La dura y prodigiosa vida de David Helfgott (‘Shine’) llevada al cine-club de Aiete

Sergio Pedrouso y Lola Arrieta presentaron el pasado viernes, Shine, el resplandor de un genio”, en el cine-club de Aiete; ultima sesión del Ciclo dedicado ‘A la Música’/ ‘Musika gure laguna‘ . ¡Qué mejor final de ciclo!

El director es Scott Hicks, y el apasionante film se estrenó 1996.

Sergio nos habló de cine, no se encontró con autoridad médica suficiente para hablar de las consecuencias del durísimo machaque de un padre neurótico para con su hijo y nos habló de música, de la magnífica banda sonora de Shine que, de eso sí, Sergio conoce un rato y sabe comunicar .

La banda musical elegida por David Hirschfelder, nos lleva de Mozart a Chopin, con escalas en Vivaldi, Beethoven y… Rachmaninoff y su casi imposible concierto para piano número 3

Sergio nos habló de las gigantescas manos Rachmaninoff. Y de las las manos de otros pianistas proyectando en pantalla su foto gráfica

Las manos son las que unen la mente y el alma en un pianista

Sergio fue describiendo cada obra maestra en el cielo de la composición musical, poniendo un asterisco en las que fueron interpretadas por el propio David para este film

Polonesa «Heroica» en la bemol mayor, opus 53, de Fryderyk Chopin. En el primer concurso en su infancia

Concierto para piano n.º 3, de Sergei Rajmáninov *

La Campanella, de Franz Liszt. *

Fast zu Ernst – Escenas de la niñez, Op. 15, de Robert Schumann.

Rapsodia húngara n.º 2, de Franz Liszt. *

El vuelo del moscardón, de Nikolai Rimsky-Korsakov; que luego volverá a interpretar en la ceremonia de entrega de los oscar *

Gloria en re, RV 589, de Antonio Vivaldi.

Sospiro, de Franz Liszt. *

Nulla in mundo pax sincera, de Antonio Vivaldi, en constante creación de ambiente y con la que cierra el largometraje

Funiculì, funiculà, de Luigi Denza.

Preludio n.º 2 Op. 3 en do sostenido menor, de Sergei Rajmáninov. *

Sinfonía n.º 9 Op. 125 en re menor, de Ludwig van Beethoven.

Sonata «Appassionata» Op. 57 n.º 23 en fa menor, de Ludwig van Beethoven.

Preludio en re bemol mayor, «La gota de lluvia», Op. 28, No. 15, Fryderyk Chopin.

Shine, el resplandor de un genio, es una película australiana interpretada por un magnífico Geoffrey Rush, premiado con el Oscar al mejor actor, nos narra la historia de David Helfgott, un niño prodigio del piano quien marcado por el comportamiento extremadamente insano de su padre (un también excelente Armin Mueller-Sthal) le llevó a la manifestación de una psicosis que le apartó de la interpretación musical durante muchos años.

El padre y detrás, en el cuadro, el abuelo.
Breve sinópsis del film

La historia también nos relata la fuerza del amor de Gillian (Lynn Redgrave), la que será su compañera, y que le recuperará para que pueda volver a los escenarios.

Como se escribe más arriba, sobre el tipo de trastorno sufrido por David, Sergio no se atrevió a emitir un juicio. Nadie en la sala estaba especializado pero, sin lugar a muchas dudas, el trastorno de David es un caso de psicosis que está ligado de manera muy clara a la figura paterna.

Observemos el inicio de la película. Un hombre bajo la lluvia llama a un bar. Está cerrado pero una joven camarera -Sylvia- le abre. Pronto nos damos cuenta que estamos ante un personaje que psíquicamente no está bien, no ya por su discurso o sus extrañas reacciones sino también por el nivel de angustia que manifiesta. Entre su discurso inconexo oímos frases del tipo: «¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? No lo sé ni yo mismo»; «Si haces algo mal puedes ser castigado para el resto de tu vida. Es una lucha eterna»; «Hay que sobrevivir, hay que sobrevivir»; «Lo importante es que yo no tengo alma… papá, papá decía que el alma no existe»; «Soy ridículo y zafio decía papá».

La película cambia entonces, se remonta a años atrás y se dirige hacia la infancia del protagonista.

Vemos un niño (interpretado por Alex Rafalowicz) que avanza tenso y tímido entre el público, hacia el escenario, repitiendo «voy a ganar, voy a ganar, voy a ganar». Va a tocar el piano, la polonesa de Chopin (como dice su padre, ya que la tensión de David no le permite hablar). Vemos el rostro de escepticismo de Ben Rosen (Nicholas Bell), el profesor de música que forma parte del jurado, ante la complejidad de la pieza que se pretende interpretar. David empieza a tocar. El rostro del profesor cambia su expresión al escuchar el increíble talento con la que aquel niño la interpreta. El piano se mueve y se desplaza sobre sus ruedas dificultando la ejecución de David quien, no obstante, sigue tocando poniéndose de pie. En ese momento surge el padre airado diciendo que el piano se mueve, pero el director le dice que su hijo es genial. La expresión del padre cambia y orgulloso manifiesta: es mi hijo, mi hijo.

Es mi hijo’ no es una simple muestra de orgullo o satisfacción, sino que es una pura expresión de la posesión que el padre ejerce sobre David. Pronto la película nos muestra un hombre que ejerce un presión brutal sobre su hijo que va más allá de la rigidez y el autoritarismo.

