
En este contexto de pesimismo existencial por el coronavirus y la desacertada gestión de la pandemia, el sábado salió una buena mañana que nos alegró el día. No estaba previsto y ni siquiera los epidemiólogos habían alertado del fenómeno.

La víspera de todos los santos, desde la primera hora de la mañana, salió un hermoso sol en el horizonte. Bajo un cielo azul impoluto, la luz se adueñó de la escena y el calor empezó a elevar la temperatura hasta hacerla primaveral. Los jardines del palacio de Aiete, el Bosque de Miramón, el Parque de Puio, las plazas de Munto y de Etxadi; un paseo en bicicleta por el flamante bidegorri;

el blanco hueso del ambulatorio, …. Fueron unas horas deliciosas, como un espejismo de efímera alegría. La vida se desarrolla durante el día pero en cuanto cae la tarde y vuelve la oscuridad, retornan las noches más largas, el repliegue es masivo, pero aparecen los niñatos de todos los años y la emprenden contra todo y contra todos.

Son como de ficción, no son conatos de rebeldía son gamberros, que actúan sobre el cansancio y la resignación con el que estamos viviendo la epidemia
Ellos se esparcen por el barrio como la niebla por los entresijos cotidianos.
Las gigantescas olas del temporal ‘Epsilon’ han golpeado el litoral pero este grupo de idiotas, siguen ahí, año tras año, impertérritos.


En aquel 2016 se ensañaron en la Hiru Damatxo, Aiete Ikaretxea, Etxadi, Bera-Bera
Con la excusa del Halloween, la han vuelto a hacer. Llega el día de Halloween y hay vecinos o vecinas, que plastifica las ventanas para evitar que las yemas de los huevos se queden pegadas, otros no encienden las luces o bajan las persianas para que los vándalos no vean que hay gente en casa, porque les gusta tirar huevos a las casas en las que hay gente.

Quinto año consecutivo que los idiotas arrasan en el barrio ¿Son distintos? ¿Se da un cambio generacional? ¿Son del mismo colegio?

Había dos cuadrillas en la plaza de Munto, muy grandes; de hecho alguien llamó a los Municipales, estos acudían al lugar y hablaban con ellos.
Quien llamó no se sabe, ni tampoco por qué razón ¿Por el lanzamiento de huevos? ¿Por la acumulación de alrededor de 18 personas? ¿Por la suciedad que generaron? ¿Por el banco roto?.

La pregunta es la misma del año pasado, y del anterior, y del anterior…¿Quién limpia la fachada de la casa? Las manchas perduran durante años, hay zonas de los ventanales en los que resulta difícil llegar y limpiar. Con los años que llevamos con este problema, el gobierno municipal debería tomar cartas en el asunto, esta chavalería debería ser castigada a hacer trabajos sociales y sus madres-padres hacerse cargo del coste de limpieza.

Moraleja
Hay monstruos con los que no se juega.
Esta noche de muertos la mayoría de la gente, jóvenes y mayores, la hemos pasado de otra manera, dadas las circunstancias.
Con el coronavirus ni truco, ni trato. Ya es hora de ponerse serios y serias.
Muchas vidas, y el pan de muchas familias están en juego.
Seamos responsables.
