El pasado jueves 1 de julio, la vecindad de Aiete que esperaba el G1, se encontraron sin autobús.

Ahora sabemos que la empresa de Garayar ha sido sustituida por otra concesionaria de Lurraldebus, pero nadie ha informado de los cambios en la frecuencia o en los horarios de los autobuses; ni a los usuarios, ni a los chóferes.

Además de la desazón por la espera al autobús, mucha gente ha llegado tarde a sus citas, incluidas las del trabajo y otras, desesperadas, han cambiado de medio de locomoción. Es incomprensible que todavía se carezca de esta información, a fecha de 17 de julio.

Mejor dicho, por lo que estamos sufriendo, parece que la UTE, formada por una empresa vizcaína, Transitia, y otra semimonopolista como es el grupo Alsa, reduce la frecuencia de la línea Donostia-Hernani-Donostia a 20 mn en las horas punta (de 7:00 a 9:00) y a media hora el resto del día [Los autobuses de Garayar prestaban servicio cada 15 mn]

Alsa y Transitia, con la bendición de la Diputación de Gipuzkoa, hacen negocio con el trasporte público a costa de empeorar más la calidad del servicio

Sin embargo las quejas y reclamaciones de la ciudadanía han forzado a la “todopoderosa” Gipuzkoako Foru Aldundiaren, entidad insensible a las necesidades públicas, a convocar a los consistorios de Andoain, Astigarraga [su alcalde lo había solicitado], Hernani, Lasarte-Oria, [no se nombra al de Donostia] y a citar también a la nueva empresa concesionaria. Sin embargo el compromiso del consistorio donostiarra es vital para que la nueva empresa tome partido por los usuarios, y vuelva a dejar el servicio como antes, recuperando la frecuencia de 15 minutos

Autobuses Garayar, desde 1953, ha sido concesionaria de la línea de transporte de viajeros que unía Hernani con San Sebastián, a través de Aiete.

Los conductores del autobús de Hernani han vivido la peripecia de la transformación de Aiete.

Una de las trasformaciones más evidentes es la ‘carretera de Hernani’, que recorría la vieja Goiko Galtzara, para convertirse en los paseos de Oriamendi y Aiete.

Hasta mediados del siglo pasado las casheras de Aiete bajaban a los mercados de la ciudad en carros tirados por animales de tracción; pero cuando Garayar pone en marcha sus autobuses, estas mujeres utilizaban este medio para llevar los productos de la huerta, y, subían en los mismos autobuses, los alimentos básicos necesarios: pan del día, azúcar, pescado y otras viandas

A día de hoy el G1 mejoraba las prestaciones de los vehículos municipales en frecuencia y servicio: máxima puntualidad, amabilidad y familiaridad de sus conductores.

Cualquier cambio técnico, también en el transporte colectivo, suele ser para mejorar la calidad de vida del vecindario, empatizando más con los sectores más necesitados. La Diputación debería saber que los autobuses, en su mayoría, son utilizados por trabajadores, personas mayores, mujeres y estudiantes. Fracasar en ese objetivo democrático básico es la consecuencia de meter con calzador empresas que se mueven sólo con la ley del beneficio, pero que desconocen la zona y las necesidades del servicio. Algo tiene que ver el cómo se ha llevado el proceso de adjudicación del servicio