Propagando la confianza y la solidaridad con la sanidad pública

Hoy 7 de abril se celebra el Día Mundial de la SALUD.

El Sistema Nacional de Salud es como nuestra casa. Una casa en la que sin duda habrá que hacer reformas. Cuando uno lleva viviendo mucho en la misma casa, en su casa, al final, tiene que hacerlas. No significa que no le guste, o que la quiera cambiar o vender. Sino que hay que ponerla al día. Estos días sabemos lo que significa casa, seguridad, propiedad…y limpieza, saneamiento, fregado, barrido, frotado.

Entre las reformas habrá que entender que además de tratar a la ciudadanía con la máxima calidad habrá que hacerlo con mucha amabilidad, con mejores condiciones de alojamiento y hostelería. Que habrá que humanizar sitios duros como las UCIS o las Urgencias. Habrá que agilizar y simplificar muchos circuitos que no nos aportan nada y que nos marean mucho. Tendremos que esforzarnos más en la atención en el domicilio a personas frágiles por parte de los equipos de primaria. Y en el acompañamiento al final de la vida. Mejorar la atención comunitaria y las estructuras de salud pública para que no nos pille otro virus enloquecido. Debemos reorientar nuestra atención a la salud mental a una perspectiva de derechos y de recuperación de proyectos vitales. Habrá que trabajar en una enfermería con más autonomía y en equipos más multidisciplinares y horizontales. Tendremos que pensar eso de la medicalización de lo cotidiano y aprender palabras como desprescripción y telemedicina. Y desburocratizar. Alejar la salud de los interese privado lucrativos de las variadas industrias.

Quien así se dedicó a desmantelar, vender y trocear los hospitales y la sanidad pública nos acaba de enseñar sus resultados. Un sistema al borde del colapso y en el que los supuestos beneficios del mercado casi nos matan. Porque esto del covid no es rentable. Está más cerca de ser una ruina, y cuando se huele a ruina los mercados huyen. A toda velocidad. Y queda lo que queda, la sanidad pública, sus obreros, solitos.

Con el coronavirus las desigualdades se han disparado. Y los sectores más castigados vuelven a ser los de siempre: mujeres, pobres, mayores, migrantes, excluidos. Por su parte, las trabajadoras/es del sector sanitario y social pagan con su propia salud su entrega y generosidad

La sanidad debe ser rentable para los ciudadanos. En los Estados Unidos el negocio sanitario es muy rentable para los accionistas y dueños de hospitales, los partidos liberales intentaron hacerlo en España y en Euskadi. Invirtieron mucho dinero para privatizar los centros hospitalarios o su gestión y para crear un estado de opinión favorable al modelo sanitario privado. Partidos liberales, organizaciones empresariales y opinadores se dedicaron a pregonar las supuestas eficiencias en Euskadi y en España, y dejaron la sanidad para el arrastre. Ha hecho falta esta pandemia para ver realmente que lo que necesitamos es más y mejor sanidad pública. Invertir en profesionales, en formación, en modernización; no en privatizar, desmantelar o malvender; no dejar que nuestra salud quede en manos de los que en realidad quieren el dinero del tesoro público

Tenemos una joya barata; en ella se invierte menos del 6% del PIB; entre dos y 5 puntos menos que el resto de nuestros vecinos. Una joya que nos está salvando la vida a pesar de todo. Cuando pase esto, que pasará, se deberá repensar el sistema, para mejorarlo, para prepararlo para la siguiente pandemia, que se dice que llegará. Un sistema de salud mejor, más ágil, moderno y eficiente, propiedad y responsabilidad de todos; un sistema de salud universal, que aporte salud y bienestar de calidad a toda la ciudadanía y gratuito, que no es lo mismo que gratis. Un sistema que pagamos entre todos para beneficiarnos todos, los que viven aquí y enferman aquí.

Aplaudimos el reconocimiento a los profesionales. Aplaudimos a los que han construido durante décadas uno de los mejores sistemas del mundo.

La salud y la vida son derechos anteriores y superiores a la propiedad privada. La salud no es solo «no estar enfermo» sino vivir de una manera autónoma, solidaria y gozosa.

