Katxola enamora

En la tarde del pasado sábado los augures eran favorables para la celebración de la ‘sagar uzta’ en el caserío Katxola

El análisis de la interpretación del canto, el vuelo y el comportamiento alimentario de las aves en el Bosque de Miramón presagiaban una tarde fascinante (y además no iba a llover).

Y así fue.

Primero las emociones fueron compartidas por personas y familias diferentes. Alegría, asombro y admiración en cada una de las cuatro generaciones que convivían en Katxola (cada una a su manera)

La numerosa familia Erdozia que acudió al baserri estaba conmovida y embelesada, volvían a vivir su niñez, su juventud, a habitar su tesoro familiar

Acudió también la familia Nogueras, Conchita, Carmen, Juan Ignacio, Mentxu y con ellas vivo el recuerdo de su aita, compartiendo con Manuel Matxain la tertulia de los «Egizaleak» en el Bar Vallés

Repitió Bereziartua. Vino con su familia, esposa, hijo. Bereziartua un referente en la elaboración de sidra natural. Empezó en 1870, y desde entonces (cuarta generación) continúa hasta nuestros días.

En el cuadro de emociones, acudió al baserri Igor -con muletas- el hijo de Pedro Arregi, el ‘electricista de Katxola’ que murió atropellado recientemente cerca del Asken Portu

Allí se encontraban familias jóvenes, hijos de la antigua taberna/casa de comidas, la popular Asken Portu -en otra ocasión comentaremos el incidente con excrementos de perro-. Numerosas familias jóvenes, apretaron las estancias del caserío, alguna de ellas venían por primera vez, otras son más asiduas.

Mucha gente toma el caserío con ganas de ver un caserío como Katxola, de aprender de su historia y arquitectura, de saber y disfrutar de la industria de la sidra, de la cultura material que entra por los cinco sentidos: Katxola es un espectáculo para la vista; para el oído es escuchar los trepidantes y arcaicos sonidos que emite el tolare en la ‘Sagar Uzta’, origen de la txalaparta; el caserío olía a todas las manzanas; el mosto resultante sabía a todas las manzanas.

El museo de Katxola, además de los habituales armatostes, artilugios, mamotretos, aparatos, máquinaria de prensado, kupelas, tiña, dispositivos; además del rincón de los cabezudos y de la Toka de Munto, tenía en expositorio las diversas clases de manzanas que estaban siendo prensadas en el lagar de la planta superior. Ahora está de moda, pero la sidra de Katxola lleva años mostrando su trazabilidad.

Al mando de la fábrica los ‘sidreros de Katxola’, no diremos nombres pero sí su labor: coger la manzana en Askonobieta, guardarla en sacos de 40 kg, subir los sacos hasta la planta noble del caserío, tener preparado el lagar: limpiar a fondo la machaca y toda la cacharrería que tiene contacto con el zumo de la manzana, tensar y alinear las poleas, limpiar a fondo el toldo sobre el que fluirá el mosto, evitar las fugas, prensar 850 kg de manzana, a paladas de la matxaka al tolare, en un prensado, en dos, en tres, en cuatro, empezar el viernes, en el del sábado fuimos testigos, madrugar el domingo, dar vuelta a la patza, una vez, dos veces, recoger la patza, llevarla al lugar correspondiente

¿Alguien no sabe que este es el trabajo en Auzolan?

A este espectáculo no podía faltar Juan Mari Mañero, el popular autor y director del programa “Gipuzkoa a diario” y A quien corresponda” de teledonosti.tv, que vino acompañado de Cristina, su esposa. Twiteó “Haciendo sidra en Katxola”, gran trabajo de Lantxabe…

Siempre están en la peripecia de la sidra, Ibon Martín y su familia; autor de libros de viajes por Euskal Herria, experto de antiguo en turismo rural y ocio de todo el País Vasco. Y ahora volcado en la narrativa, en libros ambientados en un entorno de mitos y leyendas que le han dado un gran prestigio en toda Euskalherria y más allá. Se ha consolidados como un maestro vasco del suspense con el libro “La danza de los tulipanes”, que prometió presentarlo en Katxola, y, ‘sotovoce’, nos dijo que quizás mencionaría la idea de introducir el caserío en su próximo thriller

En Ekogune, en Askonobieta, en Katxola encontramos a Josean Diez de Quevedo. Vino con su compañera. Jadiku es el autor de la obra-escultura Toka de Etxadi

Acudieron algunos descendientes de Bernardo Ponsol, fundador, en el año 1838, de la Casa Ponsol, en la Parte Vieja. Los de Ponsol fueron Medalla al Mérito Ciudadano en 2018

En los ‘fogones’ están personas voluntarias -tampoco diremos nombres- que les toca ‘cocinar’ los aperitivos para la merendola. En esta ocasión fundamentalmente tortillas y dulce de manzana. Y para beber, mosto, (aunque alguna botellita de sidra también se tiró). Esta vez nos faltaron los aperitivos para la gente menuda, que sí tuvimos en Ekogune, no facilitados por la institución, como en esta web se dijo, sino por una de las personas que nos acompañaron tanto en la recogida de las manzanas, como en esta gran reunión en el caserío.

Desde el principio hasta el final el ambiente de este día, con un Katxola lleno hasta los topes, lo puso la formidable trikitixa de Maider Lasa como directora de la Escuela de Música de Donostia. Uno de los conjuntos musicales más potentes del País Vasco, con una larguísima experiencia y un profundo conocimiento de los instrumentos, los textos característicos de la trikitixa, la cultura y la historia de este instrumento musical tan asociado al mundo del folklore vasco

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