Enrique Echeburua, un científico entre la gente

Tenemos la suerte, más cabalmente, el privilegio, de contar por escrito con la ejemplar lección que impartió Enrique Echeburua en el acto de entrega del Premio Euskadi de Investigación 2017, el pasado 5 de junio, en la Lehendakaritza, Vitoria-Gazteiz
Enrique Echeburua es catedrático de Psicología Clínica de la UPV/EHU, precursor de la investigación en temas sociales como la violencia contra la pareja, agresiones sexuales, la adicción al juego y a las nuevas tecnologías, y vecino y colaborador, junto a su compañera Paz, en la construcción del barrio de Aiete.
Enrique, consecuente con su pensamiento y trayectoria, ha estado varias veces significado con las actividades del barrio (Katxola, Ambulatorio, etc). Dentro de los ciclos culturales de Lantxabe, el 16 de febrero de 2010 en el Topaleku, impartió la conferencia ‘El alcoholismo. ¿Qué es y que se puede hacer?’; la charla levantó una gran expectación y ha tenido miles de ‘links’ en esta web.
Enrique es un profundo conocedor del alma humana y una de las personas más queridas y admiradas en todos los ámbitos en los que se mueve, vecindario, universitario, sanitario, científico
En el mundo de la psicología clínica es el científico vasco más destacado e influyente de las últimas décadas.
Su magisterio ha adquirido un aura sólo comparable con la de los más grandes, y sus compañeros y alumnos hablan de él con devoción.
Él dice que su ‘trabajo intelectual está vinculado a un compromiso ético’, que lo ha hecho ‘con entusiasmo y constancia, rodeado de un equipo de personas competentes’, pero tales personas reconocen en él, al “maestro, al líder, que ha dedicado su vida a aplicar sus conocimientos en el bienestar de la gente y a enseñar a los demás”.
Adjuntamos en PDF, en la pestaña superior de esta web, la bella charla del premio Euskadi y así poder saborearla con atención.

Un comentario en “Enrique Echeburua, un científico entre la gente

  1. Lourdes Mina

    Antes que nada quería agradeceros la publicación del discurso de Enrique Echeburua.
    Por mi parte quería subrayar tres elementos que me parecen cruciales
    Su lectura produce la misma gratificación que cuando leemos y escuchamos a todos esos grandes pensadores que hacen de su “trabajo intelectual un compromiso ético”. Tener referencias como Echeburua es lo que nos hace mejores personas a todas. Es una suerte que sea vasco, lease cercano.
    Reconforta saber que su “actividad está financiada con los impuestos de los contribuyentes, es nuestra obligación devolver a la sociedad parte de lo que recibimos de ella. Si es posible hacerlo mejor, hacerlo bien no es suficiente”, como contraste de la porquería que predomina en otros ámbitos de la sociedad.
    Dice Enrique, -y él conoce a fondo este asunto- la violencia (las amenazas, las agresiones contra la mujer, la tortura, la pena de muerte, etc.) ha perdido la legitimación social que ha tenido hasta fechas muy recientes, pero nos recuerda algo tan vigente como que este enfoque optimista no puede ignorar las tragedias de nuestro mundo, como las muertes de inmigrantes que huyen del hambre o de la guerra, como estamos viviendo estos días

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