Para que el árbol cumpla, íntegramente, su cometido
Por fin, se sujetó, se colocó la señal de Anoeta y se apretaron los dos tornillos que fijan la “tablilla” en su lugar.
El Ayuntamiento se ha hecho esperar. Y la labor era muy sencilla: una simple llave atornilladora adecuada, girar dos vueltas cada tornillo y apretar lo necesario la rosca.
Se hubiera evitado que la flecha que señala Anoeta, hubiera estado tantos días a ras del suelo, peligrosa. Más sensibilidad muestra JCB que subió la señal a cierta altura, indicando con una cinta plástica la provisionalidad.
¡Qué pesadez! La administración municipal dispone de una burocracia lenta, muy lenta. Tanto en los arreglos como en la atención al público. En los los tiempos de tanto avance persiste el vuelva mañana o pase usted a la siguiente ventanilla…