Corona Virus

Con el dinero oculto de Juan Carlos I se pueden quintuplicar los 30 millones destinados a investigar el covid19

Las fundaciones Lucum y Zagatka podrían haber sumado hasta 124,4 millones de euros, un dinero con el que se podría aumentar en hasta 266.952,79 euros anuales la inversión en cada uno de los 466 hospitales que hay en el Estado o comprar más de 125 millones de mascarillas.

¿Qué pasaría si todo el dinero que ha pasado por las dos fundaciones creadas para ingresar las comisiones del rey emérito se destinara a la sanidad pública? La crisis del coronavirus ha puesto al descubierto el daño que han producido años de recortes en el sistema público sanitario.

Según denuncian desde la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FASP), entre los años 2010 y 2018 se han perdido hasta 1.950 camas en los centros sanitarios y se han perdido hasta 3.300 plazas de profesionales de la salud solo en la Comunidad de Madrid, epicentro de la infección por el virus covid19 en el Estado y donde en los últimos años se ha potenciado la sanidad privada en detrimento de la pública.

La falta de medios de protección es la principal demanda de los profesionales de la salud. Pero no solo hace falta material en la sanidad. Los sindicatos sanitarios han denunciado también el desborde del sistema de salud, en el que hace falta plazas de personal de todas las categorías, un desborde que va a aumentar dado que estos trabajadores son los más expuestos al virus.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, hace un llamamiento a toda la sociedad vasca y recuerda que «es imprescindible la implicación de cada persona, de toda la ciudadanía». Y pide reforzar todas y cada una de las medidas de prevención: extremar las medidas de protección, lavarse las manos, la limpieza, la distancia de seguridad, síntomas de fiebre, respetar las normas, evitar desplazamientos…. en definitiva, confinarse en casa. El lehendakari ha insistido que es fundamental «la colaboración, la colaboración y la colaboración».

La pregunta obvia es ¿Cómo colabora el Gobierno Vasco? ¿Que hace para dotar de medios de protección a los sanitarios que tanto enaltece, porque son una pieza fundamental en la lucha contra el coronavirus?

Cuando los trabajadores caigan enfermos se va a colapsar aún más el sistema sanitario y la consecuencia es la expansión incontrolable de la infección

Nota

La fundación Zagatka, creada en 2006 con unos 9.000 euros, según la investigación de The Telegraph y Voz Pópuli, y en la que Juan Carlos aparecía como tercer beneficiario y Felipe VI como cuarto, recibía hasta 1,8 millones de euros anuales, por lo que, desde su creación hasta 2019 podría haber recibido hasta 24,4 millones de euros, parte de ellos derivados de la comisión dada a Juan Carlos I por parte de Barclays Bank por la venta del Banco Zaragozano.

La otra fundación aparecida en la investigación, Lucum, habría recibido una comisión pagada por el Arabia Saudí al rey emérito por 100 millones de euros por su mediación en la adjudicación de las obras del AVE a La Meca. Son, en total, hasta 124,4 millones de euros que se podrían invertir en aumentar en 266.952,17 euros la inversión de cada uno de los 466 hospitales que hay actualmente en el Estado español

Datos tomados de Byron Maher, Ter García y Ana Álvarez

19 mar 2020

11 comentarios en “Corona Virus”

  1. Me estremece que Inditex haya ganado más de 3000 millones y ahora esté dispuesto despedir a 25.000 trabajadores para que entre todos paguemos el 75% de su salario. Ahora venid a contarnos que nos va regalar mascarillas. Son las mismas razones que explican que aún tengamos un Rey.

  2. El coronavirus ha llegado a mi familia. Mi padre con EPOC, enfermedad pulmonar severa,ha dado positivo.Sabemos q está en las mejores manos. Ahora debemos vivir el día a día. Somos fuertes pq él es fuerte. Quedaos en casa,es la única manera de que esto pare.

  3. Medio Decálogo

    Que el liberalismo económico es un fraude.
    Que sin servicios públicos sería el caos.
    Que la clase trabajadora nos sacará de la crisis.
    Que la sanidad pública hay que dotarla de todos los medios -humanos y técnicos- y que para eso es necesario una reforma fiscal que garantice la recaudación necesaria
    Que no necesitamos rey.

