La quincena musical en el noreste de Italia (un adelanto)

El próximo mes de Julio el Ciclo de Literatura y Cine que encabeza Lola Arrieta tiene en su agenda -dos semanas de duración-, la visita a ciudades que fueron clave en el género instrumental concertante como son Módena, Bolonia y Venecia, en el Noreste de Italia. Lantxabe ha organizado este paseo musical por el barroco italiano

Guarda relación con este acaecimiento que pasado mañana martes, 13 de junio, a las 19:30, en el Centro Cultural Aiete, Sergio Pedrouso dicte la conferencia «Vivaldi y su época: el barroco musical en la Venecia del siglo XVIII»

Como se sabe, la inmensa mayoría de los compositores de la época barroca trabajaban al servicio de mecenas pertenecientes a la alta aristocracia o al alto clero: reyes, príncipes alemanes, cardenales, arzobispos o instituciones religiosas de posibles (como catedrales o conventos notables). Solían completar sus ingresos con la edición y venta de sus propias obras impresas. En todos los casos eran intérpretes que tocaban y dirigían sus propias obras, compuestas en general para las funciones indicadas por su patrón: liturgia, música de cámara, música ceremonial, etc. En el caso de Vivaldi, como afirma Pedrouso, su nombre es inseparable de Venecia, escribe sus conciertos para las muchachas de los Hospicios y se comporta, en el mundo del teatro, como un hombre de negocios tan dotado como astuto

Una ola autores italianos inauguran y protagonizan el barroco de la música.

Giovanni Gabrieli (1555-1612) es el principal exponente del Barroco temprano: su música contiene ya los estilos esenciales de la nueva época estética. Claudio Monteverdi (1567-1643) es el primer gran compositor del Barroco; inauguró el nuevo género operístico en Italia y Europa. Girolamo Frescobaldi (1578-1643) tuvo gran importancia en el desarrollo de la música para teclado, en particular por sus toccate para clave y sus canzone para órgano. Y mediados de siglo sobresale Giovanni Legrenzi (1626-1690).

Arcangelo Corelli (1658-1711), Giuseppe Torelli y Alessandro Scarlatti (1660-1725) dominan la escena nacional de la segunda mitad del siglo XVII hasta principios del siglo XVIII. Ya en la primera mitad del siglo XVIII, Antonio Vivaldi (1678-1741), Tomaso Albinoni (1671-1751), Domenico Scarlatti (1685-1757) y Giuseppe Tartini (1692-1770) representan la cumbre del barroco en su país.

El estilo italiano.

Gracias a la constante innovación estilística generada en las ciudades italianas (Venecia, Nápoles, Roma y, sobre todo, Bolonia), las invenciones de la música italiana fueron imitadas en todos los centros musicales europeos, incluidos los franceses, hasta el punto de que el estilo italiano se impuso en el siglo XVIII en todo el continente: desembarco masivo de discípulos de Corelli en Londres, querella de los bufones en Francia, italianización de la corte de Madrid tras la llegada de los borbones, etc.

El estilo italiano, está ejemplificado en Vivaldi y se caracterizaba por una tonalidad fuertemente marcada mediante escalas, cadencias y progresiones, la melodía al servicio de la armonía, las frecuentes modulaciones, el rápido ritmo armónico, sus formas abiertas (de frases asimétricas) y el uso libre de la improvisación.

Primer Barroco

En el norte de Italia, objeto de la visita de los viajeros de Lantxabe, es Módena, Venecia y, sobre todo, en la escuela boloñesa, lugares en los que la música instrumental sienta las bases de la tonalidad y de las formas del Barroco tardío. Autores como Legrenzi, Cazzati, Alessandro Stradella o Vitali convierten la vieja canzona en la nueva sonata en trío, de acusado carácter virtuoso y contrapuntístico.

El Siglo XVIII, es el siglo de Vivaldi -Barroco tardío-

Se sitúa aproximadamente entre 1680 y 1730.

Y es Italia el país que marcó las tendencias innovadoras.

La plena adopción de las fórmulas tonales, a partir de la escuela boloñesa (Torelli) y más tarde Corelli: cadencias frecuentes y muy claras como marco formal, progresiones con movimiento de quintas, cadenas de retardos, acordes paralelos de sexta…

La extensión del estilo de concierto, aplicado a la ópera y a la música instrumental: uso de ritornelos, contrastes entre tutti y solo, bajos de gran empuje rítmico, pasajes en unísono, homofonía gobernada por el bajo continuo…

La enorme influencia de Corelli llevó el estilo italiano a toda Europa. En Francia desplazó incluso a la fortísima tradición musical local originada en Lully, no sin grandes resistencias (hasta la tardía querella de los bufones), y en Inglaterra fueron directamente sus discípulos, como Francesco Geminiani, los autores más influyentes. Autores alemanes de primer nivel como Bach, Telemann y Händel estudiaron e imitaron el estilo italiano.

Los compositores barrocos cuya música está actualmente más difundida pertenecen a la generación nacida en torno a 1685

En primer lugar Antonio Vivaldi –principal exponente de la charla- en Italia, y Georg Friedrich Händel, Johann Sebastian Bach y Georg Philipp Telemann en Alemania, Jean Philippe Rameau en Francia y Domenico Scarlatti, español de adopción.

Entre los más célebres autores de sonatas están Bach, Corelli y, cómo no, Vivaldi. A mediados del siglo XVIII -que engloba la Conferencia- la palabra sonata designó también obras para tecla, tales como las más de quinientas sonatas para clave de Domenico Scarlatti.

Y, por último, tras su primera aparición en la escuela de Bolonia, los concerti grossi fueron difundidos por toda Europa gracias a las publicaciones de Arcangelo Corelli; consistentes inicialmente en meras sonatas en trío en las que cada pasaje era repetido por el tutti tras ser tocado por el concertino, las partes solísticas ganaron en sofisticación y dificultad técnica hasta diferenciarse temática y musicalmente de las partes orquestales: nació así el concierto solista virtuoso en tres movimientos (típicamente Allegro-Adagio-Presto), fijado por nuestro estudiado Vivaldi y traspasó épocas musicales al punto de estar aún vigente como forma musical.

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