Las primeras informaciones han llegado desde Etxadi, pero la mugrienta riada arrancaba de Oriamendi (primera estación), seguía en Etxadi (segunda estación) y acababa en Munto -que se sepa- (tercera estación)
Un drama negro en el que todos los años los cafredebutantes del barrio se olvidan del amable ‘truco o trato’ ó el ‘dulce o truco’, para dedicarse a la devastación de todo lo que pillan en su siniestra caminata
Para esta gentecilla con aspiraciones de ínclitos próceres de la barbarie, las actividades de Halloween no son asistir a fiestas de disfraces, tallar calabazas en jack-o’-lanterns, encender hogueras, menear manzanas, juegos de adivinación, hacer bromas, visitar atracciones embrujadas, contar historias que producen miedo, además de ver películas de terror; ahora hay que abollar coches, romper lo que pillen, agredir, ensuciar a manos llenas, dejar desolado el terreno que pisan. Disponen de un escenario amplio, el derredor de los paseos de Aiete y Oriamendi, y lo aprovechan para descargar su estupidez amparados en un numeroso grupo de descerebrados
Desde la entrada a Katxola por el parque, se agruparon miembros de esa especie gritando y poniendo música a todo volumen. La lluvia lo espantó. Eran unos doce chavales vestidos con ropa oscura y uno con camisa blanca. Se fueron hacia las pistas de Skate en Pagola
Los vecinos de Pagola llamaron a Ertzantza y Municipales. Algunos de los gamberritos les hicieron frente y fueron fotografiadaos. Dejaron los restos de huevos contra fachadas, que parece limpiarán esta tarde
La estación del Via Crucis de Etxadi ya ha quedado retratada en esta web
El río sucio continua su curso hasta Munto. Allí asolaron lo que pudieron, lo que la noche les dio de si
Así ha aparecido ‘la plaza de los manzanos de Munto’, soportales y accesos peatonales a los garajes; huevos, hogueras, pintadas, botellas
Si los elementos son del barrio tan sencillo como hacer una protesta junto a sus viviendas, indicando que no son bienvenidos en el barrio…, a ver si a sus padres se les cae la cara de vergüenza,….
Yo vivo frente al campo de hockey, y ví a un grupo de unos 8 o 9 que, después de verme en la terraza de mi casa y tras dirigirme a bajar la persiana del salón porque me dieron mala espina, lanzaron un huevo al cristal de la cocina. Luego se fueron corriendo hacia la plaza de los Deportes, les esperé y al rato, cuando subían, bajé y salieron corriendo, como era de esperar. Es el segundo año que nos hacen lo mismo, tirarnos un huevo, aunque no sé si fueron los mismos sujetos. Tendrían unos 16 años y a uno le llamaban Giovani, supongo que de broma, no tiene por qué ser su mote habitual, iban vestidos de negro, uno con pantalón corto y también otro con sudadera blanca.
Me encantaría que alguien los hubiera fichado y preguntarles a sus padres (que seguro que son buena gente, por qué pensar lo contrario) qué les parece si mi hijo y sus amigos van a echarle un huevo a su casa.
Un saludo.