La singularidad festiva

Vienen un jueves o un viernes del segundo fin de semana de las fiestas. Los espectadores inician el climax una vez ven entrar por la puerta de la parroquia a estas niñas con aura que, unos años, son muy jovencitas -como el actual, entre 11 y 12 años- y otros son un poco más mayores, hasta 15 o 16 primaveras.

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Puede ser el ARAOZ GAZTETXO, como fue ayer. Otros años ha sido el ARAOZ GAZTE. Pero los espectadores enseguida distinguen estar en presencia de un acto intensamente humano, algunos por veteranía y fidelidad anual, otros por el lugar encantado en el que se convierte la parroquia

Ayer su directora era Maddalen Dorronsoro, -al piano un joven virtuoso David de Oliveira- el pasado curso fue Gorka Miranda, en ambas ocasiones estuvieron acompañadas por Santos Sarasola, esta vez como ex-presidente del Coro Easo, institución básica en Aiete.

Maddalen Doronsoro y Gorka Miranda son licenciados cum laude en la maestría del canto.

Cuando 20 personas en edad preadolescente son capaces de llevarnos tan lejos en la sensibilidad de nuestra alma es que cientos de horas, de sabiduría, de paciencia, de cariño, están detrás.

Eran niñas y Maddalen supo hacer que su actuación fuera deliciosa y divertida, ese es el poder del magisterio sobresaliente y de la empatía.

El público que llenó ayer la parroquia, el que lo hace año tras año, los fijos del concierto de la ARAOZ GAZTE del Coro Easo, saben que son bienaventurados. Y el cielo que cada uno sueña está poblado de ángeles como los que ayer llenaron de ternura nuestros oídos y nuestros corazones, y de arcángeles como Maddalen y Gorka.

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