También vamos viendo que toda la familia (la madre de David y sus dos hermanas) vive bajo su tiranía.

A las espectadoras en el salón de la Casa de Cultura de Aiete, les llamó la atención la madre de David, una mujer sumisa y atemorizada que acepta sin más la tiranía del padre. La madre no se establece como el necesario contraste del padre, todo lo contrario, parece ser su auxiliar, desde el terror, a la hora de validar sus excesos y exabruptos.

Cuando el profersor Rosen está intentando convencerla de que intente interceder ante el padre para que le dejen ir a estudiar a Estados Unidos, Rachel, la madre, dice: «Es su padre quien debe decidirlo […] Es un niño señor Rosen, aun moja la cama».

La llegada del profesor Ben Rosen interesándose por David y proponiéndole al padre darle clases es despachada sin ningún miramiento.

Esta escena se repetirá posteriormente, y con más violencia hacia David, cuando ya más mayor (interpretado por Noah Taylor), y tras ganar varias concursos (el padre cede finalmente a que aprenda con Rosen) recibe una invitación para seguir estudiando en Estados Unidos. El padre reacciona brutalmente arrancándole la carta a David: «¡David no irá a ninguna parte! ¿¡Qué estáis mirando todos!? ¡David no irá a América! ¡¡No consentiré que nadie destruya esta familia!! ¡Yo sé lo que te conviene porque yo soy tu padre! ¡¡Soy tu padre y esta es tu familia!! ¡Yo se lo que te conviene porque soy tu padre!

Tras quemarle la carta de invitación en los Estados Unidos e impedir a Ben Rosen que le de más clases, el padre se nos muestra con su rostro más terrible

Llegamos así hacia el final de esta primera parte de la película. Igual que la presencia excesiva del padre como poder tiránico es compensada por Ben Rosen, el vacío materno lo será por la señora Katherine Sussanah Prichard (Googie Withers), una escritora australiana que fue la fundadora del partido comunista de Australia, que fascinada por la manera de interpretar de David le pedirá que vaya a tocar para ella.

Es a ella a quien le mostrará la beca que, en esta ocasión, recibe para ir a estudiar al Royal College of Music de Londres. Desesperado le dice que su padre no se lo permitirá, ella le dice «no puede impedírtelo». Es probablemente por la presencia de Ben Rosen primero y de Sussanah Prichard después que David acopia el suficiente valor para enfrentarse a su padre.

David… si te vas serás castigado para el resto de tu vida. Mi pequeño, no me obligues a hacerlo. David finalmente se va ante la desesperación y la ira de su padre, quien en las imágenes siguientes le vemos quemando todos los recortes de los periódicos que guardaba del hijo.

El padre es un personaje que podemos identificar como un narcisista patológico. Reúne muchas de sus características: falta de empatía, envidia, desdén por la pareja, negación, manipulación, arrogancia e intolerancia a la críticas, distorsión de la realidad, etc. Su efecto sobre David es demoledor como la película nos irá mostrando en más ocasiones.

En la Royal College of Music con John Gielgud como profesor al fondo

Cuando David retorna de Londres, tras su primera crisis, a Australia y llama a su padre y le dice que ha vuelto. El padre, fiel al castigo eterno que ha prometido, le cuelga el teléfono y le niega la vuelta al hogar. Eso le convirtió en un exiliado de familia que queda sólo en su patria. El resultado fue una disgregación absoluta de su personalidad que le llevo al ingreso en un asilo psiquiátrico iniciando un largo período de doce años perdido en las brumas psíquicas.

En la piscina, revueltas las hojas de una partitura de Ravel

Sergio, en el coloquio, hecha de menos la poca claridad y la confusión de las imágenes con las que aborda el film este período oscuro que llevó al desarrollo de la psicosis a David y a su posterior ingreso en un asilo psiquiátrico en Australia a costa de que renunciara a tocar el piano.

Son ahora otras las figuras que le dispensarán cuidado y amor y que le ayudarán a recuperarse ayudándole a retomar a un elemento determinante: su amor por la música. En especial Sylvia (Sonia Todd), la camarera del local donde empezará a tocar el piano y, sobretodo, Gillian (Lynn Redgrave), la que será su pareja. Con Gillian va a suceder algo que nos permite comprobar el poder del amor.

Gillian provocará un cambio notable en la vida de David que le permitirá no sólo llevar una vida más plena sino el retorno a los escenarios para tocar el piano.

Basado en un artículo de Oscar Bottasso

El amplio recinto que es el salón de actos de la Casa de Cultura, con el foro recomendado por las restricciones sanitarias al completo -60 personas, muchas no pudieron entrar como sucedió en la ocasión anterior- fue testigo de esta obra maestra del cine y de su labor creadora en el terreno del arte integral, especialmente, en este caso, de la música, de la educación y del amor como enfermedad o como sanación. Costó volver a la otra realidad, la del forum, cuando tardaron en encenderse las luces

Un genial y oscarizado Geoffrey Rush hace del David Helfgott enfermo psicótico ya maduro (Noah Taylor lo interpreta de más joven y Alex Rafalowicz es David de niño)

Armin Mueller-Stahl es el padre narciso y cruel

John Gielgud de profesor en la Royal College of Music

Lynn Redgrave de Gillian, la astróloga con la que terminará casando y le sacará de los infiernos.

Nicholas Bell es Ben Rosen, el profesor de música

Sonia Todd es Sylvia, la camarera del local donde empezará a tocar el piano

David Helfgott interpretó «El vuelo del morcardón» en la ceremonia de los Oscar.

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