  4. ¿Por qué somos más idiotas que antes?

    O… “¿Por qué no somos tan listos como deberíamos?”. O incluso “¿Por qué seguimos reaccionando como primates y/o nos la siguen colando pese a que tenemos más elementos de juicio e información que nunca?”. Es decir, no es de extrañar que de las descripciones de un rinoceronte que hacían los viajeros medievales acabase saliendo, sistema boca-oreja mediante, el concepto unicornio. Sin embargo, ahora, cuando hasta el más desganado de los telespectadores puede conocer al detalle los ritos de apareamiento de la mosca de la fruta y el analfabetismo ha sido prácticamente erradicado de nuestra sociedad, sigue habiendo gente con el mismo grado de conocimiento y de credulidad que sus ancestros, cuando eran los buhoneros los que traían al pueblo las novedades de cuarta mano.
    Sé que a muchos no les gustará, pero buena parte de la culpa hay que atribuírsela a aquello del periodismo ciudadano, que resultó ser al periodismo lo que C’s a la regeneración política. De la misma forma que cuando Dios murió proliferaron las religiones estrambóticas, el bastante merecido ocaso de los grandes medios (a eso vamos en el párrafo siguiente) ha provocado que se le dé la misma credibilidad a la portada de un diario que al whatsapp que nos llega de un número a veces desconocido. A mí no me llegan muchos, porque suelo ladrarle a los remitentes, pero dos de los que pasaron el filtro eran dos de esos audios, sin padre ni madre conocidos, que circulan estos días por las redes sociales. Ambos versaban sobre el caos orgiástico del Consejo de Ministros del pasado viernes. En uno, un señor con una voz y un tono que solo podían proceder de un excelente corte de traje, empezaba citando como confidente a su hermano –“no daremos nombres”–, abogado del estado, que estaba recibiendo la información de otros abogados del estado y finalizaba con un “noticia confirmada, pues”. Otro era de una señorita acelerada y muy resuelta que indicaba como fuente de autoridad “un grupo de whatsapp de periodistas que estudiaron en el CEU”. No decían lo de “esto no lo verás en los medios” porque algunos medios también lo decían. En concreto, lo hacía uno de esos caballeros que deleitan con su prosa a los lectores tratando temas varios y confunden eso –ellos y sus lectores– con el periodismo, como él mismo lo certifica: “Te llama alguien, te cuenta algo, y tú lo publicas. Punto”. (Esa es la más exacta definición de chisme, bulo o rumor. Punto. Acabe el rumor siendo cierto o no. Punto y aparte).
    La parte de culpa que no tiene ese periodismo cuñado le corresponde a los propios méritos de los grandes medios, fundamentalmente de la televisión, que ha colonizado completamente la forma de informar del resto de los soportes, empezando por la prensa. Cabeceras antaño serias que compiten en tiempo real con los magazines vocingleros en la fabricación de exclusivas y últimas horas, y consideran materia de interés a los protagonistas de los espectáculos de variedades televisivas y a sus cucamonas. “Antes todo el mundo quería ser famoso como el arquero más hábil o la mejor bailarina, pero nadie quería que hablaran de él por ser el cornudo del barrio, el impotente declarado o la puta más irrespetuosa”, contaba Umberto Eco en De la estupidez a la locura. “En el mundo del futuro esta distinción habrá desaparecido; se estará dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que le «vean» y «hablen de él». No habrá diferencia entre la fama del gran inmunólogo y la del jovencito que ha matado a su madre a golpes de hacha”.
    Si no hay diferencias entre el gran amante y el ganador del concurso mundial de quién la tiene más corta, entre el que haya fundado una leprosería en África central y el que haya defraudado al fisco con más habilidad (las comparaciones siguen siendo de Eco), también se borran entre el bulo “esto no lo verás en los medios” y lo que sí se puede ver en los medios. Si a la gente que lo está dando todo para contener la plaga no se les define como lo que son, trabajadores de la sanidad pública que realizan –con creces– el cometido para el que han sido contratados y se les califica indefectiblemente como “héroes” (pero sin las comillas) se está dando el mensaje de que parar una epidemia no depende de un sistema sanitario universal robusto (eso incluye profesionales comprometidos con él), sino de un arrebato épico como el del héroe de Cascorro o el de Agustina de Aragón, pero en colectivo.
    Estos son los momentos en los que el periodismo es más servicio público que nunca. Pero de la necesaria función de distraer, emocionar, excitar o ayudar a dormir se tienen que encargar otros.
    Xosé Manuel Pereiro

