Fantasmas en el palacio de Aiete

Desde que el hombre es hombre ha creído en fantasmas, espíritus y fenómenos paranormales. Aún hoy siguen vigentes historias de percepciones extrasensoriales, telepatía y telequinesia, experiencia extracorpórea, vida después de la muerte, espiritismo, ‘poltertgeist’, ovnis y el ‘factor psi’, la adivinación, la sanación, los conjuros, precognición, clarividencia… ¿Eres de los que creen en estos temas, o te muestras escéptico? ¿Compartes esta frase de Edgar Allan Poe: «No creo en fantasmas, pero me han perseguido toda la vida»?

El 11 agosto 2015 esta web se hizo eco de esta información

http://www.aiete.net/2015/08/gnomos-o-walkirias-en-los-jardines-del-palacio-de-aiete/

En el Palacio de Aiete se cuentan muchas historias como estas; nuestro maestro de cabecera era Ramón Beltza, conserje, ordenanza, mayordomo, ujier y guarda, durante muchos años del palacio y de los jardines; alguna historia de ánimas nos ha contado cuenda vivía en el piso del Topaleku

Como saben los lectores de “Lantxabe”, el Palacio de Aiete fue construido en 1878 por los duques de Bailén. En él se hospedó la reina María Cristina, y hasta recibió en 1889 a la monarca de Inglaterra, Victoria Alejandra. Tras la muerte de la soberana comenzaron los rumores de que por sus habitaciones se pasea el ‘fantasma‘ de María Cristina o el de Isabel II, quien también pasó largas temporadas.

El palacio fue adquirido por los condes de Casa Valencia en 1913. Después de la Guerra Civil fue la residencia de verano del sanguinario dictador Francisco Franco durante 35 años. El Ayuntamiento de San Sebastián se había quedado con la propiedad al finalizar la contienda tras pagar una cantidad ridícula a la familia Alcalá Galiano. El tirano sufrió en el lugar dos intentos de atentado de los que resultó ileso. En 1973 tuvo que abandonar urgentemente el palacio para ser ingresado en Madrid. Algunos dicen que han visto su espectro.

1977 es el año en el que se celebran elecciones y se abren los jardines al público -ahora se ha de conseguir el mismo objetivo con la villa de La Cumbre- y en los años 80 se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación y decoración del palacio a cargo de Francisco Aranaz Darrás (Interiorista y anticuario).

Un paréntesis dedicado a este ilustre vecino, nacido en el caserío Bera-Bera (Aiete) el 1 de mayo de 1917 y fallecido el 8 de abril de 2011. Aranaz Darrás mpulsó los Certámenes de Navidad, concursos de pintura a los que concurrieron los más destacados artistas del país, como Ricardo Baroja, Ascensio Martiarena, Antonio Valverde, Miguel Ángel Álvarez, María Paz Jiménez o Amable Arias.

Formó parte del grupo de diez comerciantes, junto a Dionisio Villar, Francisco Pilarte, José Sánchez Eceiza, Domingo Peio, José Julián Merino, Willy Koch, Ángel Apraiz, J. Avellano y J. Manuel Durán, que promovieron en 1952 la I Semana Internacional de Cine de San Sebastián, lo que luego se convertiría en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Francisco Aranaz Darrás que recibió la Medalla al Mérito Ciudadano en 1995, algo pudo saber espectros, apariciones y duendes

El Ayuntamiento empleó la mano de Francisco Aranaz con la idea de utilizar el paladio para invitados durante el Festival de Cine. Uno de los primeros en pernoctar fue el actor Anthony Quinn, en septiembre de 1981, quien, según se dice, dijo haber pasado «la noche más terrorífica de su vida». Supuestamente escuchó durante horas un «trasiego fantasmal» continuo, golpes y crujidos al otro lado de la puerta de su habitación que le impidieron dormir. Despavorido, bajó las escaleras a las siete de la mañana con las maletas preparadas para irse. Una leyenda urbana, otros por él, vieron fantasmas donde no los hay, porque ni en las entrevistas que concedió en Donostia ni en su biografía, ‘One Man Tango’, menciona esta supuesta experiencia extrasensorial. De hecho, el pasado 13 de abril de 2018, volvió a las instalaciones de la Casa de Cultura de Aiete.

Entre el jueves 12 y el viernes 13 de abril de aquel año, los privilegiados seguidores del ‘Ciclo de Literatura y Cine’ descubrieron en ‘Vida y andanzas de Alexis Zorba’ no sólo un gran personaje literario, también un personalidad inmensa, “tan descomunal como cualquiera de los clásicos Ulises, Hamlet o don Quijote”; todos quedaron fascinados con Alexis Zorba, tras la lectura de la colosal novela de Kazantzakis y el pase de la genial película protagonizada por Anthony Quinn-Zorba.

Relatos más espeluznantes son los ofrecidos por los hermanos Óscar y José Alfredo Molina, que trabajaban en la empresa Medina Bi. En 2001, la periodista de El Diario Vasco, Cristina Turrau, que el pasado 2 de mayo tituló su artículo «La Cumbre mira hacia su futuro,» publicó un reportaje en el que recogía los testimonios de obreros que trabajaron en la restauración del palacio. El primero aseguró que «tiene algo diferente y todos los que trabajamos en el taller lo hemos notado». «A veces estás pintando y notas que detrás tuyo hay alguien. Porque hay una presencia, no tengo ninguna duda», mantuvo. Contó que mientras adecentaban el dormitorio del autócrata inquilino escucharon «un golpe intenso y seco procedente de la planta de arriba. Como si un armario de hubiera caído». Asustado, subió con un compañero y al llegar a la estancia de la que parecía provenir el golpe observaron que todo permanecía inalterable. Media hora después el ruido volvió a escucharse, y esta vez por el resto de trabajadores.

«Un día estábamos trabajando en la sala que hoy se usa para reuniones municipales y se apagaron las bombillas de las tres lámparas de araña de la habitación, menos una. Cada lámpara tiene de 12 a 17 luces. Consulté con varios electricistas y me dijeron que todas las luces parten de una conexión única. Puede ocurrir que una bombilla quede medio apagada, pero no encendida, como aquélla», narró también el trabajador.

También su hermano José Alfredo mantiene que una tarde de invierno, sobre las 19 horas, escuchó un sonido semejante al de un anillo golpeando el cristal: «Fue como si llamaran a la ventana, pero desde el exterior del palacio. Pensamos que sería nuestro padre que venía a dejarnos material. Salimos, pero allí no había nadie». Lo más curioso es que al mirar la fachada, ambos hermanos observaron que la ventana en la que se había escuchado aquel golpe se encontraba a tres metros del suelo y tenía las contraventanas cerradas para proteger el cristal.

Otros fenómenos que pueden tener una razón sobrenatural o ser leyendas urbanas, se refieren al movimiento de muebles, de un intenso frío que se siente sólo en algunas habitaciones, tanto en invierno como en verano, de olores de origen desconocido y de la aparición de moscas muertas en determinadas estancias.

Sobre un texto de Antton Iparraguirre (las correcciones son de Lantxabe)

Martes, 4 agosto 2020

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