Evaluación del lavadero y estanque, por Alberto Moraza

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El análisis del elemento descrito nos permite identificarlo con certeza como un antiguo lavadero de ropa ya en desuso. Confirmándose de esta manera las acertadas suposiciones ya planteadas por los miembros de la Asociación vecinal Lantxabe. Una infraestructura destinada a facilitar las labores domésticas de lavado de ropa antes de la mecanización del proceso (no existía agua corriente en las casas).

El lavadero estará conformado por dos pilas consecutivas y dispuestas de una forma escalonada. La inferior destinada a las labores de enjabonado de la ropa. De ahí que se dispongan en este punto las dos piedras de lavado identificadas, aunque no se descarta que pudiera existir alguna otra más oculta por el lodo o desplazada de su emplazamiento original. El pilón superior, por su parte, estará destinado a aclarar la ropa enjabonada, que posteriormente se dispondría en los vecinos prados para su secado al sol para que blanquease. (Hace setenta años el bosque no estaba tan compacto como ahora, Juan Etxeberria)

[Nota. En el proceso de lavado utilizaban jabones elaborados artesanalmente en cada una de las casas con grasas usadas, generalmente de cerdo, mezcladas con sosa y algunos otros elementos para darles olor. Estos jabones se custodiaban en cajas de madera cortados en piezas rectangulares].

Este tipo específico de lavaderos de ropa presentan una tipología muy sencilla, y se asocian a los dispuestos a las orillas de los ríos y riachuelos sin necesidad de infraestructura alguna y ampliamente documentados en las fotografías y cuadros de época. En este caso concreto se procederá a ejecutar una construcción de escasa relevancia que carecerá de infraestructuras. El lavadero se habilita en un punto donde se aprovechaban las ventajas proporcionadas por un curso regular de agua (la regata de Pakeako erreka) y del terreno con diversos afloramientos sobresalientes para facilitar la disposición de los distintos muros y extracción de los bloques para su construcción. En un momento posterior estos lavaderos evolucionarán hacia construcciones erigidas para tal fin de mayor relevancia y más cómodas, con cubiertas de madera y teja y el lavadero aislado de sus usuarias.

A la hora de establecer la cronología del Lavadero de Pakea no existe certeza al respecto ya que se corresponde con una construcción de una gran sencillez y usual desde tiempos muy antiguos. Atendiendo a las referencias orales recogidas en la zona este presente lavadero pudo estar en funcionamiento durante las primeras décadas del pasado siglo XX (en incluso finales del XIX), y al mismo acudían asiduamente las mujeres de los caseríos del entorno (Erramunene, Katxola, Oriamendi, Merkelin, Miramon,…). Al parecer lavaderos como éste se pusieron de moda en la capital donostiarra en el tránsito entre los siglos XIX y XX con motivo de la conversión de esta ciudad en uno de los principales centros turísticos del Estado al cual periódicamente acudía todos los veranos la Corona y toda su Corte de nobles y ministros. Convirtiendo a los vecinos caseríos, y en especial a sus mujeres, en las lavanderas especializadas para las principales familias del país o de sus hoteles y restaurantes.

La labor de lavado será desempeñada casi exclusivamente por mujeres, y tendrá un marcado carácter colectivo ya que se ayudaban entre si en esta ardua faena. El trabajo era laborioso y muy duro puesto que estas mujeres debían lavar la ropa de rodillas y generalmente metidas en el agua sin protección alguna en cualquier época del año, tal y como debió ocurrir en nuestro ejemplo. Una labor, oficio en ocasiones, al que el cronista Jovellanos describía en el siglo XVIII como el «mas duro y molesto». Posteriormente, esta labor se irá modernizando facilitando la labor de lavado primero en una posición erguida, de pie, y ya entrado el siglo XX con la difusión de las lavadoras automáticas. Novedades que ayudarán a liberar a las mujeres de esta pesada carga

[Nota. Las primeras lavadoras mecánicas surgirán en Estados Unidos a principios del siglo XIX (movidas a mano con manivelas). Si bien habrá que esperar un siglo para que se invente la primera lavadora eléctrica que dará finalmente paso a la lavadora automática similar a los modelos que hoy en día conocemos. Difundiéndose su uso a partir de ya avanzada la década de 1970, y convirtiéndose de esta manera en uno de los electrodomésticos fundamentales en todo hogar]

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