Capital europea 2016 ¿y el proyecto cultural?

Noticia para despistados: ya estamos en la mitad de 2016. Testimonio: en Aiete hemos celebrado el paso del ecuador, la hoguera de San Juan,

En medio del camino a recorrer, la gestión de Donostia 2016 sigue en un mar de dudas. Sigue sin encontrar las «olas de energía ciudadana»

DSS 2016W

Y eso después de que en las elecciones el PNV ganara en Donostia y Gipuzkoa, de que varias empresas se mostraran dispuestas a poner dinero para el proyecto: Telefónica, Iberdrola,  de que la Capital Europea de la Cultura es un espacio de consenso en el arco que va desde el PP hasta EH Bildu, y de que ningún partido ha cuestionado Donostia 2016 y todos han participado en el proyecto.

Hay que ir con tiento si se cuestiona el DSS 2016 porque “Cuando te sacan la palabra ‘cultura’ tienes que tragar, tiene un aura casi religiosa, intocable. Sólo los fascistas se oponen a la cultura”, afirmaba el historiador Alessi Dell’Umbria en el documental La fête est finie

Y sin embargo la tira de TXISPAS -adaptada por Lantxabe- no puede ser más elocuente: el proyecto encabezado por Pablo Berastegui está en crisis de ideas desde su origen y algunas de las que se han puesto en marcha, como la exposición llamada “Tratado de paz/Bake-Ituna”, son un popurrí, un cajón de sastre, sólo ordenada -y no bien- en el catálogo de presentación. El propio cuadro “Die Elster auf dem Galgen” de Pieter Bruegel der Ältere, (1568), que sirve de gancho en la propaganda y en la web oficial, no es más que un señuelo que se encuentra a la entrada de San Telmo en fotocopia casi invisible, y en una mala copia de la obra en el Koldo Mitxelena.

Dicen que es un proyecto de alcance internacional compuesto por un conjunto de exposiciones, producciones artísticas contemporáneas, publicaciones, seminarios y conferencias sobre las representaciones de la paz en la historia del arte, la cultura y el derecho…Pero es un caos de imposible seguimiento y difícil disfrute

Dividida entre el Museo San Telmo y el Koldo Mitxelena Kulturunea, sobra espacio expositivo por todos los lados, una sensación de mezcla de piezas muy menores y desconexionadas de Goya, Rubens, Murillo, Zurbaran, Ribera, Picasso, Le Corbusier o Maruja Malloo; de fotografías; de estudios; de objetos de archivo; publicaciones diversas…

Decepcionante, y desolador para los que esperamos algo más de este empeño DSS2016

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