Lantxabe y vecindad vienen denunciando la saturación del tráfico en Lanberri, Arostegi y Txapillo

La calle Arostegi, es una de las que más sufre por el tránsito de vehículos, con coches aparcados sobre la línea amarilla y los pasos de peatones.

Los vecinos de estas calles denuncian la saturación

La falta de conducta cívica de algunos miembros de la densa comunidad escolar en esta pequeña área de Aiete, es la que provoca problemas de movilidad y de seguridad vial para los viandantes

Durante la mayor parte del día, en las calles Txapillo, Lanberri y Arostegi se respira tranquilidad. Pero, como viene insistiendo Lantxabe -ver próximo acceso- cuando llega la hora de la entrada o la salida de los colegios o hay algún encuentro deportivo, esta zona residencial de la ciudad se llena de niños, padres, coches y autobuses, provocando no pocos problemas de movilidad y seguridad vial.

Así lo denuncian también un centenar de vecinos que, como como viene procediendo Lantxabe, han llevado esta cuestión al Ayuntamiento para que el gobierno municipal tome cartas en el asunto. Según explican, se trata de una zona donde confluyen cinco (cuatro, si se excluye el colegio alemán y las jesuitinas, a medias, ver Google Maps) centros de enseñanza con un número aproximado de 3.000 alumnos, además de un campo de fútbol, más abajo, en el Alto de Errondo. Su presencia en un radio pequeño trae consigo una considerable saturación de vehículos que no deberían estar ahí, precisamente porque se trata de acercar la escuela la barrio, como fue el caso de la Aiete Ikastetxea, y los vehículos no son necesarios en todos los casos (el famoso dicho de ir a por el pan con el coche).

Una de las partes más afectadas es el ramal que conecta la calle Lanberri con Arostegi (ver foto y Maps) Éste se construyó hace aproximadamente 20 años como vía de doble sentido para paso de peatones y acceso de los vehículos a los garajes de las casas aquí ubicadas. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido, por acción e inacción del Ayuntamiento, en un lugar caótico y peligroso, con mayor tráfico y donde aparcan los vehículos, dejando un estrecho espacio para los viandantes.

Los residentes se quejan de que los coches de padres y madres del alumnado estacionan sistemáticamente sobre la línea amarilla, dificultando el tránsito de personas y la visibilidad del paso de peatones que se desarrolla desde las escaleras de Errondogaina hasta las que conducen a Hiru Damatxo. Debido al incremento del tráfico generado, aseguran que el asfalto del vial está agujereado y roto en multitud de lugares. Denuncian también los actos vandálicos que como pintadas en puertas de garajes, fachadas de edificios y el entorno, se suceden en otros puntos del barrio. El abandono de esta zona, y de los barrios altos en general, es asunto municipal notorio.

Entre las soluciones están la de delimitar el uso del vial a los propietarios de las viviendas con garajes y a peatones; sustituir los aparcamientos por una zona amplia para peatones protegida con bolardos; remodelar y asfaltar el vial; restringir la velocidad máxima permitida a 20 k/h o dotar de mayor vigilancia la zona. Y prolongarlas hasta la rotonda de las Jesuitinas, proyectando dirección única en esa zona del paseo Alto de Errondo (desde Miralles hasta la rotonda de las Jesuitinas)

Por su parte, situación parecida se vive en el tramo comprendido entre Lanberri y Txapillo. Aquí los problemas surgen como consecuencia del tráfico generado por la actividad escolar del colegio San Patricio. No se cumple la normativa vigente de circulación no solo por parte de algunos padres y madres del alumnado, sino también por parte de los conductores de autobuses.

Aparcan en línea amarilla dificultando y haciendo peligrosa la entrada en el vial para acceder a los garajes, mientras los chóferes, esperan tranquilamente en la acera, y la bajada de los niños de estos vehículos no es segura; falta accesibilidad en algunos puntos de la acera y el estado de la señalización en el asfalto es penoso.

Los agentes de movilidad que actúan en esta zona, cuando acuden, lo hacen a petición de San Patricio para controlar las entradas y salidas de los autobuses escolares.

La concejala de Movilidad ha aceptado quitar los aparcamientos de la calle Arostegi, que van desde la entrada a la escuela pública de Aiete hasta el ascensor que conecta con la plaza Hiru Damatxo y también mejorar el asfalto. Pero todavía falta mucho para que la situación se arregle.

Sobre un trabajo de Dani Soriazu, Diario Vasco, Donostia

Lunes, 26 noviembre 2018

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