El talento se encuentra en Aiete.

La Talent House.

La apuesta por la innovación, la investigación y la retención del talento son las claves para el desarrollo de ciudades inteligentes, más modernas y sostenibles.

San Sebastián ha encontrado su lugar en Aiete. Inteligencia, modernidad y sostenibilidad se les dan bien a los aitearras, aunque algunos prefieran deslizar por el paseo sus de alta gama Mercedes-Benz, BMW ó Audi A6 y todo les moleste a su fulgente paso.

Cosa bien distinta son los asuntos cotidianos que afectan al barrio como los que hacen referencia a la poda de las copas de los árboles que impiden filtrar la luz a la acera del paseo de Aiete; o a la “aparienca de bidegorri” que el departamento de movilidad no asume rectificar; o a que tenemos centro de salud, pero en el que los diferentes departamentos municipales van interviniendo sin orden, ni concierto, en las obras de mantenimiento hasta prolongar ad eternum su puesta en marcha, en estos equipos parece no importar la temible amenaza del Corona Virus; por no citar los precios de las viviendas y del alquiler en el barrio

Para esos menesteres Aiete no cuenta entre las tareas del grupo de gobierno (“No hay presupuesto”)

Pero tenemos la Talent House, un alojamiento residencial en un lugar privilegiado, el que ocupaba el castillo de Rozanés.

Allí se han instalado 310 talentos y sus respectivas familias, personas altamente cualificadas por parte de centros, universidades y empresas de Donostia.

Ser una ciudad inteligente y mostrar un claro apoyo a las personas cualificadas”, como dice el concejal del ramo, está bien; pero ayudar a los más jóvenes a incorporarse al mercado laboral, está también bien; y proteger las familias más desamparadas, también; y avalar a los jóvenes que buscan vivienda; y amparar a la gente sin recursos; y estimular la creación de nuevas actividades.

Desde la Talent House, Donostia es una ciudad privilegiada (el marco incomparable), pero existen, además, otras responsabilidades municipales que se deben cumplir y no se hace

(Continúa en la siguiente página: el Castillo de Rozanés)

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