Reportaje gráfico de la odisea de Lantxabe en la Grecia Antigua

Intenso y rico ha sido este 10º viaje organizado desde el Ciclo de Literatura y Cine de la Casa de Cultura de Aiete. El destino elegido, Grecia, ofrecía tantas posibilidades de disfrute que el verdadero problema era el de su distribución en los doce días de duración del viaje.
Tras volar a Atenas, la primera jornada se dedicó al Santuario de Delfos, dedicado a Apolo, lugar mágico, al que desde época arcaica acudían gentes de todo tipo a consultar al oráculo. La visita a su magnífico museo nos proporcionó el placer de encontrarnos con obras máximas de la escultura de la Grecia antigua como los Kuroi arcaicos, la Esfinge de los Naxios o el insuperable Auriga.
La visita al monasterio de Ossios Loukas, del siglo XI, uno de los más bellos monasterios bizantinos de Grecia puso fin al primer día del viaje.
Desde la localidad de Kalambaka ascendimos al día siguiente a Meteora para visitar sus monasterios y admirar su paisaje, San Nicolas, con sus magníficos frescos del monje Teofanis el Cretense fundador de la escuela de Creta, Agia Roussanou y Megalo Meteoro merecieron visita detallada.
Ioaninna fue la siguiente localidad visitada y desde allí nos trasladamos a Dodona, antiguo santuario dedicado a Zeus y Dione, frecuentado ya desde la Edad del Bronce, en cuyas excavaciones se han encontrado plaquitas de plomo en las que los peregrinos escribían sus preguntas al oráculo. Avanzando en el tiempo, el Monumento a Augusto fue nuestro siguiente objetivo. El mismo, conmemora la batalla que tuvo lugar en el año 31 a. C., la batalla de Actium, entre Marco Aurelio y Cleopatra por un lado y, el que resultaría vencedor, Octavio Augusto, primer emperador de Roma. Nicópolis, ciudad que vivió un espléndido auge bajo la dominación romana, y las ruinas de la antigua Cassope, con su magnífica vista sobre el golfo de Ambracia culminaron la jornada.
Atravesar el puente de Patras supone abandonar la Grecia del norte para entrar en el mítico Peloponeso. El objetivo era ir recorriendo sus principales enclaves realizando un circuito que terminaría en Atenas, objetivo que logramos cumplir para satisfacción de los viajeros.
El castillo de Chlemoutsi, medieval, construido por los cruzados, nos recibió solemne. De allí nos dirigimos a Olimpia, tercer santuario visitado, dedicado a Zeus. Era uno de los momentos cumbre de nuestro viaje al Peloponeso y lo disfrutamos. Como en los otros santuarios el museo está allí mismo y se pueden contemplar objetos de arte y escultura halladas en el recinto escavado, como la prodigiosa estatua de Hermes. Las mejores atletas de Lantxabe compitieron en su milenario estatadio. Para llegar al Templo de Bassae hay que atravesar la mítica región de la Arcadia, Et in Arcadia nos, exclamamos. Merece la pena llegar hasta allí y ver el soberbio templo, de hacia el 450 a.C, se cree obra del arquitecto Ictino, uno de los que trabajó en el Partenon.
Kalamata está al sur del Peloponeso, a orillas del mar Jónico y en el golfo de Mesenia. Desde aquí nos acercamos a Mistras, que en origen fue una ciudad fortificada sobre el monte Taigeto. De su pasado de esplendor quedan hoy un conjunto de ruinas e iglesias bizantinas de extraordinaria belleza. También hubo tiempo para visitar Messena, ciudad fundada por Epaminondas en el 369 a.C. La foto de grupo está hecha en su teatroEra el momento de iniciar la subida hacia la Argólida y, a pesar de todas las bellezas vistas hasta ese momento, el corazón nos latió más rápido bajo la Puerta de los Leones de Micenas y en la Tumba de Agamenón. De Micenas nos dirigimos a Argos, fundada ya en la Edad del Bronce y que da nombre a la región, y al Heraion de Argos, o templo dedicado a Hera.
Nauplia es una bella y muy visitada ciudad costera, enclave perfecto para nuestros siguientes objetivos: Tirinto, emplazamiento de la época micénica, y Epidauro, en cuyo teatro, de sonoridad perfecta, Lola Arrieta, organizadora de las tertulias de literatura y cine de Aiete, pudo leer la poesía de Constantino Cavafis, Itaca, y los coros de Lantxabe entonar el Boga- boga. (El teatro de Miramón podía ser como una modesta copia del de Epidauro)
En la recta final hacia Atenas, nos acercamos a Nemea, lugar en el que se celebraban una de las cuatro competiciones panhelénicas, y visitamos su estadio. Corinto, famosa hoy por su canal, fue una de las polis más importantes de la Grecia Antigua. Acrocorinto, impresionante acrópolis en la antigüedad y fortaleza medieval, nos obligó a subir un último y empinado tramo de su majestuosa cuesta, tan escarpado como necesario para poder disfrutar de la vista que se ofrece desde la cumbre.
