Desde hace mucho tiempo, quizás desde la década de los 60 del siglo pasado, el carbonero bebedor y bonachón, -figura alternativa y rebelde- se ha ido convirtiendo en un personaje central en las fiestas de la nueva* Navidad

Desde entonces la ancestral figura del Olentzero ha ido adoptado diferentes formas; ahora es más estilizado, luce barba gris y tiene mujer, Mari Domingi, que desfila junto a él. La pipa que siempre lo acompañaba también desapareció cuando desaconsejaron fumar

Su atuendo ya no luce lamparones, sino una negra larga saya inmaculada y desfila todos los 24 de diciembre, con gran pompa y esplendor, repartiendo regalos. [Los más veteranos recordarán que hubo una época, finales de la dictadura, que los ‘grises’ repartían porrazos a las comitivas del Olentzero]. Los regalos han influido notablemente en su popularidad. No es el Papá Noel vasco, Olentzero comienza la Navidad, y los Reyes Magos la terminan, y ambos pueden traer obsequios.

Olentzero, “tiempo de lo bueno”, está asociado con los festejos del solsticio de invierno anteriores al cristianismo como los Saturnales romanos, que celebraban el fin del periodo más oscuro del año. Los días comienzan a alargarse y la luz triunfa sobre las tinieblas.

El gigante mítico baja de las montañas, y en Aiete hemos imaginado -en estas páginas-que lo hacía desde el Adarra, por el monte Oriamendi y pasaba la noche en Katxola.

Ayer, al despertar, pudimos ver que no era un sueño, Mari Domigi y Olentzero estaban allí, acompañados por los Galtzagorris y los Trikitilaris

En el caserío se han estado vistiendo y pertrechando con sus atuendos correspondientes. Han contado con la colaboración de de Gurutze y José Luis de Gero Axular, que les han ayudado a ponerse el pañuelo y las abarcas.

Donostiko Festak -organizador de la fiesta del Olentzero- se ha encargado de traerles el desayuno, café, leche, agua, bollería…

Todo el mundo sabía que Mari Domingi y Olentzaro estaban en el caserío, niñas, niños, familias, se iban reuniendo a sus puertas. Y a las 10.30 puntuales, puntuales, han aparecido con gran elegancia y simpatía, acompañados por los Galtzagorris y la Trikitixa

Desde las ventanas del caserío, Gero Axular interpretaba la txalaparta y jóvenes expertos hacían sonar la llamada de los cuernos, como se ve en el video inicial

Una luminosa mañana que ha visto renacer el caserío

¡Feliz 2023!

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*La nueva Navidad