Marguerite Yourcenar con Lola Arrieta

CARA B4La tertulia literaria de las Memorias de Adriano

Es bello empezar recordando que, como los buenos magos, Marguerite Yourcenar fue capaz de extraer y crear su gran obra, de entre los papeles olvidados de un viejo baúl.

En diciembre de 1948, según la escritora, o el 24 de enero de 1949, si hacemos caso a su biógrafa, Josyane Savigneau, llegaría a los EEUU un baúl que Yourcenar había olvidado en el Hotel Meurice de Lausane, poco antes de embarcar hacia los EEUU en 1939. En su interior, entre cartas, apuntes y libros deteriorados se encontraban también las primeras redacciones, sus primeros intentos de acercamiento a Adriano, surgidos de una estancia en Roma, allá por 1924, cuando, como una turista más, visitó la Villa Adriana y se sintió subyugada por la figura del emperador hispano.

Fue, por tanto un reencuentro y Marguerite reinició la tarea interrumpida. Trabajó frenéticamente, con la madurez de sus ahora ya 46 años y en su aislamiento americano, alejada de Europa, de su lengua materna, el francés, en la que escribirá ésta y el conjunto de su producción literaria y el 5 de diciembre de 1951 saldría a la venta en Francia, editado por Plon, Memorias de Adriano, considerado, a día de hoy, como uno de los mejores libros del siglo XX.

¿Qué le atrajo de Adriano? Preguntaría Bernard Pivot a la escritora en su famosa entrevista para la Televisión francesa de 1979 a lo que ella respondería magníficamente haciendo un compendio de la obra: Que fuera ante todo un gran helenista, un amante del arte y la cultura de la Grecia clásica; un gran pacifista; un hombre que conoció el triunfo y el fracaso tanto en el amor como en sus empresas imperiales.

La autobiografía ficticia de Adriano trajo para la autora momentos de reconocimiento, premios, éxitos, fama y notoriedad internacionales que no le impidieron seguir escribiendo obras como Opus Nigrum (1968), o su autobiografía novelada El laberinto del mundo, compuesta por Recordatorios (1973), Archivos del Norte (1977) y ¿Qué? La eternidad (1988).

Tuvo tiempo de vivir y de escribir, de viajar, de recorrer Europa y el resto del mundo, primero con Grace Frick, su compañera durante cuarenta años,hasta la muerte de esta en 1979, después, ya, sin ella. En 1981, el 22 de enero, Marguerite Yourcenar se convertirá en la primera mujer que ingresa en la Academia de la Lengua francesa. Espléndida, vestida con un traje que diseña para ella Saint Laurent,la escritora rechaza la espada que le ofrecen en la ceremonia y en su discurso lamenta que escritoras como Mme de Staël, Georges Sand o Colette no le hayan precedido en la institución.

El 17 de diciembre de 1987, a los 84 años, murió Marguerite Yourcenar en el hospital de la isla de Mount Desert, no lejos de Petite Plaisance, la casa en la que había vivido y trabajado durante años en compañía de Grace, casa que es hoy museo dedicado a la escritora y en el que se conservan las máquinas de escribir, los libros, sus fotos, sus recuerdos.

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