Finalmente llegamos a Atenas. La ciudad bullía bajo el gentío que la ha elegido como objetivo de disfrute en esta primera quincena de mayo. Es obligado ir en primer lugar a la Acrópolis, subir por los Propileos, rozar el templo de Atenea Nike, para llegar al Partenon y al Erecteion. Y desde la Acrópolis, en una de sus laderas, como testigos de la época romana, el teatro de Dioniso y el Odeón de Herodes Atico. El nuevo museo de la Acrópolis, su magnífica colección, nos acoge para proporcionarnos más belleza. Allí están las auténticas Cariátides, protegidas de los ataques atmosféricos, bellas y desafiantes, únicas. Tiempo al atardecer para pasear por el Ágora romana y ver la Torre de los vientos.
La siguiente jornada fue marinera y por ello nos acercamos al Puerto del Pireo, en cuyo museo se encuentran 4 fabulosas estatuas de bronce encontradas a mediados del siglo XX, hundidas en el propio puerto: el Apolo, dos esculturas de Artemisa y una gran Atenea. En 40 minutos, una embarcación rápida nos trasladó a la isla de Egina, en la que se encuentra el Templo de Afaya, uno de los tres que forman el triángulo de El Partenón, Sunión y Afaya. (Hace dos años en Munich descubrimos el expoliado frontón del templo). Aunque el objetivo era ver la puesta de sol en Cabo Sunión, unas inoportunas nubes impidieron que pudiéramos ver hasta el último rayo en el horizonte único de este enclave que ha enamorado a tantos poetas. A la vuelta a Atenas, en el autobús escuchamos la música de María Farantouri y Mikis Theodorakis, y los versos de Odysseas Elytis y Constantino Cavafis.
Nos quedó una última jornada para acercarnos al Agora griega, al lugar mismo en que nació la democracia, y para admirar el espléndido Hefesteion. También hubo lugar para recorrer con calma el Museo Arqueológico Nacional y para una cena en el Monte Lykavitos, al que se accede en un funicular como el nuestro de Igeldo y desde donde se vislumbra toda la extensa ciudad de Atenas. Qué decir de las cenas en Plaka o en Monastiraki… donde sonaba de fondo el sirtaki…
Solo nos faltaba pasear entre las tumbas del Cerámico, cementerio antiguo y acercarnos al Templo romano de Zeus Olímpico, justo antes de dirigirnos al aeropuerto de Atenas, el Eleftherios Venizelos, personaje muy importante en la historia de la Grecia moderna y al que ya conocíamos desde nuestra tertulia literaria dedicada a Nikos Kazantzakis y su obra Vida y andanzas de Alexis Zorba.
La expedición estuvo formada por:
Como promotora de las actividades culturales de Lantxabe y artífice del viaje Lola Arrieta, con la colaboración, en la organización, de Lourdes Huesca y acompañados y asesorados culturalmente por Mª José Noain Maura, arqueóloga, responsable de actividades del Museo Romano Oiasso
De la directiva de Lantxabe, Félix Pérez Carrasco, Juan Carlos Berzosa, y Ana Etxeberria que, junto a Sole Asenjo y Javier Abril, más Lola y Lourdes, son las siete personas que han participado en todos los diez viajes organizados
Como participantes activos en las tertulias del ciclo de literatura y cine Asun Urbieta, Merche Jauregui, María Eugenia Garmencia, Javier García, Manuela Albite, Carmen Rodríguez, Conchi Porcel, Marisa Farizo, Juan Félix Velasco, Maixa León, Loli Labiano, Ana Mari Epelde, Mª Sol Arregui, Txera Echeverría, Juan Echeverría, Celina Pariente, Carmen Sarasola, Natividad Polo, María Sanchez, Merche Perez Covelo, Loli Comas, Pili Saiz, Agustina Saiz , Marga Hernando, Carmen Herrero, Mª Jesús Iraola, Francisco Valbuena, Antonio Chamizo, Gertrud Bremer, Coro Munduate
Otros colaboradores, Consuelo Cid, Ignacio Vizcay, Begoña Salas, Cristina Fadrique, Isabel Fuente, María Luisa Echeverria Garnica, Maria Isabel Echeverria Garnica, María Monteagudo, Miren Arregui, Isabel Picher, Josean Cabrera, Vicen Iturzaeta, Pedro Ibarrondo y José Luis Cacharo
En total participaron 52 personas.
Contaron con el apoyo para las infraestructuras de hoteles y transporte de Maite Uribe Etxebarria, responsable de grupos de Viajes Eroski.
Para celebrar el viaje y recordar las principales y más festejadas anécdotas, el miércoles día 6, a las 11:30, se proyectaron, en el Topaleku de Aiete, una serie de fotos y videos tomados en esta singular odisea a la Grecia Antigua. La fiesta se prolongó con un ‘simposium’ de la fogueada expedición en el restaurante Suharri de Galarreta. A los postres se hizo una desternillante parodia de la leyenda Paris y Helena, origen de la guerra de Troya.

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