Tenemos mucha suerte en Aiete.

Es una de las pocas localidades, en Gipuzkoa, que ha estrenado Bolatoki.

En la pared frontal, cerca de dónde se colocan los bolos, hay una placa. Recuerda a un jugador de bolos que falleció de forma trágica hace ochenta años. Se trata de Hipólito Olaizola, Txertubi, fallecido a consecuencia del volquete del camión en el que se desplazaba, corría el año 1925.

Entre aquellos años y los 60, la aficción a los bolos era muy alta en los pueblos de Gipuzkoa y en los barrios de Donosti, entre ellos Aiete.

La Asociación Cultural Deportiva de Aiete, en los años 60 y 70, organizaba encuentros deportivos, entre ellos de bolos, con ocasión de las fiestas del barrio.

El arqueólogo Sir Flinders Petrie descubrió en el siglo pasado, en unas excavaciones efectuadas en Egipto, lo que según él podía considerarse un juego de bolos. Databan en 5.000 años. El bolatoki de Aiete es más reciente. El 16 de septiembre de 1963 se produjo la inauguración oficial del Jolastoki y nuestro admirado Manuel Matxain, fue el encargado de cantar algunos bertsos. Manuel era uno de los fundadores del club, y se crearon equipos de bolos y de toka.

Con los años las costumbres han cambiado. El barrio de Aiete se ha convertido en una urbanización moderna, la juventud tiene otras diversiones, las sidrerías del barrio ya no existen -exceptuando la popular Katxola- y hay que trasladarse a los pueblos de alrededor. Pero allí tampoco se practican ni los bolos, ni la toka.

El reto de Aiete es conseguir afición entre jóvenes y mujeres, como en el último concurso de aficionados, en el que vimos participar, con gran estilo, a Ana Etxeberia, vecina de Munto.

Los bolos, a la forma de jugarse en nuestros bolatokis, es un juego muy bello, y las asociaciones de Aiete, la ACD y Lantxabe, con el impulso, fuerte apoyo y asesoramiento de la Federación Provincial de Bolos están colaborando, entre ellas, para lograr que la afición prenda entre la juventud.

La pista de juego, del Jolastoki carece de graderío para el público y es a cielo abierto. Las asociaciones citadas, apuestan fuertemente para que el Jolastoki de Aiete se dote de una cubierta, y conseguir un espacio de juego cerrado, pero también de reunión familiar.

En el barrio ni hay ningún espacio público que esté protegido. En los días de lluvia, las familias no tienen a dónde ir, como no sea a los soportales de las plazas Otxanda o Etxadi.

El Bolatoki, por su parte, recién reconstruido y atendido puntual y exquisitamente por el presidente de la federación de bolos, Pedro Lazkano, cumple con los requisitos de una campo deportivo homologado

Tiene una longitud superior a los 20 m. y una anchura de 3 m. Dos peraltes de piedra que sirven para contener el impulso del tirador y al final del bolatoki hay un rebajo del terreno para que la bola no pueda volver a la pista de juego.

La bola y las brillas también son las reglamentarias

Para el juego se colocan nueve bolos y se tira una sola vez. Derribar seis bolos se considera buena tirada. Siete muy buena. Que se derriben nueve bolos de una tacada es casi imposible. Los bolos se colocan en tres filas de tres, alineados.

La bola pesa nueve kilos y es de madera. No gana el más fuerte. La clave está en la técnica. Por eso Manuel Matxian era muy bueno jugando a los bolos. Fue campeón de España en 1950.

La última bola y brillas que se utilizaron en el Bolatoki han estado expuestos en el Centro Cultural hasta el domingo, en el marco de la exposición sobre la vida de Manuela Matxain, citada más arriba.

Ahora el reto es hacer un equipo de bolos en Aiete.

Los veteranos practicantes de bolos en nuestro barrio, temen por la continuidad de los bolos. Existen escuelas por Gipuzkoa, pero es necesario que la gente de Aiete venga a probar, estamos abiertos a enseñar a quien lo desee. Los bolos forman parte de la cultura deportiva de Aiete por eso habría que hacer un esfuerzo para que según pasen las generaciones se mantenga vivo.

Hace dos años, en las fiestas de septiembre de Aiete, se reinauguró el bolatoki, con la esperanza de que sea bien utilizado por el conjunto de la juventud y los diversos grupos sociales del barrio.

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