Viernes Visconti

Senso (ídem, 1954) de Luchino Visconti.

Centro Cultural Aiete; 18:45

Todos y cada uno de los elementos que componen Senso, se conjugan a la perfección dando lugar a una indiscutible obra maestra.

Ambientada en la Venecia y Verona de 1866, momento en que se produjo la alianza entre Italia y Prusia contra Austria, la película narra la aventura amorosa que surge entre la condesa Livia Sarpieri (Alida Valli) y el oficial austríaco Franz Mahler (Farley Granger).

Apasionado melodrama de arrebatadora belleza plástica y exquisita escenografía.

El filme se inicia con la representación de Il trovatore de Giuseppe Verdi en el teatro La Fenice de Venecia, -Del propio Verdi, pero en este caso de la  archiconocida ópera La Traviata, tienen reservadas las entradas, para la temporada del próximo mes julio,  las viajeras del Ciclo de Literatura y Cine; por cierto el propio Visconti dirigió La Traviata (año 1955) -, pero hoy toca hablar de «Il tovatore», tragedia amorosa que anticipa el drama que vamos a presenciar a lo largo del metraje. En medio de la función, y ante los ojos de las autoridades austríacas, un grupo de agitadores partidarios de la unificación italiana, lanza papeles con los colores de la que será la bandera del nuevo estado (la tricolor). Uno de esos agitadores es el primo de la condesa, que acabará enzarzándose con el altivo y provocador teniente Mahler, al que reta en duelo. Livia, temerosa de lo que le pueda pasar a su pariente, al que admira profundamente, se cita con el oficial para mediar en la situación. Se trata del primer encuentro con el “homme fatale” que acabará llevándola a la ruina emocional.

Como vemos durante estos primeros minutos que transcurren en el interior del teatro, Visconti ya introduce de forma hábil los puntos clave de la trama: una compleja relación amorosa y un turbulento contexto sociopolítico. Es sólo una muestra de la brillante narrativa de la película, a la que sin duda contribuye la evocadora y melancólica voz en off de la protagonista. Esa voz que rememora con tristeza el pasado perdido, es la que nos conduce a la ensoñadora madrugada en la que se produce el segundo encuentro entre Livia y Franz; un personaje seductor y de pose byroniana-recordamos la presentación de Lola Arrieta en la tertulia de ayer- ante el que los ridículos intentos de resistencia de la condesa nada podrán hacer. Sus paseos por las angostas y añejas calles de la noche veneciana, permanecen como inolvidables en la retina del espectador. Desde ese momento, Livia irá renunciando a su marido, a sus principios y a su patria como consecuencia de la febril pasión que siente por un hombre que la utiliza en su propio beneficio.

Alida Valli se muestra bellísima en su dolor, mientras que Granger sorprende interpretando a un individuo lleno de matices en un clímax en el que está verdaderamente impresionante.

Todos y cada uno de los elementos que componen Senso, se conjugan a la perfección dando lugar a una indiscutible obra maestra.

Antecedentes en los ciclos de Literatura y Cie

Noches blancas (Le notti bianche, 1957) y Muerte en Venecia de Luchino Visconti. Presencia en nuestras tertulias y cine-forum de Fiódor Dostoievski  y Thomas Mann

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