Mari Carmen e Iñazio, zorionak eta urte askotarako

La ciudad tiene sus barrios y estos, sus gentes, y estas no solo son posmodernas. Ayer, domingo 27 de junio, Aiete homenajeó a Mari Carmen Illarreta y a su marido Iñazio Aierbe, dos ochentones del barrio que llevan seis décadas unidos y el mismo tiempo haciendo el bien para el barrio y para sus vecinos.

Boda de Mari Carmen e Iñazio: don Eustoquio Iriarte (cura de Aiete más de 30 años) Agustín Illarreta, Iñazio, Mari Carmen y Garbiñe Beraetxe.

La iniciativa partió de Paki Jauregi, Izaskun Gallurralde y Pedro Albizuri, tres personas que se mueven y se han movido en torno a la parroquia de Aiete. Por encima de estos o de los otros, de los de ahora o de los de antes, la Iglesia es portadora de los valores de Jesús, y ayer se hicieron presentes en el amor y el cariño de la comunidad parroquial hacia Mari Carmen e Iñazio.

De pie, Mari Carmen, Izaskun y Paki Jauregi

La iglesia de Aiete fue un factor formativo y cohesionador del barrio de Aiete, bien desde la antigua, supeditada a la casa y palacio de Aiete, bien desde la nueva, esa que en 1926 se erigió con ese aspecto de fortaleza que le dio a la torre su arquitecto Luis Elizalde. En ese templo Mari Carmen e Iñazio han trabajado por el bien de los feligreses y de los vecinos, siempre con dulzura y amor: en la liturgia, en las lecturas, en el coro, en el mantenimiento… En tantas cosas. Ayer, el barrio les ofreció un modesto reconocimiento lleno de candor, pues además cumplen sesenta años de matrimonio.

Iñaxio, Mari Carmen y Pedro

Iñazio tiene sus raíces en el Gioerri, pero vino de Loiola. Ahora es un aietearra de cuerpo entero y mantiene una forma física y mental extraordinaria para sus 88 años. Lo demostró ayer con dos bertsos de agradecimiento al final de la misa. Iñazio no tembló delante del micrófono ni en euskara ni en castellano. Y es que es de una familia de acreditados bertsolaris. Me dicen que era muy tímido de joven y que fue su mujer la que le dio alas. No sé, puede ser. Trabajó tiempo para la Fábrica de Gas de Morlans, como tantos vecinos del barrio. Cuando le conocí cultivaba una envidiable tomatera contra la pared de su casa Alkiza.

Es su mujer Mari Carmen Illarreta Peñagaricano (Gurugú, 1935) un hada madrina del barrio. Hace unos seis años, cuando anduve por allí con mis pequeñas investigaciones sobre Aiete, Mari Carmen nos abrió a Begoña Egurrola y a mí las puertas de su casa y las del barrio. Es Mari Carmen mujer que sabe de la parábola del buen samaritano. Siempre, echando una mano al necesitado.

Mari Carmen es una contadora de historias fabulosa. Las cuenta con un cuidadísimo euskara. Es una enciclopedia. Lo sabe todo. Además, domina el arte narrativo. Cuenta las cosas desde el principio, salpica la narración con pequeños toques de humor y gestiona la historia con breves silencios. Su expresividad es también remarcable. Los ojos de Mari Carmen lo dicen todo, son vivos, ríen, se mueven inquietos, y subrayan su irónica sonrisa, chispeando el relato.

Recuerdo de ella la palabra “pikardia”. Es una pícara, pero de las dulces. Por su historia desfilan viejos nombres: su abuelo Miguel José y sus desahucios, el propietario Joxe Bizar, el vecino Joxe Matxain, sus padres Joxepa Peñagaricano y Agustín Illarreta, sus hermanos Joxepi y Pedro, la tía Manuela de Munto… Es un mundo de ayer, en donde se juntaba lo rural con lo urbano. Está recogido en mi libro .

‘AIETE: CASERIOS, CASAS Y FAMILIAS’ (TEXTO ÍNTEGRO DEL LIBRO DE PEDRO BERRIOCHOA)

Mari Carmen es una rosa de Aiete y es también aficionada a las flores que cultiva con primor en el etxeordeko de Alkiza. Ayer recibió junto a Iñazio un homenaje de tanta gente que le quiere en el barrio. Tras la misa cantada por el coro, hubo aurresku, bertsolari y txalaparta. Luego una sesentena de amigos nos reunimos en una alegre comida en el Hotel Palacio de Aiete. Buena comida, buena bebida, cantos, emoción y amor.

Zorionak, Mari Carmen eta Iñazio. Bejondeizuela!

Pedro Berriochoa Azcárate, 28-6-2021

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