La vida vibra en el caserío Katxola

Katxola es un caserío recuperado de la picadora urbanizadora y en este cobijo clásico se recrean el ambiente familiar y manufacturero del siglo pasado, especialmente en los que se refiere a la fábrica de la sidra. Se ha convertido en un centro pedagógico de su contorno escolar, especializado en conocimiento material medioambiental y de la cultura vasca. Es también un centro de interpretación del Bosque de Miramón. Y es, como consecuencia indirecta, el meollo de las fiestas y romerías de Aiete a lo largo del año.

El sábado 14 de septiembre, fiesta grande en Aiete, allí, en el caserío, se juntó la clásica romería. Mientras la niñas y niños construían su puzzle gigante en la planta primera del baserri, las personas mayores participaban en la merendola celebrada con la artesanal sidra propia y cantaban acompañando a los de Bi Aldetakoak en el exterior de Katxola

Con el traslado del paseo de Oriamendi al actual emplazamiento, al final de la calle Paraiso, se ajustaron algunas de sus estructuras, para amoldarse a las necesidades de un equipamiento cultural; fueron reformas meramente estéticas y de poco calado, iluminación, escalera, espacios nítidos, algo de mobiliario y recuperación del tolare, con el traslado del lagar de Munto, kupelas bautizadas, herramientas y taller de carpintero, que contenía este caserío

Katxola nos ayuda a entender la forma de vida del pueblo vasco en épocas anteriores y son miles de donostiarras las que se han animado a visitar el caserío, muchas personas lo han hecho por partida doble, triple. Otras están enganchadas. El caserío Katxola encanta, seduce.

Mantiene lo esencial de la estructura de los caseríos vascos del siglo XVIII pero difuminando habitaciones, cocina y cuadra, conservando amplio espacio y lagar en la parte superior; el almacenamiento de la sidra, el taller y el ‘espacio taberna’, se encuentran en la planta baja

Su estructura, tolare y fuerte columnado de madera de roble, hacen que esta edificación se convierta en todo un representante de la arquitectura del baserri, un espacio único y muy especial. No es un museo, es un artefacto vivo que reúne en su interior cultura, historia, arquitectura y simbología vasca, elementos que la gente de Lantxabe preserva como una auténtica joya del patrimonio donostiarra y vasco.

Pero…

  • ¿Por qué las habitaciones se han desdibujado en Katxola?
  • ¿Por qué se ha construido el sótano que el viejo baserri no tenía?
  • ¿Por qué encontramos el hábitat del caserío Munto en el interior de Katxola?
  • ¿Por qué se conserva la matxaka y otros elementos museísticos de la sidra en el caserío?

Estas preguntas son habituales en la visita a este caserío

Y la visita es gratuita! Ha vivido unas jornadas de ‘puertas abiertas’ durante todo el verano; en esta época se realizan actividades con carácter contínuo y si se requiere, se puede visitar el baserri solicitándolo en lantxabe@gmail.com

Como centro de interpretación del Bosque de Miramon y museo, al caserío Katxola le acompaña la labor de difundir la importancia de los caseríos vascos en Aiete y en la comarca del Beterri, es un centro que ayuda a entender mediante los elementos de época recogidos en la casona, la forma de vida de sus habitantes. Bosque de Miramón y Katxola baserria son dos espacios que se complementan en su esfuerzo por dar a conocer parte de la cultura material de Euskal Herria y de sus Bosques.

El caserío se llena de vida cada vez que celebra una fiestas o que nos visita algún colegio, y otros colectivos. Son experiencias que se viven en el interior y exterior del caserío. Prácticamente todos los meses encontramos actividades culturales y pedagógicas en el baserri. Las visitas no proceden sólo de Aiete, o de Donostia, participan centros de otros pueblos de Gipuzkoa y más allá. Son actividades en las que se imparte a la comunidad escolar que acude al caserío, toda una lección de historia y cultura, en torno a la manzana y el caserío vascos.

En esos encuentros se hace una demostración folclórica de cómo se fabrica la sidra, machacando la manzana, haciendo funcionar el artesanal tolare y, al mismo tiempo, se toca la txalaparta, formando un ritual para obtener el preciado «sagar zukua» (zumo de manzana en euskera), un caldo, que con el tiempo pasa a convertirse en sidra. Unos eventos que, cuatro veces al año, marcan en el calendario, en el baserri, de este proceso de elaboración. El próximo episodio, apuntad, estáis invitadas e invitados, es el prensado de la manzana, en Katxola baserria, el 19 de octubre de 2019

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