Como a Blas de Otero, nos queda la palabra, para deciros que os tenemos en nuestro corazón y seguimos maldiciendo a los tecnócratas

NIÑOS REFGIADOSSi he perdido la vida, el tiempo, todo

lo que tiré, como un anillo, al agua,

si he perdido la voz en la maleza,

me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo

lo que era mío y resultó ser nada,

si he segado las sombras en silencio,

me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro

puro y terrible de mi patria,

si abrí los labios hasta desgarrármelos,

me queda la palabra.

Poema de Blas de Otero

Poeta bilbaino

100 años de su nacimiento

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