Patri Urkizu lagunartean

En un salón repleto, el de la Sala Club del Victoria Eugenia Antzokia, más de 120 camaradas queridas y queridos, rindieron homenaje a Patri Urkizu.

Se habló de la trayectoria del profesor, investigador, escritor. Con la combinación de palabras, imágenes y música, se pude disfrutar de un recorrido que comenzó en Lezo con paradas en Burdeos o Madrid; las obras del propio Urkizu fueron compañeras de viaje de una asistencia entregada a su amigo y muy emocionada .

Presentó el acto, con saber, maestría y cariño, Mari Jose Olaziregi, bien acompañada por Aizpea Goenaga (al piano Iñaki Salvador, y también Antxón Valverde le dedicó varias canciones)

A destacar la semblanza que de Patri hizo Ramón Saizarbitoria -compañero, en alguna ocasión, de las tertulias de Lola Arrieta, en la casa de cultura de Aiete (16 enero 2014) -, pero hubo varias intervenciones de otras personas vinculadas con la cultura vasca y con la trayectoria de Urkizu en la UNED; entre las participantes , lo hicieron con mucho encanto, dos de sus alumnas de la UNED, que hoy son doctoras y que han seguido por el camino de su investigación: Idoia Gereñu y Arantzazu Fernández.

Por nuestra parte queremos destacar, la aportación de Patri Urkizu (Lezo, 1946), al estudio del Teatro Vasco -última secuencia del acto de ayer-. El libro que lleva el título, estudia la historia del teatro vasco desde las primeras representaciones de las que se tiene noticia, alrededor de 1494, en las fiestas de coronación de Juan de Albret y Catalina de Foix en Pamplona, hasta nuestros días. Entre 1988 y 1991 P. Urkizu, escribió sobre el teatro cómico y las pastorales suletinas recogidas, en la UNED, con tres prólogos en euskera, castellano y francés

Un apunte, el 25 de Marzo de 2010, P. Urkizu, desarrolló en el caserío Katxola su obra ‘EL TEATRO VASCO DURANTE LA REPUBLICA’.

Antes y después, Lantxabe ha mantenido una relación muy estrecha con él

La función teatral le debe mucho a Patri Urkizu.

Cerró el acto el propio homenajeado. Fue hermoso ver a Patri todo fuerte corazón sobre el escenario: ¡Viva la vida! ¡Gora euskera!

Y los que estábamos en las butacas le dedicamos una larga y cálida ovación

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