¿Cuánto cuesta el hierro?, 10 años de la obra de Bertolt Brecht en Aiete

Se representó en el marco de un recital de poesía y teatro

Poemas leídos por Eva, Angel, Karmele y Lola

Teatro Estudio proyectó en la Casa de Cultura de Aiete ¿Cuánto cuesta el hierro?, obra escrita por Bertolt Brecht en 1939; una alegoría que ilustra las posturas que adoptaron las naciones de Europa en los prolegómenos de la II Guerra Mundial y su relación con la Alemania nazi.

La función tuvo lugar un viernes, el día 15 de junio de 2012

La obra de teatro de Bertold Brecht vino precedida por la lectura, con la participación de tres lectoras y un lector, de media docena de poemas contra la guerra, concebidos por poetas procedentes de las mismas nacionalidades representadas en la obra de teatro del autor alemán.

Una escena de ¿Cuánto cuesta el hierro? en el salón de actos

Intérpretes de los poetas y los poemas

Lola Arrieta, Poema de Imanol Larzabal

Karmele, dolor por su fallecimiento en febrero de hace cinco años

Karmele Alza, Morir por la patria no es dulce ni honroso. Wilfred Owen

Angel Marco, La muerte, el amor, la vida. Paul Elouard

Eva Rodriguez, Toque de queda. Paul Elouard

Karmele Alza, El fusilado. Jacques Prévert

Angel Marco, Oda a los niños de Madrid muertos por la metralla. Vicente Aleixandre

Eva Rodriguez, ¿ Qué recibió la mujer del soldado?, Bertold Breht

El 14 de agosto de 1956 moría en Berlín-Este el poeta y dramaturgo alemán. Antifascista, su aguda crítica social estuvo siempre guiada por un afán didáctico e innovador.

Hoy, en el 66 aniversario de su fallecimiento, -décimo de su presentación en la Casa de Cultura- nos hacemos eco de su legado publicando este incisivo poema.

Catón de guerra alemán

PARA LOS DE ARRIBA

hablar de comida es bajo.

Y se comprende porque

ya han comido.

Los de abajo tienen que irse del mundo

sin saber lo que es

comer buena carne.

Para pensar de dónde vienen

y a dónde van,

en las noches hermosas

están demasiado cansados.

Todavía no han visto

el vasto mar y la montaña

cuando ya su tiempo ha pasado.

Si los que viven abajo

no piensan en la vida de abajo,

jamás subirán.

EL PAN DE LOS HAMBRIENTOS HA SIDO COMIDO

La carne ya ni se huele. En vano

se ha derramado el sudor del pueblo.

Los laureles

han sido talados.

De las chimeneas de las fábricas de municiones

sale humo.

EL PINTOR DE BROCHA GORDA HABLA DE GRANDES

TIEMPOS VENIDEROS

Los bosques crecen todavía.

Los campos son fértiles todavía.

Las ciudades están en pie todavía.

Los hombres respiran todavía.

EN EL CALENDARIO AÚN NO HA SIDO SEÑALADO EL DÍA

Todos los meses, todos los días

están libres aún. A uno de los días

le harán una cruz.

LOS TRABAJADORES GRITAN POR EL PAN

Los comerciantes gritan por los mercados.

Padecía hambre el parado. Ahora

padece hambre quien trabaja.

Las manos que colgaban inútiles vuelven a moverse:

tornean granadas.

LOS QUE ROBAN LA CARNE DE LA MESA

predican resignación.

Aquellos a los que están destinados los dones

exigen espíritu de sacrificio.

Los hartos hablan a los hambrientos

de los grandes tiempos que vendrán.

Los que llevan la nación al abismo

afirman que gobernar es demasiado dificil

para el hombre sencillo.

LOS DE ARRIBA DICEN: LA PAZ Y LA GUERRA

son de naturaleza distinta.

Pero su paz y su guerra

son como viento y tormenta.

La guerra nace de su paz

como el hijo de la madre.

Tiene

sus mismos rasgos terribles.

Su guerra mata

lo que sobrevive

a su paz.

CUANDO EL PINTOR DE BROCHA GORDA HABLA DE PAZ POR

LOS ALTAVOCES,

los trabajadores miran el grueso firme

de las autopistas que están haciendo,

y ven

que es para tanques pesados.

El pintor de brocha gorda habla de paz.

Irguiendo sus espaldas doloridas,

las grandes manos apoyadas en cañones,

le escuchan los fundidores.

Los pilotos de los bombarderos aminoran la marcha de los

motores

y oyen

hablar de paz al pintor de brocha gorda.

Los leñadores están a la escucha en los bosques silenciosos,

los campesinos dejan los arados y se llevan la mano a la oreja,

se detienen las mujeres que les llevan la comida:

hay un coche con altavoces en el campo de labor. Por ellos

se oye al pintor de brocha gorda exigir la paz.

