Viaje al Olimpo


Más de medio centenar de donostiarras de Aiete, el Antiguo, Gros, Centro, Amara participan en este viaje mítico Olympia, Meteora, Delfos, Micenas, Mistras, Epidauro, Argos, Nemea, cabo Sunion, isla Egina, Atenas, que aúna placer por el viaje y cultura

Greece, Athens, Parthenon on the sacred Rock of the Acropolis


A la Acrópolis se irá pronto. De esa forma se elude las oleadas de visitantes. Una vez dentro del recinto, resulta imposible no extasiarse en la contemplación del templo de Atenea Niké, realizado por el arquitecto Calícrates, el mismo que luego colaboró en el vecino templo de Atenea Partenos, más conocido con el nombre de Partenón. Éste, el ejemplo más representativo del estilo dórico, se mantuvo en unas condiciones razonables de conservación gracias a su transformación en templo cristiano, primero, y mezquita después, durante la ocupación otomana. Los turcos fueron también quienes lo utilizaron como un polvorín, que estalló al impactar una bomba lanzada por los venecianos durante el asedio del año 1687, como nos recordó Mari Jose Noain en su conferencia de la Casa de Cultura de Aiete.
La destrucción fue vergonzosamente acrecentada por el embajador británico Elgin, que a principios del siglo XIX decidió decorar su mansión en Escocia con obras escultóricas de la Antigüedad clásica. Por tal motivo fueron arrancados los frisos del templo y sus magníficos bajorrelieves, las metopas y frontones, así como varias esculturas que se hallaban en el interior del monumento. Pese al empeño del Estado griego por recuperar esas joyas de su pasado, buena parte de los frisos se muestran aún en el Museo Británico de Londres.
El Partenón sigue dejando boquiabierto a quien lo visita. Como el Erecteión, de estilo jónico, con su célebre pórtico de las Cariátides, columnas con forma de mujeres jóvenes, que soportan el entablamento de la techumbre. O el Teatro de Dionisio, que fue el de mayor tamaño de la Grecia antigua, con una capacidad para unos 17.000 espectadores y que fue excavado y construido durante el siglo VI a.C. Con ser la Acrópolis el espacio más representativo de la Antigüedad helenística, en Atenas surgen al paso otros emplazamientos arqueológicos de considerable relevancia y magnitud. Es el caso del Ágora antigua, que, aunque en su origen se encontraba al noroeste de la Acrópolis, en el siglo VI a.C. se trasladó a los pies de la colina de Kolonos Agoraios. El Ágora constituyó el centro de la vida política, religiosa y comercial de Atenas y, como tal, sucesivas excavaciones han ido encontrando los restos de numerosos edificios dedicados a esos fines.
El Museo Arqueológico Nacional
Por su parte, los romanos también edificaron su propio Ágora. En ella se localizan los restos de la gran Biblioteca de Adriano, que fue construida en el año 132 y que tenía una planta de 122 por 82 metros. El edificio fue importante no solo por sus desaparecidos fondos bibliográficos sino también por su decoración: como ejemplo, parte de sus techos estaban decorados con elementos tan valiosos como el alabastro y el oro. En la visita al pasado de la capital griega no faltarán dos referencias más: el Museo de la Acrópolis, donde se conservan una buena parte de las esculturas que se salvaron del expolio extranjero, y el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, con la más importante colección del mundo de objetos de la Grecia antigua.
Tras tanto vestigio histórico, quienes quieren tomar el pulso a la Atenas más actual no tienen más que acercarse a la plaza Monastiraki, que es la puerta de acceso al animado barrio de Plaka. Éste, de origen bizantino, es un atractivo laberinto de plazas y callejones que mantienen el ambiente de la época de dominación otomana, con sus comercios (aunque ahora la mayoría sean de recuerdos), sus alojamientos con encanto y vistas a la Acrópolis y, sobre todo, con sus decenas de restaurantes donde se puede degustar lo mejor y más auténtico de la gastronomía griega.
La plaza más intensa
Bordeando el barrio de Plaka, a través de la calle peatonal Ermou (la principal arteria comercial de la capital griega), se accede a la plaza Syntagma (de la Constitución). Allí está el Parlamento Nacional y la Tumba al Soldado Desconocido. La plaza Syntagma es epicentro de las protestas anticrisis de los últimos tiempos, y también es un apacible espacio y principal punto de encuentro para los atenienses, que también disfrutan del paseo por los vecinos Jardines Nacionales. Por su parte, la zona de Kolonaki, entre la plaza Syntagma y la colina del Licabeto, también regala un atractivo paseo, entre las tiendas más lujosas de Atenas, restaurantes gourmet, hoteles y edificios de estilo neoclásico.

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