1927. Año emblemático, entre las dos grandes guerras europeas, del quincuagésimo aniversario de Hesse. Año en que apareció la primera biografía a él dedicada, y en que se divorció de su segunda mujer. Circunstancias todas que cristalizan en un libro de exploración de la crisis múltiple, individual y colectiva, que lo aquejaba. El protagonista, Harry Haller, también quincuagenario, se autodenomina y gusta de ser llamado «el Lobo Estepario».

El Lobo Estepario está traspapelando su nombre. Exiliado y dislocado, deja atrás religión, patria, familia, ideales… Aunque disidente, proviene de la burguesía; necesita las comodidades, la sofisticación y el anonimato de la gran ciudad. Hombre inteligente, culto y educado, se ha mantenido siempre fiel a sus propias ideas sobre la vida. Es, por encima de todo, independiente y rebelde; reacio a toda hipocresía y convención. Aislándose para crecer puro, se ve inmerso en una doliente desolación. Escalador obstinado del espíritu, a medida que se ha ido acercando al confín de su Montblanc, se ha sentido más y más incomunicado y absurdo. Cima blanca; azul solo. Su gran proeza, la superación sostenida, se ha vuelto en su contra. Condenado a una lúcida esterilidad, ahora es presa de malestar y angustia, con propensión a desdoblamientos esquizoides. Desplazado de la sociedad, noctámbulo y casi suicida, la intemperie de la cumbre amenaza con destruirlo. Arquetipo de intelectual y artista solitario en un medio hostil, se esboza como precursor de los héroes (o antihéroes) existencialistas y contestatarios de las narrativas de posguerra.

 

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