CUANDO LOS DE ARRIBA HABLAN DE PAZ

el pueblo llano sabe

que habrá guerra.

Cuando los de arriba maldicen la guerra,

ya están escritas las hojas de movilización.

LOS DE ARRIBA

se han reunido en una sala.

Hombre de la calle:

abandona toda esperanza.

Los gobiernos

firman pactos de no agresión.

Hombre pequeño:

escribe tu testamento.

HOMBRE DE CHAQUETA RAÍDA:

en las fábricas textiles

están tejiendo para ti un capote

que nunca romperás.

Hombre que vas al trabajo caminando durante horas

con tus zapatos destrozados: el coche

que te están fabricando

llevará una coraza de hierro.

En tu hogar hace falta un envase de leche

y estás fundiendo una gran botella, fundidor,

que no será para leche. ¿Quién

beberá en ella?

ES DE NOCHE

Las parejas

van a la cama. Las mujeres jóvenes

parirán huérfanos.

EN EL MURO HABÍAN ESCRITO CON TIZA:

quieren la guerra.

Quien lo escribió

ya ha caído.

LOS DE ARRIBA DICEN:

éste es el camino de la gloria.

Los de abajo dicen:

éste es el camino de la tumba.

LA GUERRA QUE VENDRÁ

no es la primera. Hubo

otras guerras.

Al final de la última

hubo vencedores y vencidos.

Entre los vencidos, el pueblo llano

pasaba hambre. Entre los vencedores

el pueblo llano la pasaba también.

LOS DE ARRIBA DICEN: EN EL EJÉRCITO

todos somos iguales.

Por la cocina sabréis

si es verdad.

En los corazones

debe haber el mismo valor.

Pero en los platos hay

dos clases de rancho.

LOS TÉCNICOS ESTÁN

inclinados sobre las mesas de dibujo:

una cifra equivocada, y las ciudades del enemigo

se salvarán de la destrucción.

DE LAS BIBLIOTECAS

salen los asesinos.

Estrechando contra sí a los niños,

las madres vigilan el cielo con terror

a que aparezcan en él los descubrimientos de los sabios.

EN EL MOMENTO DE MARCHAR, MUCHOS NO SABEN

que su enemigo marcha al frente de ellos.

La voz que les manda

es la voz de su enemigo.

Quien habla del enemigo,

él mismo es enemigo.

GENERAL, TU TANQUE ES MÁS FUERTE QUE UN COCHE

Arrasa un bosque y aplasta a cien hombres.

Pero tiene un defecto:

necesita un conductor.

General, tu bombardero es poderoso.

Vuela más rápido que la tormenta y carga más que un elefante.

Pero tiene un defecto:

necesita un piloto.

General, el hombre es muy útil.

Puede volar y puede matar.

Pero tiene un defecto:

puede pensar.

CUANDO EMPIECE LA GUERRA,

quizá vuestros hermanos se transformen

hasta que no se reconozcan ya sus rostros.

Pero vosotros debéis seguir siendo los mismos.

Irán a la guerra, no

como a una matanza, sino

como a un trabajo serio. Todo

lo habrán olvidado.

Pero vosotros no debéis olvidar nada.

Os echarán aguardiente en la garganta,

como a los demás.

Pero vosotros debéis manteneros serenos.

EL FÜHRER OS DIRÁ: LA GUERRA

dura cuatro semanas. Cuando llegue el otoño

estaréis de vuelta. Pero

vendrá el otoño y pasará,

vendrá de nuevo y pasará muchas veces, y vosotros

no estaréis de vuelta.

El pintor de brocha gorda os dirá: las máquinas

lo harán todo por vosotros. Sólo unos pocos

tendrán que morir. Pero

moriréis a cientos de miles, nunca

se habrá visto morir a tantos hombres.

Cuando me digan que estáis en el Cabo Norte,

y en Italia, y en el Transvaal, sabré

dónde encontrar un día vuestras tumbas.

CUANDO EL TAMBOR EMPIECE SU GUERRA,

vosotros debéis continuar la vuestra.

Verá ante sí enemigos, pero,

al volverse, deberá ver también

enemigos detrás;

cuando empiece su guerra

no debe ver sino enemigos en torno.

Todo aquel que avance

empujado por los agentes de las S. S.,

debe avanzar contra él.

Las botas serán malas, pero aunque fueran

del mejor cuero, son sus enemigos

quienes deben marchar dentro de ellas.

Vuestro rancho será poco, pero aunque fuera abundante,

no os debe gustar.

Que los agentes de las S. S. no puedan dormir.

Que tengan que controlar arma a arma

para ver si están cargadas. Y que tengan que controlar

si controlan sus controladores.

Todo lo que vaya hacia él debe ser destruido, y todo

lo que venga de él, contra él hay que volverlo.

Valeroso será quien combata contra él.

Sabio será quien frustre sus planes.

Sólo quien le venza salvará a Alemania.

(1937-38)

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