  5. Pregunta a la Diputación Foral

    Residencias Sanitarias. La portavoz foral informó ayer a través de un comunicado de que nueve de los afectados «se encuentran bien» (???), salvo dos pacientes que presentan patologías previas y cuyo estado es «más delicado».
    Los hospitales públicos fueron los primeros en tomar medidas. El protocolo específico para las residencias de mayores tardó cuatro días más. ¿Por qué?

  6. Toques Challenge

    El reto que más está triunfando estos días en Instagram une dos de las grandes pasiones de este país: el fútbol y el producto más codiciado en las estanterías de todos los supermercados en estos momentos, que no es otro que el papel higiénico. La gracia del asunto está en conseguir dar diez toques al rollo de celulosa sin que se caiga y después nominar a varias personas para que repitan la hazaña. Y parece que la cosa engancha porque ya se cuentan por decenas de miles los vídeos con el hashtag #ElRetoDelPapel o #10ToquesChallenge. Parece ser que la idea surgió del jugador del Brescia, Mario Balotelli, que fue uno de los primeros en aparecer públicamente dando toquecitos a un rollo de papel higiénico. Después se sumaron en España los futbolistas del Levante y en pocos días el challenge se hizo viral. Los actores de la popular serie ‘La casa de papel’, Jaime Lorente y Miguel Herrán, ya han demostrado su destreza con el improvisado balón de papel, un reto que ya ha conquistado a miles de caras conocidas y aficionados de todo el mundo.

  7. Antecedentes de la escasez de mascarillas

    El Gobierno Vasco vendió 47 millones de mascarillas por 40.500 euros en 2011
    La historia de estas mascarillas arrancó en 2009. El Departamento de Sanidad, dirigido entonces por el PNV, adquirió 60 millones de estas protecciones individuales con motivo de la gripe A. El lote completo costó 2,5 millones de euros y se compró por el procedimiento de emergencia (sin licitación pública) previsto para situaciones de catástrofe.
    El Ejecutivo había comprado dos años antes 60 millones de protecciones por 2,5 millones por la amenaza de la gripe A
    Se trata de uno de los asuntos de los que más se habla desde que se desencadenó la crisis del Covid-19: la escasez de mascarillas. Un serio problema para los profesionales de la sanidad y los infectados por el coronavirus que ha obligado a adoptar medidas extraordinarias. Por ejemplo, el pasado miércoles el Gobierno central planteó la posibilidad de extender el uso de las mascarillas. En otras palabras, las autoridades recomiendan usar el mismo equipo de protección individual (EPI) cuando se trate con varios pacientes diferentes, siempre y cuando no exista otra posibilidad.
    Se trata de una recomendación extraordinaria que se plantea para dar soluciones a la escasez en esta situación de crisis. Una situación que contrasta con lo vivido en Euskadi en 2011. Aquel año, el Gobierno Vasco vendió 47 millones de mascarillas por 40.500 euros a una empresa de Miranda de Ebro. Una ganga.
    Poco después llegaron las elecciones autonómicas y el PSE se hizo con el bastón de mando en Ajuria Enea. Al Ejecutivo le sobraban 47 millones de unidades. Guardarlas costaba a las arcas públicas más de 8.000 euros al mes, lo que costaba el alquiler del pabellón industrial en el que se almacenaban. El entonces nuevo consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, llegó a cesar a uno de sus directores por no informarle de la adquisición, que sumada a los 25 millones de pares de guantes de látex superó los 4 millones de euros.
    Los socialistas denunciaron el despilfarro -¿sólo despilfarro?- del anterior equipo de Sanidad, dirigido por Gabriel Inclán, y los jeltzales preguntaban por el destino de las 271.000 vacunas y los 311.000 tratamientos antivirales contra la gripe A comprados ya en época socialista.
    El Gobierno Vasco sacó a la venta los 47 millones de mascarillas que sobraron por 54.000 euros, apenas para costear seis meses de alquiler del pabellón donde se tenían almacenadas. Nadie pujó. Ni empresas, ni entes públicos.
    Meses después llegó un nuevo concurso. Se rebajó el preció en casi 14.000 euros. Muy por debajo del precio por el que se adquirieron. Hoy, en plena crisis del Covid-19, se han llegado a pedir 14 euros por cada mascarilla.
    Olabarri

