En las entrañas del Bosque

Poco a poco el proyecto de la vecindad para con el Bosque de Miramón va tomando forma.

En este momento, a día de hoy, las cinco actuaciones que anuncian los paneles de la obra -y que algún desalmado se empeña en emborronar- están en marcha.

LA ARDILLA

Se ha empezado a montar, como si de un mecano se tratara, la pasarela de acero galvanizado que libra la Mando erreka, en una depresión de gran intensidad boscosa que hará que viaducto y paisaje se fundan, ayudados por la brillo del material noble utilizado.

El estanque principal de la Pakea erreka, que salva un puentecillo recientemente reparado -hace un par de años- ha sido labrado en profundidad. Limpio de cienos y lodos, asegurado un fondo resistente, el agua de la regata fluye con soltura y, acabada la obra, la alberca mantendrá una superficie lisa permanente de agua.

En torno a la laguna se han abierto unos graderíos que permitirán la observación y el descanso, quién sabe si algunas especies anfibias y, por especial deseo del director de obra, Iñigo Segurola, se ha dado un gran protagonismo a un fresno que ha crecido con desparpajo en medio del embalse.

Se han empezado a desbrozar las especies invasoras anunciadas en el proyecto. La zona del teatro de Miramón, de Katxola, Errotatxo y otras, están adornadas con tocones que pueden alarmar a algunos viandantes. Corresponden a algunas falsas acacias o pinos que, por maduros, estaban seleccionados para ser sustituidos por robles, en la zona próxima a Errotatxo y por manzanos en la de Katxola-Anfiteatro. Estos sagardos serán útiles para proveer de manzanas a las temporadas de prensa en Katxola sin necesidad de ir a por ellas a Zabalegi o Askonobieta.

Los caminos que unen Illumbe al Bosque o Erramunene con la pasarela están trazados y algunos ya prestan servicio.

La obra está avanzada, podemos adivinar el final, pero aún quedan cosas por terminar, antes de poder exclamar que estamos en presencia de una maravilla para las personas aficionadas al paseo en nuestra ciudad.

De todas estas tareas que se van haciendo día a día, semana a semana, con lluvia y con sol, de la mano de un amigo, Roberto Menendez, de Obenasa, sabemos que existen muchos testigos. Algunos de ellos se dedican al sabotaje y la maledicencia, la mayoría están expectantes, pero los que habitan el bosque, como esta ardilla roja, están muy entretenidos y juguetones.

La ardilla roja (Sciurus vulgaris), es un animal muy sociable y simpático, que acepta la presencia humana sin dificultad, por lo que es habitual verla en parques y jardines. (¡Ojalá los humanos aceptáramos también la presencia humana sin dificultad!)

La ardilla roja (1993) es una película dirigida por Julio Medem con Carmelo Gómez, Nancho Novo, Emma Suárez, Karra Elejalde. Música de Alberto Iglesias

y fotografía de Gonzalo Fernández-Berridi

Una cosa nos lleva a la otra. Proponer, hacer, conocer.

Deja un comentario