Pedro Lazkano Arrieta, In memoriam

Hoy el mundo del bolatoki en Gipuzkoa está de luto. Todavía Pedro tenía muchos bolatokis que recorrer dejando la firma de su buen hacer pero Ama Natura manda. Pedro no sólo era un buen bolari. Sus méritos personales superaban en mucho a sus acertadas tiradas. En Altza en general y en Herrera en particular debemos mucho a este amigo. Hace unas décadas, estas dos sociedades se atrevieron a introducirse en el cerrado mundo de los bolos, con una treintena de niños y varias mujeres. Tiempos difíciles en los que desde el primer momento contamos con Pedro que, con el apoyo de su padre Patxi, nos facilitó nuestra andadura por caminos muy accidentados. Hoy en día se habla de igualdad y se defienden los espacios públicos en el deporte, en la cultura, pero eso no es de ahora. Hay personas como Pedro que con su sencillez, su saber hacer, esa fina ironía a la hora de aplaudir cualquier tirada de través de la chavalería de Herrera, su paciencia enseñándonos la técnica adecuada, ese giro de muñeca tan difícil, nos animaba a nosotras en los momentos bajos. No daba opción al abandono; había que seguir y así lo hicimos. Él miraba un poco más lejos de los objetivos que nos habíamos fijado nosotras.

Hoy por hoy los bolos están en ese bucle poco definido de la evolución, pero sabemos que hay una nueva generación de hombres y mujeres cuyos padres han sabido transmitirles esta afición a un deporte que se embellece cuando se juega. Ellos conseguirán, en ello están, la aceptación que se merece este deporte por su historia y sus características. Además, y quizás sea uno de sus mayores atractivos, cohesiona pueblos de Gipuzkoa y hace que la gente que acude a Ereñozu o Gabiria, o Hernani o a tantos sitios, se reencuentre en un ambiente entrañable que mantiene viejas costumbres con un aire festivo y deportivo.

Pedro lo había visto, lo ha transmitido a lo largo de su vida. Nosotras sabíamos que le teníamos a mano, que ahí estaba cuando le necesitábamos o con una visita de tirada de calendario oficial o de fiestas. Nos acostumbró así y ahora estamos un poco más solas. Pero gracias a él, a Patxi, a los Miner, Etxebeste, Goenaga, y tantos otros, hemos tenido mucha suerte de vivir una época, que hoy en día y pasados más de treinta años desde su inicio, todavía nos hace sonreír y los niños de antes ahora son adultos que recuerdan y que mantienen amistades que se forjaron entonces.

8 de Marzo 2020

Herrera, K.E. – Euskal Giroa,

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