El origen vasco de Goya (Ana Sanchez-Lassa en la Casa de Cultura)

Ana Sanchez-Lassa empezó la conferencia sobre el autor de las Pinturas negras de la Quinta del Sordo desvelando su ascendencia vasca

Mucha gente lo sabía, como otra mucha conocía distintos aspectos de la vida del artista de Fuendetodos, que fue desgranando la oradora con amplia ilustración. El valor de su aportación está en la documentada sencillez con la que Ana fue desgranando la vida y la obra de Francisco de Goya, creando un ambiente de fuerte empatía entre oradora y público, atracción basada en su talento y larga experiencia, pero también -como se comentó sobre su conferencia de ‘El Greco’- en que su enseñanza no es a ‘granel’, memorística, repetitiva, enciclopédica; la protagonista de la charla ha estado en los lugares que va describiendo: proyecta en pantalla paisajes y cuadros, pero ella ha estado visitando las escenas, disfrutando de las obras.

Por vez consecutiva el salón de actos de la casa de cultura quedó desbordado por una gran cantidad de personas que venían a conocer más del gran retratista, pero también -y no en segundo lugar- a disfrutar de la pedagogía de la conferenciante.

Dos horas de magistral exposición que se pasaron como un soplo, con la atónita admiración de un público que, fascinado, no movía un músculo

Volviendo a la anécdota, hilo de esta incursión en la charla de ayer, Goya es uno de tantos apellidos vascos profusamente extendidos por toda la geografía de Euskal Herria, así como por países latinoamericanos. El apellido Goya se hizo famoso en el mundo, debido a que era el del gran pintor Francisco de Goya.

Ahora en San Sebastián tenemos al propio alcalde con el ilustre apellido

El tatarabuelo de Francisco, Domingo de Goya, nació en el caserío Mantxolatxiki de Zerain.

La ponente nos explicó -y proyectó pantallas como la de la figura- que por su profesión de cantero, fue llamado del pueblo aragonés de Fuentes de Jiloca para la construcción de la torre de su iglesia.

En el término municipal de Zerain existe un monte cuyo nombre es Harripillata, en el que afloran unos bloques de piedra arenisca rojiza, con una veta algo más oscura, que la hace singular y particularmente bella para el ornato de fachadas de edificios señoriales y torres de iglesias.

Así, desde finales de la Edad Media, en este monte había canteros labrando piedras para diferentes edificaciones. En los caseríos cercanos, sobre todo en invierno, cuando no había trabajo en casa, los jóvenes subían al monte a aprender el oficio de cantero. Zerain tomó fama de ser cuna de canteros que labraban la piedra con maestría.

Y la veterana restauraodra del Bellas Artes de Bilbao, explicó que cuando en el pueblo aragonés de Fuentes de Jiloca, situado cerca de Calatayud, se quiso reforzar la vieja iglesia de madera por otra más sólida de piedra y mampostería; tras construir la nave propiamente dicha, luego, las decoraciones, altares, sacristías…Comunicaron a Zerain si alguno de los canteros del pueblo estaría dispuesto a desplazarse allá a construirles la torre de la iglesia.Y acudió a la llamada, un joven del caserío Mantxolatxiki, llamado Domingo de Goya y Echeandia (n. 1578), que fijó allí su residencia. De qué manera tan sutil Ana va ir ganando la atención del público

Así se va prolongando el linaje hasta que el bisnieto de Domingo, el cantero José de Goya se casó en Zaragoza con Gracia Lucientes, natural de Fuendetodos. Estando el matrimonio de descanso en dicho pueblo, el 30 de marzo de 1746 nació Goya. Poco meses después la familia regresó a Zaragoza. Tras terminar los estudios de la niñez, pronto se inició en el aprendizaje del dibujo. Y Ana siguió el apasionante relato de la vida y la obra del niño que luego sería el conocido artista Francisco de Goya y Lucientes.

El resumen de su mensaje está recogido en la pantala final de su exposición

Nota.- El árbol generalógico es obra de José Zufiaurre – Etniker Gipuzkoa – Grupos Etniker Euskalerria, y parte de los datos manejados también

Un comentario en “El origen vasco de Goya (Ana Sanchez-Lassa en la Casa de Cultura)

  1. Ignacio

    A los más perspicaces visitantes de la casa natal de Goya –en Fuendetodos (Zaragoza)– les extraña ver en esa antiquísima vivienda aragonesa mobiliario vasco de comienzos del Siglo XX. Alguno habrá podido especular con que, de alguna forma, pudiera estar relacionado con que Goya sea un apellido vasco. Pues este deriva de la palabra eusquérica goi (‘lo alto’); y, tanto en su versión original (goia) como en la castellanizada (goya), identifica a miles de personas repartidas por todo el mundo; entre ellas al actual alcalde donostiarra, Eneko Goia.

