Grecia en el corazón de Aiete, de la mano de Jesús Garmendia

Miércoles 21, a las 19:00, en la Casa de Cultura.

Un apunte sobre el rescate de Grecia
En estos ocho años, desde el rescate de 2010, Grecia ha perdido más de 300.000 habitantes en relación con 2011 (ha cerrado 2017 con menos población que en 2000 cuando cometió la osadía de incorporarse al euro), su PIB se ha reducido en un 25%, los pensionistas han sufrido una docena de recortes desde 2010 y algunos de los principales activos del país han pasado a manos de inversores alemanes (aeropuertos) o chinos (el puerto del Pireo).
El desastre también ha devorado a los dos partidos que se repartieron el poder y la corrupción desde la instauración de la democracia en 1981. En las elecciones de enero de 2015, los socialistas (PASOK) quedaron en séptimo lugar, con menos del 5% de los votos y solo 13 escaños. Los conservadores (Nueva Democracia) resistieron algo mejor pero solo lograron un segundo puesto con el 28% de votos y 76 diputados.
La debacle del bipartidismo dio la victoria por primera vez a Syriza (36%), que en tres años dobló el número de diputados (hasta 149) y llevó al poder al primer gobierno de carácter radical en Europa. A los 40 años Tsipras se convirtió en el primer ministro de un Gobierno que desafiaba abiertamente a Bruselas. Y con Yanis Varoufakis como ministro de Finanzas se prometía el final de las políticas de austeridad impuestas por la troika (CE, BCE y FMI).

El choque frontal entre Atenas y Bruselas se prolongó durante la primera mitad de 2015. Se barajó la expulsión de Grecia de la zona euro y Tsipras, acorralado, tuvo que elegir entre rendirse o dar un salto al vacío que podría haber llevado al país a una tragedia política y social tan grave como la vivida en los Balcanes tras la implosión de Yugoslavia.

La troika saltó por los aires (el FMI ya solo figura de manera simbólica para tranquilizar al parlamento de Alemania), los irracionales objetivos de déficit se relajaron drásticamente y Tsipras fue aceptado como un líder fiable y menos problemático que los de otros socios incómodos como Polonia o Hungría.
Y el nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, se fue hasta los pies de la Acrópolis para hacer uno de los discursos de mayor contenido europeo de su mandato. Macron describió en Atenas la década de crisis de la zona euro como «una guerra civil en el seno de Europa. «Es la historia de la década que se termina», aseguró Macron. «Una especie de guerra civil en la que hemos querido resolver nuestras diferencias».

Tres rescates y la mayor reestructuración de la historia
La intervención de Grecia constituye probablemente la mayor operación de rescate financiero de un país en la historia contemporánea. Una avalancha multimillonaria sin precedentes para un país de poco más de 10 millones de habitantes y un PIB equivalente al de la comunidad de Madrid.
El primer rescate (2010-2012) 52.900 millones en préstamos bilaterales de los socios de la zona euro (salvo Eslovaquia que se negó) y 20.100 millones del FMI.
La segunda operación (2012-2014) se hizo a través del recién creado fondo temporal de rescate de la zona euro (FEEF) y requirió 141.800 millones más 12.000 milones del FMI.
En 2015, tras un semestre de choque frontal entre Grecia y el Eurogrupo, Atenas aceptó un tercer rescate a cargo del fondo permanente de rescate o MEDE. El programa cubre 2015-2018 con 86.000 millones. El FMI se ha negado a participar.
A los 312.000 millones de euros de los tres rescates se añade la reestructuración en 2012 de la deuda en manos de inversores privados. El 97% de los bonos, con un valor de 197.000 millones de euros, sufrió una quita sobre el valor nominal del 53,5%. Bruselas calcula que redujo la deuda de Grecia en 107.000 millones de euros.

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