El afán especulativo en la ocupación desordenada de los terrenos de Aiete

El Plan General de Ordenación Urbana de 1962 tuvo una incidencia nula en el planeamiento general urbanístico de la ciudad en general y de Aiete en particular. En el desarrollo urbano de la ciudad se da una ausencia de planificación real. El exceso de suelo sobre el que era posible desarrollar actuaciones urbanísticas dieron lugar a los procesos especulativos en Aiete

Permitió que se construyera en áreas protegidas como las de la vaguada de Sanserreka, limitada por lo que son hoy las calles Izaburu y Sanserreka, con la calle Palacio, y la zona donde está el hotel Costa Vasca

La familia de los señores Ancel eran los propietarios de la vaguada

En esta zona los organizadores de Motocros trazaron un elogiado recorrido tanto por los corredores, como por los aficionados al motocros y el público en general. Los espectadores contaban con una grada natural situada en lo que hoy es Pio Baroja y calle Palacio

El resultado fue espectacular. Nada que ver con los cirucitos de ciclo cros conocidos por los guipuzcoanos. Rapas impresionantes de subida y bajada con inclinaciones de 60ª. Parecía una locura que las motos fueran a circular por ellas. Había pruebas con más de 12.000 espectadores.

Pero la familia Ancel decidió vender los terrenos y se produjo una intensa fragmentación de las áreas urbanas en sectores desordenados con gran variedad de usos del suelo, y volúmenes en la construcción

La inoperancia del Plan General provocó que en 1973 se planteara su revisión, acción que en Aiete empezó a tener efectos a partir de 1977

En estos terrenos hoy ocupados por decenas de inmuebles de diferentes tipos, más altos, más bajos, con docena de viviendas o unifamiliares, calles o paseos que las bordean, es difícil imaginar aquella zona de monte, tan ideal para recorrerla en motocros o para pasearla.

El mismo pensamiento nos lleva a la zona de Bera-Bera, paseo de Aiete, Etxadi, Merkezábal, Katalina de Elizegi, mas recientemente, Otxanda, Puio o Hiru Damtxo o Pagola.

Y ahora, con la ‘Carta de Derechos de Ciudadcomo guía de Lantxabe, sin el debido apoyo del gobierno municipal, toca reconstruir o parchear, lo que de forma implacable destruyó la piqueta urbanística del negocio privado.

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