Antes de las 9 de la mañana ya estábamos en la puerta del conjunto arquitectónico que rodea la «Capella degli Scrovegni». (Estamos en Padua). Entramos en tres grupos de 18 personas. 20 mn cada grupo. Y los primeros en salir, con su sonrisa beatifica y sus expresivos gestos, ya nos anunciaban que estábamos en puertas de una de las más bellas joyas que han salido de las manos de un ser humano. Alguno recordaba la visita, en Milán, a la última cena obra de Leonardo da Vinci.
Alguna persona estará haciendo cábalas con la simetría de un barrio de Aiete que, paso a paso, cada vez es más recocido cómo entidad pública poseedora de los «Derechos de Ciudad»: Derecho a la Salud, Derecho a la Movilidad, Derecho al transporte público y en bici….