  8. Si, como dice el Lehendakari lo peor está por llegar, ¿por qué el sistema se ha quedado sin suministros tan pronto? ¿Ha faltado previsión? ¿Por qué no se compró y almacenó material al inicio de la crisis?
    Olabarri nos cuenta la escabrosa historia de las mascarillas de Gabriel Inclán
    Las residencias de ancianos de Gipuzkoa han recibido los equipos de protección en caso de contagio de coronavirus prácticamente dos semanas después de que se implantaran los primeros protocolos con medidas de contención, y tres semanas después de que se confirmara el primer positivo por Covid-19 en Gipuzkoa.
    Todos a una contra el corona virus, también los que administran los bienes públicos

  9. Mónica González

    Saliendo del hospital donde se respira una mezcla de cansancio,responsabilidad,preocupación y orgullo
    Orgullo de pertenecer a un sistema sanitario que siempre cuida de los cualquiera y que es ejemplo de solidaridad, vocación de servicio público y empatía

  10. La situación es muy grave pero no hay credibilidad en la afirmación de que el virus se propagó deliberadamente.
    Esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe medioambiental. El gobierno y las multinacionales farmacéuticas saben desde hace años que existe una gran probabilidad de que se produzca una grave pandemia, pero como no es bueno para los beneficios prepararse para ello, no se ha hecho nada

  11. El republicanismo de los siglos XIX y XX nunca se redujo a quitar reyes. Bebió de la tríada conceptual de “libertad, igualdad y fraternidad” que se enarboló en las revoluciones liberales norteamericana y francesa y que en España tuvo un largo camino entre las Cortes de Cadiz (1810-1813) y el sexenio democrático (1868-1874) con la experiencia de la Primera República. En esos años se fraguó el republicanismo como un programa de reformas políticas, socioeconómicas y culturales que podríamos catalogar como el embrión y avance de lo que hoy llamamos “Estado democrático y social de derecho”.

    Es cierto que para alcanzar esas metas chocaron con el papel que los liberales conservadores asignaron a la Corona como poder imbricado claramente con los intereses y corrupciones de las oligarquías. De ahí el protagonismo político que tuvieron las decisiones tanto de Isabel II como de Alfonso XIII. Las Constituciones de 1845 y 1876 se lo permitían.

    Por eso el programa republicano chocaba con el muro de La Corona. Por eso también se produjo el derrocamiento de Isabel II y luego se tuvo que exiliar Alfonso XIII. Nada que ver ni en contextos ni en fuerzas políticas con la situación de 2020. Las comparaciones en historia deben hacerse con mucha precaución para subrayar diferencias y no caer en trampantojos que falseen la realidad.

    Ahora bien, con las experiencias amasadas durante la Segunda República (1931-1939), la trágica Guerra civil y la dolorosa dictadura de Franco, se puede concluir que en la Constitución de 1978 se recogieron los derechos y aspiraciones que desde hacía un siglo habían sido bandera de un amplio abanico de fuerzas progresistas.

    Más aún: con la Constitución de 1978 se puede afirmar que ganaron la partida los vencidos en la Guerra civil, por más que quedasen asuntos que posteriormente se han considerado insoslayables. En este sentido, el republicanismo como fuerza política perdió su sustento histórico y vio cumplidos sus objetivos sociales.

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