    Lo cierto es que una insólita concatenación de coincidencias lleva cuatro siglos conectando al País Vasco con el genial aragonés. Su origen último está en Domingo de Goya y Echeandia, un cantero nacido en Zerain en 1578. Siendo ya un hombre maduro, el zeraindarra acudió a Fuentes de Jiloca (Zaragoza) para participar en la construcción de la torre de su iglesia; y allí se casó, avecinándose después en Zaragoza. Su descendencia ascendió socialmente: su hijo fue maestro de obras, su nieto notario real y su bisnieto un reputado dorador de retablos. Finalmente, el cuarto de sus seis tataranietos Goya y Lucientes fue Francisco, el pintor universal.

    Entre Zegama y Zerain, en la ladera oeste del Mariñamendi, y a unos tres kilómetros de las canteras de piedra arenisca rojiza del Oamendi en las que trabajó Domingo de Goya, se encontraba el caserío Zuloaga Echenagusia. Allí nació hacia 1555 Pedro de Zuloaga y Erramu. Se desconoce a qué se dedicaba, pero –dado que ese ‘lugar de cuevas’ es un empinado bosque– cabe suponer que trabajaría como leñador o cantero. Por lo tanto, probablemente las familias Goya y Zuloaga se conociesen. Aquel Pedro de Zuloaga –hijo segundón de una familia pobre– debió de emigrar a Eibar en 1596. Y allí se quedaron sus descendientes, formando parte de los gremios de ‘cañonistas’ y ‘llaveros’. También fueron prosperando; hasta que Eusebio Zuloaga González –tataranieto de un tataranieto de Pedro– consiguió ser premiado por dos pistolas damasquinadas con una técnica de invención propia, en la primera Exposición Universal (Londres 1851). En tanto que el nieto de este –el pintor Ignacio Zuloaga– se convertiría en el iniciador de una vinculación vasca con Goya y Fuendetodos que ha perdurado hasta ahora.

    En 1907, Zuloaga comenzó su dedicación a Goya colocando una placa conmemorativa en el edificio de Burdeos donde murió. Unos años después, al ser el eibarrés un artista que se dedicaba a dignificar con sus cuadros a los pobres habitantes de un medio rural miserable, adoptó –como objetivo de vida– promover el pobre y olvidado pueblecito en que había nacido el artista que más admiraba. Comenzó convenciendo a unos conocidos zaragozanos para que le ayudaran a localizar la casa natal; colocando en 1913 una lápida en ella. Dos años después la adquirió. Y en 1917 concluyó su rehabilitación, inaugurándola como casa-museo, junto con la escuela que construyó en el corral anexo; de modo que hubiera un lugar en el que educar a los niños del pueblo. Al año siguiente repartió entre sus alumnos una cartilla infantil editada para que aprendiesen quién fue su ilustre paisano. En 1920 financió también un monumento sobre Goya, esculpido por su amigo Julio Antonio. Seguidamente realizó gestiones ante las autoridades para mejorar el urbanismo del pueblo. Tras el robo del mobiliario de la casa natal durante la Guerra Civil, algunos vecinos regalaron enseres y muebles aragoneses ‘de época’; pero al resultar insuficientes, el eibarrés aportó unos muebles de su casa de Zumaia. Aquella solución provisional viene ejerciendo de involuntario recordatorio visual de la vinculación entre Goya, Fuendetodos y el País Vasco.

    El pintor eibarrés, reputado coleccionista, expertizador y restaurador de Goyas (incluido el retrato de María Luisa de Parma del Museo de Bellas Artes de Bilbao) también realizó imaginativas acciones para atraer hacia Fuendetodos a las autoridades y a los medios de comunicación. En 1915 una peregrinación cívica a pie (a la que asistieron algunas autoridades, pero viajando en carro) y dos años después, un concierto de Manuel de Falla y Aga Lahowska. La vinculación vasca continúa actualmente desde Zumaia, pues la Fundación Zuloaga –copropietaria de la casa natal– coopera en la promoción de Fuendetodos y Goya.

    Por su parte, los fuendetodinos son conscientes de esta pionera puesta en valor de la España vaciada. La primitiva escuela es ahora la Sala de exposiciones Ignacio Zuloaga, y la calle principal lleva también su nombre; allí hay un cartel del vasco rodeado de los niños que escolarizó. Y el sábado anterior al 30 de marzo –aniversario del nacimiento de Goya– se repite aquella caminata reivindicativa de Ignacio con ocho jóvenes pintores y periodistas; recordando sus palabras sobre Goya y el arte, uno de ellos escribió: «Como si de una romería espiritual se tratara».

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