Este 7 de abril vamos a proclamar que nuestro servicio público es la mejor defensa de la población.

07/04/2020

3 comentarios en “Propagando la confianza y la solidaridad con la sanidad pública”

  1. Suscribo todo lo expresado en el artículo acerca del»Día mundial de la salud». Sin embargo, existe una cuestión que no debemos olvidar:El Sistema Nacional de Salud, tanto a nivel del Estado como de las Autonomias con sus competencias, siempre estarán ahí a nuestra disposición. Es decir, los actores somos nosotros. Anualmente ,50.000 ciudadanos mueren a consecuencia de las enfermedades producidas por el Tabaco y más de 30.000 por ingerir alcohol.Es obvio que la ingesta desordenada de alimentos ( gula) produce otra ingente cantidad de enfermedades crónicas y al final malignas.Pero claro, sabemos que el Tabaco y el Alcohol son Drogas, pero son LEGALES , es decir, nadie nos puede prohibir el uso de las mismas. Socialmente admitidas y apoyadas en la vida cotidiana ahí están produciendo más muertes que la gripe anual y posiblemte que la pandemia en la que estamos. Sin embargo, existen otras Drogas ILEGALES que son muy mal vistas por la Sociedad en general pero, que por poner un ejemplo, el Cannabis atrae a un 11% de la población, la Coca esnifada un 2% y el extasis un 0,6%. no defiendo ni estas drogas ni su consumo indiscriminado sólo las comparo con el Alcohol con un 75 % de adictos( obviamente muchos de ellos de consumo civilizado) y el tabaco con un 40% de fumadores( tampoco todos serán compulsivos).Datos estadisticos arriba o abajo, las Drogas Legales y aceptadas por la Sociedad están ahí, produciendo muertes y tratamientos médicos suntuosos, detrayendo medios materiales y medicinas que suponen unas cantidades ingentes de recursos de todo tipo, que deberían ser utilizados para el resto de enfermos. Esto pasa aquí y en el resto de paises de nuestro entorno, conocidos como «civilizados». Por tanto, sí ,exijamos más medios y recursos al Gobierno de turno pero no seamos Hipócritas y no nos olvidemos que parte de la solución somos nosotros mismos. Pensemos también en programas educativos a todos los niveles para, poco a poco, acabar con estas Pandemias Domésticas, que parecen estar escondidas dentro de nuestra sociedad.

    Ptda. Los ESTANCOS han sido considerados al mismo nivel que la FARMACIAS.¿Por qué?
    El Alcohol se puede adquirir en cualquier establecimiento alimentario

  2. Los servicios de Osakidetza en Donostia-San Sebastián se encuentran en una situación grave por las decisiones adoptadas por el Gobierno Vasco. La situación no es nueva, y no por culpa de la pandemia; el desmantelamiento de la sanidad pública comenzó antes que con la pandemia en San Sebastián. Los recortes y la falta de planificación, y la estrategia de debilitar el sistema público de salud en beneficio del privado, son viejas cuestiones. Y las consecuencias las sufren los donostiarras

    Respecto al verano lo que está ocurriendo este verano es especialmente grave. El personal de Urgencias del Hospital Donostia ha denunciado un incremento del 20% en la demanda de atención a los pacientes por el cierre de otros servicios. La falta de recursos suficientes obliga a algunos pacientes a pasar 10 horas en la sala de espera.

    La falta de profesionales en los centros de salud de la ciudad hace que un médico tenga 45 consultas en el día a día. En esta situación no es posible garantizar una atención de calidad a los pacientes.
    Es necesario que se garanticen todos los servicios del sistema sanitario público de la ciudad de calidad y sin restricciones y que aumente el número de médicos, enfermeras y demás profesionales sanitarios que prestan servicio de atención primaria en Donostia.

  3. Osakidetza reconoce «déficit» de médicos en los tres centros vascos de emergencias
    Asegura que la atención está «garantizada, con más o menos dificultades» pero los sanitarios se confiesan «al límite» con picos de 1.600 llamadas al día

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