Los manzanos llegan a Munto, por Josu González

Operarios, durante la plantación de los nuevos manzanos de Munto.

Se han plantado 21 frutales autóctonos, como recuerdo al desaparecido caserío de Munto y su vinculación con la sidra

Sábado, 22 febrero 2020, Diario Vasco

El paso del tiempo ha ido variando el paisaje de Aiete pero la comunidad pretende mantener vivas algunas raíces del pasado. De este modo, hace siete años, el 12 de febrero de 2013, el Ayuntamiento de Donostia autorizó el derribo del emblemático caserío Munto y hoy, siete años más tarde, se han plantado quince manzanos en la plaza y otros seis en parterres en recuerdo al conocido edificio.

Esta iniciativa ha servido, entre otras cuestiones, para conmemorar al mítico caserío que tuvo un vínculo muy importante con la sidra. «Por fin tenemos una plaza repleta de manzanos que lucirá, en unos años con todo su esplendor», añaden desde la asociación de vecinos de Lantxabe.

En la parcela ajardinada del caserío quedaban dos abedules y un par de arbustos, que se iban a mantener hasta que el desarrollo del porte de los manzanos permitiera rebatirlos. Sin embargo, las raíces de los abedules y los arces han agostado a los manzanos más próximos y se ha procedido al talado de estos. Aunque «no así al de los dos arces que actualmente crecen en la plaza», dicen desde Lantxabe.

El departamento de Parques y Jardines, ofreció a Lantxabe la posibilidad de seleccionar las especies de manzanos más adecuadas para la plaza, y la asociación propuso estas variedades autóctonas: Manzano de San Juan, Pelestiña, Urtebi handi y San Ignacio, con el criterio de que prevalezca la eficiencia de su brote y el carácter ornamental. En total, se han plantando quince pequeños manzanos (para facilitar su enraizamiento) en tres filas de cinco manzanos cada una. Y en los dos parterres de la calles Goiko Galtzara, esquina Doctor Marañón otros tres en cada uno. Lantxabe se siente contenta con el trabajo que ha realizado el departamento de Parque y Jardines, y aseguran que «seguirán con atención el crecimiento sano de los manzanos».

Evolución de Munto

El caserío de Munto fue un lugar de referencia para los aietearras y para los donostiarras ya que se convirtió en un sitio muy transitado y querido por todos. Se sabe que existe desde el siglo XVI, y uno de los usos más conocidos fue el de sidrería. En el año 2006, las herederas vendieron el caserío pero cedieron el lagar a la asociación de vecinos de Lantxabe. El edificio fue deteriorándose y la asociación expresó en numerosas ocasiones la necesidad de preservarlo, de hecho puso en marcha diversas iniciativas para conseguir este objetivo. El 25 de enero de 2013, se produjo un grave desprendimiento, y el dueño de la infraestructura declaró su intención de derribar la casa. El Ayuntamiento, ante el riesgo, autorizó los trabajos de derribo.

La asociación de vecinos, solicitó a modo de recordatorio, dejar en pie la parte de la fachada de piedra del caserío y construir en el solar una plaza de manzanos. En una reunión entre vecinos y representantes del Ayuntamiento, reflexionaron sobre el futuro diseño de la plaza y abrieron un consultorio web donde alrededor de 100 vecinos (de todo Donostia) plasmaron sus ideas. Además, se presentaron pequeños bocetos con imágenes y se entregaron tres proyectos de tres jóvenes arquitectos aietearras. Finalmente, eligieron la opción de Josu Goñi, experto y joven arquitecto que reside y trabaja en París. Es una plaza de manzanos para tener presente a Munto como sidrería; un árbol señalético que sugiere la plaza como centro simbólico del barrio; una pista de juego de la toca, en recuerdo al campeón Manuel Matxain; un panel con un fotografía cenital de los años sesenta en la que se ve Aiete como un barrio de caseríos, y apoyados en la pared de piedra, un templete y un pequeño escenario rodeado de una larga bancada. En las fiestas del barrio de 2016, inauguraron la nueva plaza.

Un año más tarde, se inauguró el Museo Arqueológico de Munto, en la bodega del antiguo caserío. Una construcción histórica con el motor de la prensa que, ayudado por la polea de cuero, permitía el funcionamiento mecánico del lagar. Es una exposición permanente al aire libre que muestra cómo funcionaba una prensa de manzanas en los caseríos de principios del siglo XX. Aiete ha intentado mantener intactas sus raíces, ajustándose al presente y respetando con dignidad lo realizado en el pasado.

Deja un comentario