«Una tumba para Boris Davidovich» por Lola Arrieta

LOLA 1Danilo Kis (Subotica, Serbia 1935- París 1989) escribió Una tumba para BorisDavidovich en 1973 en Francia, país en el que trabajará y vivirá, alternándolo con sus estancias en Belgrado, durante largos períodos de su vida.

Había publicado ya La buhardilla y Salmo 44, ambas en 1962; Jardín y cenizas (1965), Penas precoces (1970) y Reloj de Arena (1972), recibiendo por esta última el Premio Nin al año siguiente. Su obra empezaba pues a ser conocida y valorada pero, a diferencia de sus anteriores obras, la publicación en 1976 de Grobnica za Borisa Davidovica, Una tumba para BorisDavidovich va a desatar una dura campaña contra Danilo Kis orquestada por algunos escritores, antiguos estalinistas del círculo de Belgrado, que le van a acusar de plagio.

En realidad, si el libro fue capaz de causar tal reacción en Belgrado y en Moscú es porque se trataba de una crítica implacable contra el estalinismo, el propio autor se expresaba así años más tarde en una entrevista:

Concebí este libro en 1973, en Francia, porque en esa época la realidad de los campos de concentración estalinianos no era conocida. En el medio estudiantil no se sabía mucho al respecto. Con mis amigos discutíamos sobre el particular y necesitaba dar un testimonio basado en documentos, libros… sobre unos hechos ya conocidos.

Una tumba para Boris Davidovich es el quinto de los siete relatos que componen una obra constituida por siete momentos de una misma historia, como el propio autor la subtitula. Son relatos de ficción, y aunque el escritor utilice con profusión “documentos”, unas veces reales y otras ficticios, los personajes producto de la imaginación del escritor marchan junto a otros que existieron realmente. En definitiva el objetivo, esta vez también, es que la ficción sea capaz de representar mejor la realidad en toda su crudeza y complejidad.

A las críticas de plagio contestó Danilo Kis espléndidamente en 1978 con su ensayo La lección de Anatomía, donde compendia además sus concepciones literarias y, con el paso del tiempo, podemos decir que las aguas han vuelto a su cauce. Poco se recuerda ya de aquella polémica, tan torpe como interesada, que por un momento desvió la atención del significado profundo de la obra. A día de hoy, las páginas del libro nos siguen sobrecogiendo con su fuerza narrativa y su verdad sobre uno de los períodos más negros de la historia del siglo XX y Danilo Kis es considerado uno de los mejores escritores de la literatura en serbocroata, lengua en la que, como Ivo Andric, escribió su obra.

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La verdad oculta, ( 2010), película del director Larysa Kondracki, nos sitúa en Bosnia tras la guerra de los Balcanes. Una agente de la policía de Nebraska viaja a este país como observadora de las Naciones Unidas y denuncia ante la ONU a una multinacional por haber encubierto varios casos de tráfico sexual.

Basada en hechos reales, la película cuenta con un excelente reparto en el que destacan Rachel Weisz, Monica Belluci y Vanesa Redgrave. Un thriller político auténtico, truculento, emocionante, sobre un tema candente.

Mayo 2014

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