Llanto por la tierra amada. Nadie responde al cerco del caserío Bera Bera. Hay unanimidad

Entrada a la finca del caserío Bera Bera, foto Ruben Plaza

Lo que quedaba del barrio de Aiete se puede leer en el libro de Pedro Berriochoa Azkarate, Aiete: caseríos, casas y familias (ver frontal de esta web y cliquear)

Al pomo de la espada y al cuento de las picas [antes Munto, Txanpuene, ahora Bera Bera], el postigo va a ceder…[Los restos se van derrumbando] Quema el sol el aire abrasa”

No se trata de la belleza de la tierra vasca. Tenemos interés en el mantenimiento de sus símbolos y de sus referencias arqueológicas y culturales

La estrategia de los dueños de las “espadas y de las picas” es arrinconar los caseríos con grandes urbanizaciones [Munto, Txanpoene, Bera Bera] y después destruirlos

Ahora, el Consistorio ¡Por unanimidad! autoriza que el caserío Bera Bera se transforme en viviendas y garajes

La noticia reza así:

El antiguo caserío Bera Bera, situado en el barrio al que da nombre y con más de 300 años de historia, será rehabilitado para acoger pisos, unos cuatro o seis, según se ha calculado por el momento. El antiguo baserri se encuentra rodeado de modernas edificaciones y está sin uso desde hace tiempo, aunque ahora podrá ser reconvertido en edificio residencial, después de que el Pleno municipal de octubre diese su aprobación por unanimidad al estudio de detalle para transformar la parcela.

Una de las peculiaridades del documento que autoriza ahora el Consistorio es crear un aparcamiento subterráneo en la zona verde en la que está la parcela y no debajo del edificio, como teóricamente debería ser si se siguiesen los criterios del Plan General. Los promotores, sin embargo, recuerdan que construir un estacionamiento subterráneo bajo el propio caserío no sería muy conveniente porque podría poner en peligro la edificación, que está protegida con el grado C en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (Peppuc). «Resulta materialmente imposible llevar a consecución la edificabilidad recogida en las normas bajo el criterio actual de alineaciones bajo rasante», dicen los impulsores.

El edificio tiene una planta de 800 metros cuadrados y mantiene su estructura de madera, con muros de mampostería pintados de blanco. En los años 70 fue rehabilitado.

El caserío Bera Bera, así como muchos otros del barrio de Aiete, es uno de los protagonistas del libro del doctor en Historia Pedro Berriochoa Azkarate. La publicación, titulada Aiete: caseríos, casas y familias (2016), tiene un apartado sobre los topónimos de los baserris de la zona y explica el porqué del nombre Bera Bera. Señala que procede de que está en lo que se conoció como barranco y la parcela está en cuesta.

Según explicó al historiador un vecino que había trabajado como morroi del caserío, en él había una docena de vacas, cerdos y huerta Además, con el primer corte de hierba del verano se levantaban 22 metas, lo que indica que era un caserío rico y productivo.

Además, sus tierras, según este testimonio, eran de muy buena calidad para su finalidad agrícola. Con el descenso de esta actividad, en todo Aiete, las tierras se fueron abandonado y fueron siendo colonizadas por nuevas viviendas del actual barrio de Bera Bera, que rodea la vieja edificación.

Carolina Alonso

16.11.2020

La propia Carolina, en Noticias de Gipuzkoa, el Viernes, 9 de Agosto de 2019, ampliaba esta información

En los años 70 fue restaurado por la conocida familia en el barrio Aranaz Arrás, cuyos descendientes son los actuales impulsores del plan para rehabilitarlo y transformarlo en viviendas. Pedro Berriochoa Azkarate en “Aiete: caseríos, casas y familias” (2016), que ya mendionamos en la entrada anterior, dedica una doble semblanza al Caserío Bera Bera -pag 157 a 164- Pedro describe el caserío como “un edificio con planta rectangular, dos alturas y cubierta a dos aguas con amplios aleros apoyados en jabalcones. Conserva interiormente su estructura de madera y muestra al exterior sus muros de mampostería revocada y blanqueada, con utilización de sillares de piedra arenisca en esquinales y recercado de huecos”. Pedro dedica un apartado a los topónimos de los caseríos de Aiete e incluye el de Bera Bera dentro de aquellos que podrían provenir de sus particularidades relacionadas con el terreno. Bera Bera está en lo que se llamó barranco y la propia parcela está en cuesta. En la página 161, del libro citado, inicia su entrevista con Miguel Aldasoro González (1930), conocido como Miguel Txiki. Dice de Miguel que fue morroi de Valentín Arregui, el etxekojaun de una de las dos viviendas del caserío Bera Bera; tenían una docena de vacas, huerta, engordaban cerdos y con el primer corte de hierba levantaban 22 metas, lo que da idea de la riqueza del caserío. Bera Bera tenía muy buenas tierras. Esta calidad de los suelos le viene a Aiete de la arena que durante generaciones se ha traído de las playas de San Sebastián. Los de Bera Bera traían también arena en la galera, que junto al helecho les servían para la cama del ganado. Los orines se filtraban a través del arena y evitaban el excesivo encharcamiento del helecho. Este lo sacaban del bosque de Bera Bera, un monte precioso, en donde compartían parcela con Patxi Zaldua de Olabene (dos de octubre, en web Estampas de Aiete para guardar en la memoria). Miguel, como la mayoría de los caseros de Aiete, ha sido un gran cazador -muchos de sus nombres están en nuestra cabeza-. Recuerda las perdices, codornices, becadas y no sé cuantas aves más que ha tirado en el monte de Bera Bera. En el barrio tiene fama de gran cazador. No hacía falta ir a cotos lejanos, las presas se agolpaban en la espalda de la Concha. El viejo etxekojaun, Pello Arregui, tuvo tres hijos: María que se casó con el portero de fútbol Agustín Izaguirre (1897-1961), -portero de la Real y de la selección española en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920-, Pilar que se casó con un Erdocia de Katxola y Valentín.

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