Para leer “La Hija de Burger”

de Nadine Gordimer

Jueves 7 de noviembre de 2019, salón de la Casa de Cultura de Aiete

La Hija de Burger” de Nadine Gordimer es una novela plena de matices, de rincones, de retos, es un texto para disfrutar de la literatura leyendo despacio, sorbiendo cada frase. No se deja leer como Best Seller. Por eso tertulias como la que el jueves condujo Lola Arrieta se mudan a cátedra de lectura.

Al contrario de lo que pueda parecer en una lectura superficial de “La Hija de Burger”, Nadine Gordimer no pretende ofrecer una solución concreta a los problemas de Sudáfrica; en cambio, a través de su exquisita y depurada escritura, nos ofrece la posibilidad de ver cómo se entienden y se cuentan los problemas de su país

En la“La Hija de Burger”, encontramos diferentes narradores, Rosa Burger y el narrador omnisciente; distintos interlocutores, que dividen el libro en tres partes: Conrad, el compañero sentimental de Rosa, en una primera etapa de su vida; Katya, primera esposa de su padre, cuando Rosa se muda a Francia, que es la segunda parte del libro, y Burger, su padre, subcapítulos de reencuentro, en una breve tercera parte. A lo largo de las tres piezas del libro encontraremos diferentes protagonistas que ilustran la variedad de culturas, razas y circunstancias que coexisten y han convivido durante el apartheid en Sudáfrica.

Este triple esquema temático refleja, a su vez, una peculiar técnica narrativa:

Uno, cuando Rosa inicia una búsqueda propia de identidad diferente de la de su padre; dos, cuando emigra a Francia en busca de Katya y con ella bucear en una personalidad alternativa a la que vivió en su pais; tres, cuando vuelve a Sudáfrica y establece un nuevo diálogo con su padre -ya fallecido- desde la independencia personal.

Alguien dijo, tras acabar la tertulia, que Gordimer hace en su novela una aplicación sui géneris de la dialéctica de Hegel: la primera parte es la tesis; la segunda parte, la antítesis, y, la tercera, la síntesis. Dialéctica, etimológicamente significa “arte de conversar”. Este concepto no es una invención de Marx, ni siquiera de Hegel, pues en el mundo griego la dialéctica era el arte de discutir. El arte de discutir, de conversar es la esencia de la tertulia literaria. Y acertar con la novela elegida su primera virtud. “La Hija de Burger” es un libro para conversar, pero también para pensar, para discurrir, para comunicarse con un talento privilegiado como el de la Gordimer

Nadine, en “La Hija de Burger”, constituye una constante búsqueda por encontrar una forma de ficción adecuada para englobar la dura experiencia del apartheid en Sudáfrica. Esa forma de novelar es la que desentrañó Lola en la tertulia, que permite a las lectoras y lectores de la novela, encontrar una explicación a los diferentes giros que tiene la redacción literaria de los textos y sus cambios de protagonista que la autora delega en el lector para que adivinen qué persona es protagonista en cada caso. Se puede decir que la Gordimer desarrolla un método de inteligencia literaria; un trato adulto -y exigente- del lector.

La“La Hija de Burger” es una de las siete novelas de madurez de esta Premio Nobel [Un invitado de honor (1970). El conservador (1974). La hija de Burger (1979). Gente en julio (1981). Un capricho de la naturaleza (1988). Historia de mi hijo (1990)]. La hija... Se caracteriza por su vertiente de ficción basada en hechos históricos vividos, especialmente, por la población blanca contraria al apartheid -Nadine no quería escribir novela histórica (ni Best Seller)- y por la madurez literaria con la que aborda un personaje femenino que crea literatura a partir de sus tres interlocutores. Nadine Gordimer consigue que la historias se cuenten y se focalicen desde dentro de Rosa Burger, combinando con la tradicional narrativa omnisciente. De esta forma, la escritora ha conseguido una novela comprometida con la realidad sudafricana del apartheid; es un libro hondo, a veces insondable, con rincones y recovecos exigentes para el lector no avisado, -de ahí que bastantes de los asistentes a la tertulia se vieron estimulados a terminar la lectura de esta intensa y penetrante novela.

Lola Arrieta, en la presentación de la Premio Nobel, durante el desarrollo de la tertulia, profundizó en el durísimo régimen político del apartheid, el telón de fondo de las luchas y las vidas de los personajes, que han inspirado a la autora. Con Nadine o Bram Fischer -abogado de Nelson Mandela- como sosías del protagonista, destacó el papel de los blancos rebeldes al apatheid en Sudáfrica.

La tertulia, como bien saben los asistentes, tuvo otros muchos alicientes, más asuntos, esos quedan en la memoria de cada una y de cada uno

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