Joseba Zaldua en el centro

Dicen que su presencia en el equipo inicial fue una sorpresa, desde luego no para sus seguidores en Aiete. Ellos confían en su ‘paisano’ y esperaban que Imanol Alguacil apostara por el ‘del barrio’ y éste protagonizó una actuación sobresaliente, tanto en ataque como en defensa. De medio campo hacia adelante resultó letal y su compenetración con Adnan Januzaj digna de mención, como si se conocieran de toda la vida. No es la primera vez que se encuentran en el camino. Y ayer esa conexión volvió a funcionar, como en la jugada del primer tanto blanquiazul.

El premio a ese buen entendimiento pudo haber llegado unos minutos antes. Joseba, en una posición forzada, pudo revolverse y ceder el balón a Janu, que evitó la tarascada de Max, emprendiendo la carrera en solitario hacia la portería holandesa y soltó un cañonazo

Volvió a funcionar la conexión Zaldua-Januzaj, y el centro desde la derecha del defensa, lo empalmó Janu: Empate a uno.

Zaldua y Januzaj escenificaron bien la idea con la que la Real pretende trazar su camino en este año más de experiencia en Europa. El aietearra tiene interiorizado que lo primero al otro de los Pirineos es defender, no cometer errores, prodigándose solo en ataque cuando la oportunidad de hacer daño es clara, mientras que el belga asumió el rol de figura al que no le quema en balón y es capaz de marcar diferencias.

En el gol de Januzaj, Zaldua le puso un bombón en el área, y Janu remató en el área pequeña con un giro precioso de su tobillo izquierdo para empatar.

Se puede debatir qué asistencia de las dos que dio Joseba fue mejor. Si esa primera culminada por Januzaj o la segunda que acabó Isak. Da lo mismo. Lo positivo es que la Real pone a Joseba en el centro

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