Si como dice Baltasar, los 100.000 euros que piensa invertir el departamento de mantenimiento urbano en el actual paseo de Aiete para reparar la calzada, incluye elementos señaléticos a sus viales de acceso, si se mejora la visualización nocturna de las isletas, si se añade un semáforo en el cruce peatonal próximo al acceso de Casa de Cultura desde la zona de Munto, si se cuida el arbolado necesario pero que no anule el alumbrado en las aceras y la luz de las farolas se utiliza para ayudar a los peatones y no solo para los vehículos, si produce la ordenación de trafico y no se supera velocidad 20 Km/h, si se aprovecha junto a la renovación de la calzada un ilustrativo pintado vial, estaremos más cerca de la avenida de Aiete.

Hoy dice el periódico que en los presupuestos de 2017 hay una partida de 150.000 euros para un proyecto de calmado de tráfico en Aiete.

Y que el ascensor que conectará Morlans con el futuro ambulatorio impulsa el trazado ciclista en el barrio.

Inventarse un espacio de bidegorri en Aiete, tiene sus límites y parece que los técnicos de movilidad se inclinan por meter a los ciclistas por la calzada.

A su vez si las bicicletas comparten espacio con los vehículos a motor, y no con los peatones, como ocurre en otros puntos de la ciudad; la presencia de los que circulan a pedales obligará al tráfico rodado a no superar el límite de 20 km/h.

Estos son los asuntos que contienen las epístolas que Lantxabe ha dirigido a la Concejala Delegada de Movilidad y al Concejal Delegado de Mantenimiento Urbano

20 km/h es una limitación también para los autobuses que no debería producir escándalo porque se trata de un tramo relativamente corto, el que formará la Avenida de Aiete, desde La Cumbre hasta las Jesuitinas.

Lo cierto es que los técnicos de movilidad están trabajando ya en el proyecto que reclamamos por carta desde Lantxabe: para 2017 no pedimos una inversión millonaria sino un plan que convierta el paseo de Aiete en una avenida con “más acera, más árboles, más bicis y menos coches”.

La idea de Lantxabe es que una vez producido el planeamiento urbano, se haga público, para dar participación a la ciudadanía y ésta perfile con más precisión y menor coste social el el proyecto técnico.

La Concejala Delgada de Movilidad afirma que todo pasa por “quitar coches del tránsito, colocar isletas de peatones, estrechar carriles y convertir la calzada en una zona de circulación limitada a 30 km/h”. Pero quizás exija también, ensanchar aceras y otras intervenciones, y ello exigirá el mayor grado de consenso.